ESPAÑA: David de Gea; Daniel Carvajal, Gerard Piqué, Sergio Ramos, Jordi Alba; Thiago Alcántara (Marco Asensio, 74´), Sergio Busquets, Andrés Iniesta; David Silva (Rodrigo, 84´), Diego Costa (Iago Aspas, 74´), Isco.
MARRUECOS: Munir; Nabil Dirar, Manuel da Costa, Romain Saiss, Achraf Hakimi; Mbark Boussoufa; Nordin Amrabat, Younes Belhanda (Faycal Fajr, 63´), Hakim Ziyech (Aziz Bouhaddouz, 85´); Khalid Boutaib (Youssef En-Neysri, 71´)
El fútbol no va a ser el mismo después de Rusia 2018. El paradigma que ha alterado las bases de cómo se juega a esto, representado a nivel de selecciones por España, ha enseñado sus debilidades no solo en los tres partidos de la fase de grupos, sino desde Sudáfrica 2010. Solo que en aquella ocasión, y luego también en la Eurocopa de 2012, a la Furia Roja le cayó todo de cara y siguió con una forma de jugar todavía mejorable aunque entre 2008 y 2012 haya imperado sobre las demás maneras de entender este deporte.
La abrumadora cantidad de tiempo que España y los equipos dirigidos por Pep Guardiola disponen de la pelota da la impresión de que el Juego de Posición es una manera de jugar netamente ofensiva, y no es así, pues le da un énfasis muy importante a la presión tras pérdida, es decir, a tratar de recuperar el balón lo más rápido y lejos de la propia portería posible. Uno de los principios elementales de la escuela de Johan Cruyff es que si tú tienes la pelota, el otro no, por lo que no puede marcar. Incluso la última novedad de Guardiola, el lateral-centrocampista, surgió a raíz de impedir los contragolpes comunes de la Bundesliga.
Si España, ocho años después, sigue sufriendo para abrir la lata es por el obsesivo enfoque en su arco en lugar de buscar muchos caminos para el gol. Así es como Diego Costa, que además juega en un club con una visión diametralmente opuesta, tiene que hacer maravillas para generar ventajas. Su juego de espaldas fue la única vía que contó Fernando Hierro para romper el repliegue de Marruecos, que se ha marchado de la Copa del Mundo como último lugar de grupo aunque por sensaciones bien pudo quedar en primer lugar.
De estar al borde de la eliminación en un contexto muy similar al del duelo ante Croacia en la EURO 2012, la justicia del VAR ayudó a que España termine en la primera posición del grupo B y se enfrente nada menos que a la anfitriona Rusia en octavos de final. Hierro ya vio que el costado izquierdo con Alba, Iniesta e Isco funciona a la perfección, pero ni con tres interiores, dos extremos y dos laterales derechos distintos ha logrado que ambas bandas confluyan hacia el lugar que importa: el centro, donde está la portería. Costa necesita una mano, ¿la de Aspas, Rodrigo o Saúl? Ellos representan amenaza de gol, el activo más olvidado en todo este tiempo por el Juego de Posición. Y el más importante.
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