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jueves, 28 de junio de 2018

Panamá vs Túnez

PANAMÁ: Jaime Penedo; Adolfo Machado, Román Torres (Luis Tejada, 56’), Fidel Escobar y Luis Ovalle; Aníbal Godoy, Gabriel Gómez y Ricardo Ávila (Abdiel Arroyo, 81’); José Luis Rodríguez, Gabriel Torres (Harold Cummings, 46’) y Édgar Bárcenas.

TÚNEZ: Aymen Mathlouthi; Hamdi Nagguez, Rami Bedoui, Yassine Meriah y Oussama Haddadi; Ghailene Chaalali, Ellyes Skhiri y Ferjani Sassi (Anice Badri, 46’); Fakhreddine Ben Youssef, Wahbi Khazri (Bassem Srarfi, 89’) y Naïm Sliti (Ahmed Khalil, 77’).

Después de sus más que esperadas derrotas ante Bélgica e Inglaterra en uno de los grupos más desiguales del torneo, tanto Panamá como Túnez dispusieron de una última oportunidad para despedirse del Mundial de Rusia con honor. Al final, los tunecinos fueron los que acabaron imponiéndose en el cierre de la fase de grupos, además demostrando una clara superioridad sobre los panameños. En este sentido, aunque en términos de resultados no cabía esperar algo muy diferente, la imagen transmitida por la selección dirigida por el colombiano Hernán Darío Bolillo Gómez estuvo por debajo de lo esperado en sus tres partidos. Los Canaleros, incluido la figura de su entrenador, han sido un equipo con poca solidez defensiva, casi ninguna idea ofensiva y mucha rigidez táctica (casi siempre en 4-1-4-1 con un bloque medio sin el balón cuando en Concacaf están habituados a jugar en 4-4-2 con fases de presión adelantada) a lo largo de toda su participación en Rusia.

En el caso de Túnez, después de competir relativamente bien en su debut contra los ingleses cayendo derrotada ya en el descuento de la segunda mitad, las sensaciones fueron mejores. Saltando al terreno de juego con la predisposición de dominar la posesión del balón contra un adversario que no iba a presionar sus primeros pases, el conjunto entrenado por Nabil Maâloul demostró tener mecanismos a la hora de atacar. En especial dos fueron vistos con continuidad contra los panameños. El primero, aprovechando que el rival no apretaba los primeros pasadores al mismo tiempo en que adelantaba su línea defensiva, estuvo en una clara intención de que el interior Ferjani Sassi buscase pases largos para los movimientos de ruptura del delantero Wahbi Khazri. Ya el segundo movimiento trataba de llevar el balón a los costados, especialmente el izquierdo con el lateral Oussama Haddadi, intentando aprovechar los ataques a zonas de remate del extremo derecho Fakhreddine Ben Youssef.

“En esta ocasión ni siquiera el extremo izquierdo Édgar Bárcenas fue capaz de generar cosas en los desacertados intentos ofensivos de Panamá”


Esto hizo que los tunecinos fueran superiores a lo largo de los 90 minutos por más que un remate desviado por parte del joven extremo derecho José Luis Rodríguez en la que ni siquiera ha sido una jugada ofensiva bien trabajada por los panameños pusiera al conjunto centroamericano en ventaja en el marcador. El caso fue que, por una simple cuestión de jugar mejor al fútbol liderada por una brutal versión de Khazri, Túnez logró la remontada después del medio tiempo, primero con el mediapunta Naïm Sliti generando el juego interior que su selección echo de menos a lo largo del Mundial en la acción que terminó con asistencia de Wahbi para el gol de Ben Youssef y luego con el mismo Khazri aprovechando una buena combinación entre Haddadi y el interior Anice Badri. Con el 1-2, Panamá intentó reaccionar en los minutos finales, pero siempre con más ganas que fútbol. El honor fue tunecino.

