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sábado, 23 de junio de 2018

Alemania vs Suecia

ALEMANIA: Manuel Neuer; Joshua Kimmich, Jerome Boateng, Antonio Rüdiger, Jonas Hector (Julian Brandt, 87´); Sebastian Rudy (Ilkay Gündogan, 31’), Toni Kroos; Thomas Müller, Marco Reus, Julian Draxler (Mario Gomez, 46´); Timo Werner.

SUECIA: Robin Olsen; Mikael Lustig, Victor Lindelöf, Andreas Granqvist, Ludwig Augustinsson; Viktor Claesson (Jimmy Durmaz, 74´), Sebastian Larsson, Albin Ekdal, Emil Forsberg; Ola Toivonen (John Guidetti, 78´), Marcus Berg (Isaac Thelin, 90´).

Sea cual sea el lugar en el que Alemania termine el Mundial, debe replantearse muchas cosas para mantener su paso demoledor en el fútbol de selecciones. ¿Cómo es posible que la vigente campeona del mundo y de la Copa Confederaciones (con cuadro alternativo inclusive) esté viviendo Rusia 2018 con cara de sufrimiento desde el silbatazo inicial contra México? Es verdad que los amistosos dieron pie a las preocupaciones, pero que llegaran a tal grado de tensión hace pensar que el fútbol alemán no vive un momento tan glorioso como se pensaba cuando levantaron el trofeo hace cuatro años en Brasil.

Joachim Löw no tardó en hacer cambios drásticos. Toni Kroos y Sami Khedira no saben repartirse el centro del campo sin alguien detrás y por eso entró al once Sebastian Rudy por el de la Juventus, además de Reus por Özil y el cambio obligado de Rüdiger (siempre propenso al fallo gordo) por Mats Hummels. El comienzo fue avasallador: Suecia solo había dado seis pases en los primeros diez minutos. Si bien Thomas Müller no respondía a la excesiva confianza que el sistema le está dando para que moviera el marcador y Rüdiger ya había regalado la clara ocasión que acostumbra, todo estaba bajo control hasta que Rudy no pudo continuar por una acción inesperada que en un Mundial siempre hay que esperar.

Gündogan entró por el lesionado y en la primera oportunidad que tuvo de interactuar con Kroos, Toni falló un pase que nunca falla y Toivonen dejó malherido al campeón. Desgraciadamente para Suecia y México, Alemania no pierde el combate a los puntos. Hay que noquearlo y esperar a que el árbitro anuncie que no se puede levantar. El gancho al hígado de Toivonen dejó aturdido a Löw, quien fue capaz de rectificar y alejando a Timo Werner del área acercó a su equipo a los octavos de final. Para redondear las caídas a banda del atacante del Leipzig, metió a Mario Gomez por Julian Draxler. El dilema se resolvió en cinco minutos.

El tiro de gracia que Suecia no dio, ya que cuenta con muy escasos recursos para anotar y el espíritu de supervivencia de los alemanes salió a flote de nueva cuenta, lo dio Kroos con su impecable golpeo de balón. Las discusiones sobre la ausencia de Leroy Sané, el modelo económico de la Bundesliga y la filosofía de juego que predomina en los técnicos locales hay que postergarlas. Alemania sigue viva.

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