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miércoles, 20 de junio de 2018

Portugal vs Marruecos

PORTUGAL: Rui Patrício; Cédric, Pepe, José Fonte, Raphaël Guerreiro; Bernardo Silva (Gelson Martins, 59´), João Moutinho (Adrien Silva, 89´), William Carvalho, João Mário (Bruno Fernandes, 70´); Gonçalo Guedes, Cristiano Ronaldo.

MARRUECOS: Munir; Nabil Dirar, Mehdi Benatia, Manuel da Costa, Achraf Hakimi; Nordin Amrabat, Karim El Ahmadi (Faycal Fajr, 86´), Mbark Boussoufa, Hakim Ziyech; Younes Belhanda (Mehdi Carcela, 75´), Khalid Boutaib (Ayoub El Kaabi, 69´).

Por más que en la cultura moderna se insista en la virtud del esfuerzo y la persistencia para llegar al éxito, el azar no dejará de ser un factor de suma importancia en nuestro destino. El Mundial está lleno de recuerdos de guerreros que nunca se dieron por vencidos y alzaron la copa o lograron su objetivo, pero es muy cruel con aquellos caídos no por obra de la meritocracia, sino por la simple y llana fortuna. Entre más breve sea una competición, más peso adquieren las caras de la moneda. A Marruecos le ha salido cruz en sus dos primeros partidos y está muy cerca ya de empacar maletas para volver a casa.

Hervé Renard realizó varias modificaciones para buscar que le sonriera la suerte, pero esta lo desgració de nuevo, solo que al principio en vez de al final del partido. Cristiano, tal como ante España, abrió el marcador y Portugal volvió a enseñarnos que ya no tiene la capacidad de mantenerse tanto tiempo muy lejos del arco contrario. Cristiano Ronaldo y Rui Patrício hicieron esfuerzos titánicos para contrarrestar la nada absoluta de William Carvalho sin balón (y con balón no se queda muy atrás) y la falta de claridad de Guedes de cara a gol. Demasiado trabajo, además, para un Pepe de ya 35 años de edad.

Marruecos fue adueñándose del partido desde su sector derecho, forzando a Fernando Santos a cambiar de posición a João Mário y Guedes, insuficiente para acabar con la sociedad entre Belhanda y Amrabat. Pese a encimar a los campeones de Europa, los africanos solo pudieron intimidar de verdad en las jugadas a balón parado. Sus ataques fueron vistosos, promisorios, pero les faltó un gramo de descaro, de valentía que completaran lo hecho metros antes. Portugal sigue tentando a la suerte y Marruecos no se atrevió más en sus cortejos para conquistarla. Otro enorme trabajo de Renard. Así son los Mundiales.

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