Inglaterra vs Bélgica

INGLATERRA: Jordan Pickford; Trent Alexander-Arnold (Danny Welbeck, 79´), Phil Jones, John Stones (Harry Maguire, 46´), Gary Cahill, Danny Rose; Ruben Loftus-Cheek, Eric Dier, Fabian Delph; Marcus Rashford, James Vardy.

BÉLGICA: Thibaut Courtois; Nacer Chadli, Leander Dendoncker, Dedryck Boyata, Thomas Vermaelen (Vincent Kompany, 74´), Thorgan Hazard; Adnan Januzaj (Dries Mertens, 86´), Youri Tielemans, Moussa Dembele, Marouane Fellaini; Michy Batshuayi.

Es bastante difícil analizar con precisión el desempeño de Inglaterra y Bélgica en esta fase de grupos. El sorteo les dio mucho margen de maniobra, sin menospreciar en absoluto a panameños y tunecinos. A partir de octavos de final comenzará la verdadera exigencia de una Copa del Mundo para dos selecciones que, si se lo proponen, pueden ser el caballo negro del campeonato. Llegaron a la siguiente ronda en plenitud física porque no fueron tan exigidos, ni siquiera en el duelo de hoy que se pareció a un partido de rigor de la Premier League, pero falta saber si podrán estar en plenitud competitiva.

Gareth Southgate y Roberto Martínez movieron mucho el once inicial sin cambiar nada del parado táctico, que derivó en el protagonismo de la melena de Fellaini (que ha resuelto una gran cantidad de encuentros en la Premier) desde la mediapunta izquierda. Hubo oportunidad de observar a varios suplentes de cara a los imprevistos que hay que sortear en busca del objetivo en Rusia 2018, aunque la falta de tensión por el pase ya asegurado hace que lo visto esta noche en Kaliningrado no sea un parámetro tan cercano a lo que se vendrá a partir de la ronda de eliminatorias.

Como nota positiva para Martínez está el hecho de que Januzaj se encuentra valiente en el mano a mano y Batshuayi siendo una amenaza constante en el área. Southgate, en cambio, ha de considerar la inocencia de Rashford frente a la portería contraria. Inglaterra perdió y, pese a ello, se situó en la llave teóricamente más sencilla rumbo a la final. Se topará en octavos con Colombia, a la que puede someter a través de la pelota parada y el despliegue físico en los duelos individuales y el contragolpe. Bélgica terminó con marcha perfecta y acabó en una llave muy peligrosa, además de que Japón es capaz de hacer trizas la lentitud de su zaga. La fase de grupos de los dos países apenas fue un calentamiento. Se viene la hora de la verdad.

Senegal vs Colombia

SENEGAL: Khadim N’Diaye; Lamine Gassama, Salif Sané, Kalidou Koulibaly y Youssouf Sabaly (Moussa Wagué, 74’); Ismaïla Sarr, Cheikhou Kouyaté, Idrissa Gana Gueye y Keita Baldé (Moussa Konaté, 80’); Sadio Mané y M’Baye Niang (Diafra Sakho, 86’).

COLOMBIA: David Ospina; Santiago Arias, Yerry Mina, Davinson Sánchez y Johan Mojica; Juan Fernando Quintero, Carlos “Roca” Sánchez y Matheus Uribe (Jefferson Lerma, 83’); Juan Cuadrado, Radamel Falcao (Miguel Borja, 89’) y James Rodríguez (Luis Muriel, 31’).

Completando una fase de grupos repleta de problemas futbolísticos tal como ha sido todo su ciclo desde después del Mundial de Brasil en 2014, Colombia estará en los octavos de final gracias únicamente al balón parado. Si en el debut contra Japón fue un libre directo que en su momento puso el 1-1 en el marcador aunque al final el conjunto sudamericano terminó derrotado y en el partido con Polonia ha sido un tiro de esquina la clave para que los Cafeteros abriesen la lata para luego encontrar un escenario más favorable en la segunda mitad, en el duelo decisivo contra Senegal la formula fue la misma. Además, no se puede decir que esto sea ocasional: los colombianos tienen grandes lanzadores como los mediapuntas James Rodríguez y Juan Fernando Quintero al mismo tiempo en que su baraja de rematadores es fortísima (el central Yerry Mina, como ya se pudo ver en dos ocasiones, es un especialista rematando en el área rival).

