PORTUGAL: Rui Patrício; Cédric Soares, Pepe, José Fonte, Raphaël Guerreiro; Bernardo Silva (Ricardo Quaresma, 69´), João Moutinho, William Carvalho, Bruno Fernandes (João Mário, 68´); Gonçalo Guedes (André Silva, 80´), Cristiano Ronaldo.
ESPAÑA: David de Gea; Nacho, Gerard Piqué, Sergio Ramos, Jordi Alba; Koke, Sergio Busquets, Andrés Iniesta (Thiago Alcántara, 70’); David Silva (Lucas Vázquez, 86´), Diego Costa (Iago Aspas, 77´), Isco.
Fue un partido disputado en Sochi, pero con la sensación de que fue en Madrid ante un pletórico Santiago Bernabéu, Vicente Calderón o Wanda Metropolitano: la garra de Diego Costa que consigue ocasiones de gol de la nada; un Cristiano Ronaldo que ya no intimida, solamente aniquila; Nacho, el comodín que siempre está al pie del cañón cuando se le necesite; David de Gea, capaz de lo mejor o lo peor según su estado de forma lo dicte. El primer platillo fuerte de la Copa del Mundo siembra grandes dudas en dos aspirantes al título a la vez que confirma el altísimo nivel de juego de la liga española.
Ante un escenario ardiente por el caos suscitado hace dos días por el despido de Julen Lopetegui, Fernando Hierro no quiso alimentarlo con fuegos artificiales: Nacho como lateral derecho para protegerse de la doble punta portuguesa integrada por Cristiano Ronaldo y Gonçalo Guedes. En un pestañeo su intención se agrietó, pero no se derrumbó porque Fernando Santos no olvidó su esencia: a proteger el resultado replegado en 4-4-2 pese a que sus jugadores pueden jugar con una idea más ambiciosa y, sobre todo, acorde a sus características; finalmente, los cimientos son ellos y no la pizarra.
No había manera que la campeona de Europa lograra contener el cúmulo de talento del país vecino. Si había que echar mano de profundidad y verticalidad, Hierro tenía cartas guardadas. La remontada llegó en cuestión de cinco minutos, así que tiró la que defendería la ventaja a través de la pelota: Thiago Alcántara. Pero un tiro libre en los últimos instantes convirtió por unos momentos un Portugal-España en un Real Madrid-Atlético: Cristiano volvió a batir a De Gea. Ya no es un huracán de ocasiones, pues perdió esa autosuficiencia propia de la veteranía. Ahora es un francotirador.
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