JAPÓN: Kawashima; Sakai, Yoshida, Shoji, Nagatomo; Shibasaki, Hasebe; Haraguchi (Okazaki, 75′), Kagawa (Honda, 72′), Inui (Usami, 87′); Osako
SENEGAL: Khadim N’Diaye; Wague, Salif Sané, Koulibaly, Sabaly; Alfred N’Diaye (Kouyaté, 65′), Badou Ndiaye (N’Doye, 81′), Gueye; Sarr, Niang (Diouf, 86′), Mané.
Dos polos opuestos empataron tras los sorprendentes triunfos de la primera jornada. Senegal, en 4-3-3 donde Gueye se quedaba en la base cuando se pasaba al 4-4-2 en fase defensiva, se puso dos veces por delante, pero en ningún momento pudo aprovechar esa ventaja porque Japón no le dejo correr al espacio ni con empate ni tampoco con el resultado a favor. Aunque no pudiera transitar, Senegal sí uso el juego directo que buscaba los centímetros de Niang, muy batallador ante la pareja de centrales japonesa, liderada por Yoshida. Todo lo contrario fue Japón, que siempre buscó a través del pase corto establecerse en campo rival. Eso sí, los goles nipones no llegaron asi.
Arrancó con potencia Senegal. Por la banda derecha Sarr buscaba las cosquillas a Nagatomo. Para inaugurar el encuentro, sería el lateral de esa banda -Wague- quien pondría un centro pasado, que recogería el otro lateral. Sabaly, jugando a pierna cambiada, disparó un centro-chut que Kawashima convirtió en peligroso con su desconcertante despeje de puños y que Mané, un poco gris, traduciría en mortal aprovechando el rebote. A partir de entonces, Japón, con Hasebe o Shibasaki bajando a la línea de centrales para ayudarles en salida, intentó sin ningún éxito habilitar por dentro a la línea de mediapuntas. Tuvo que ser en un balón largo preciso de Shibasaki buscando la espalda de Wague y encontrando a Nagatomo que pudo conectar con Inui cuando Japón, cuando más bloqueado parecía, halló el empate.
El empate sentó bien a Japón que empezó a encontrar a Inui tanto por fuera como por dentro. Sin embargo, cuando los asiáticos habían perdonado dos veces casi seguidas con un casi remate de Osako tras una pérdida de Badou Ndiaye y un balón al larguero de Inui en un contraataque, llegaría el segundo de los Leones de la Teranga. Una recepción de Mané por fuera con el consiguiente desmarque de su lateral por dentro suponía que Sabaly centrase, Niang prolongase de tacón y apareciese el otro lateral Wague, libre de marca, para poner el 2-1 que tampoco iba a durar mucho. El técnico Nishino dio entrada a Okazaki para jugar con doble punta y a Honda por la banda derecha. Sería el máximo goleador japonés en los mundiales quien aprovecharía la asistencia de Inui (el más destacado) precedida por el regalo del guardameta senegalés Khadim Ndiaye en una mala salida para igualar un partido que ninguno mereció perder. Con 4 puntos, ambas llegan a la tercera jornada dependiendo de sí mismas.
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