A todo esto, también es necesario decir que los comandados por José Néstor Pékerman volvieron a encontrar los mismos problemas del partido contra Polonia. Dominando claramente el tiempo con el esférico, Colombia volvió a ser víctima de la precipitación del extremo derecho Juan Guillermo Cuadrado, que otra vez fue una autentica máquina de perder balones, mientras su única opción para ganar metros estuvo en la zurda de Quintero, que siempre busca el último pase y de esta manera impide que el equipo avance en bloque. Si a todo esto le sumamos la baja por lesión de James todavía durante el primer tiempo, las cosas se habían puesto realmente complicadas a una selección que tenía que ganar para no depender del resultado del otro partido del grupo. Por otro lado, recuperando el 4-4-2 del debut contra los polacos, Senegal volvió a transmitir sensaciones de solidez defensiva.

“Mientras Yerry Mina volvió a estar dubitativo en algunas acciones defensivas, el joven central Davinson Sánchez, en un desafío mucho más físico que táctico, completó una actuación sobresaliente; el jugador del Tottenham evitó que Senegal tuviera muchas ocasiones para marcar”
Esperando en una altura media, la selección dirigida por Aliou Cissé no sufrió sin el balón en ningún momento mientras su sistema defensivo, basado en el orden, esperó las pérdidas del rival sin precipitarse. Todo esto hizo que la sensación fuera que los senegaleses estaban siempre cerca de recuperar un esférico que se transformaría en una transición ofensiva mortal. El problema estuvo en que el punta Sadio Mané volvió a completar una actuación discreta, desde luego muy lejos del nivel esperado antes del Mundial considerando su brutal temporada en el Liverpool. Al final, todo dependía del delantero M’Baye Niang, que volvió a responder muy bien, o del joven extremo derecho Ismaïla Sarr, que nunca logró concretar sus intentos. Por otro lado, Mané intentó comandar la reacción africana después del 0-1 de Mina, pero sus compañeros no aprovecharon las dos ocasiones generadas por Sadio y Senegal acabó eliminada.

Polonia vs Japón

JAPÓN: Kawashima; H. Sakai, Makino, Yoshida, Nagatomo; G. Sakai, Shibasaki, Yamaguchi, Usami (Inui 65′); Okazaki (Osako 47′), Muto (Hasebe 82′).

POLONIA: Fabianski; Bereszynski, Glik, Bednarek, Jędrzejczyk; Krychowiak, Goralski; Grosicki, Zielinski (Teodorczyk 79′), Kurzawa (Peszko 80′); Lewandowski.

Ocho años después, Japón se ha clasificado a los octavos de final de la Copa del Mundo, aunque sufrió más de lo esperado para conseguirlo. En un compromiso en el que los de Nishino llegaban con la moral más que alta tras haber conseguido un grandioso triunfo ante Colombia en la primera fecha y un más que meritorio empate ante la Senegal de Aliou Cissé, enfrentaban a una Polonia ya eliminada, y que tras su impresionante Eurocopa en la que alcanzaron los cuartos de final y su extraordinaria fase de clasificación para este mundial, han ofrecido un funcionamiento individual y colectivo muy por debajo de lo esperado, y no han sido capaces de reafirmar las buenas sensaciones dejadas en los últimos años, aunque han terminado por culminar su participación en la máxima cita futbolística con un triunfo que, si bien de poco sirve, estuvo a nada de dejar fuera a Japón, de no ser por el Fair Play deportivo.

Nishino decidió realizar seis modificaciones con respecto a los dos compromisos anteriores y cambió su 4-2-3-1 habitual por un 4-4-2 que fuera capaz de contrarrestar el juego directo y de contacto de los polacos,  y en un comienzo le estaba resultando, pues durante la primera mitad Japón se hizo con el dominio del esférico, realizó algunas triangulaciones y transiciones interesantes y el delantero centro Yoshinori Muto junto con el siempre fiable segunda punta Shinji Okazaki tuvieron las chances más claras, se asociaron de gran forma con Usami y Gotoku Sakai, los volantes de banda, quienes a su vez eran bien secundados por un Shibasaki que ofrecía una salida limpia y depurada desde la mitad de cancha y que activaba a los laterales Sakai y Nagatomo, sobre todo a este último. Sin embargo, y pese a que los nipones habían inquietado la portería de un portentoso Fabianski, la oportunidad más clara del primer tiempo terminó siendo para los de Nawalka, con un cabezazo bien direccionado y potente de Grosicki que sacaría con una reacción felina Kawashima, realizando una de las mejores atajadas en lo que va del mundial.

Se esperaba que en la segunda parte apareciera la paciencia, mesura y cabeza fría que Japón sí había tenido en sus dos juegos anteriores, pero no fue así, de hecho aparecieron los fantasmas del 2014, el cúmulo de dudas que tenían previo a este mundial y la incertidumbre máxima. Los japoneses se comenzaron a mostrar imprecisos por bajo y por alto, Osako ingresó por un lesionado Okazaki pero no mostró el mismo juego de lectura, la misma capacidad asociativa y el juego entre líneas que sí había producido en choques anteriores, mientras que Polonia con un bloque compacto comprimía bien los espacios, y conforme avanzaron los minutos tomaron confianza y se lanzaron en busca de un gol que les diera la victoria. A los 59′ lo encontrarían por medio de un tiro libre lanzado desde la izquierda por Kurzawa que encontraría en el segundo palo, y ante la floja marca nipona, la diestra del joven defensor del Southampton Jan Bednarek.

Golpe duro para un Japón que después de recibir el gol en contra perdió confianza, se mostró trémulo y sumamente inseguro, al punto que querían pero no podían fluir entre líneas ni abrir la zaga liderada por Kamil Glik, quien jugó sus primeros minutos en el Mundial. En los últimos minutos del cotejo, y sabiendo que un milagroso gol colombiano sobre Senegal les estaba dando la clasificación a los de Nishino por el Fair Play deportivo (Japón tenía dos tarjetas amarillas menos que los senegaleses), los japoneses se dedicaron a practicar la posesión pasiva, tocando el balón de un lado a otro sin sentido y Polonia, ya sin hambre, sin ganas y con el premio de consuelo en el bolsillo no escatimó en gastos. Japón terminó transformándose en la primera selección en la historia de los mundiales que avanza a los octavos de final por la regla del Fair Play deportivo, evitando de paso una eliminación vergonzosa y en donde lamentablemente el miedo a perder terminó siendo más grande que el amor a ganar.

miércoles, 27 de junio de 2018

Suiza vs Costa Rica

SUIZA: Yann Sommer; Stephan Lichtsteiner, Fabian Schär, Manuel Akanji y Ricardo Rodríguez; Valon Behrami (Denis Zakaria, 60’) y Granit Xhaka; Xherdan Shaqiri (Michael Lang, 81’), Blerim Dzemaili y Breel Embolo; Mario Gavranovic (Josip Drmic, 69’).

COSTA RICA: Keylor Navas; Cristian Gamboa (Ian Smith, 90’+2), Johnny Acosta, Giancarlo González, Kendall Waston y Bryan Oviedo; Bryan Ruíz, Celso Borges, David Guzmán (Randall Azofeifa, 90’+1) y Daniel Colindres (Rodney Wallace, 81’); Joel Campbell.

Desde el histórico Mundial en Brasil en 2014 para su país, la evolución del delantero Joel Campbell no fue la esperada. Debido a las constantes lesiones sufridas, el jugador costarricense nunca terminó por encontrar su sitio en el fútbol europeo y esto hizo daño a su selección. El tema con Costa Rica es muy simple: considerando que repetir lo de hace cuatro años era prácticamente imposible, para competir en un grupo con Suiza, Brasil y Serbia era necesario una buena versión de Campbell. El problema fue que Joel no llegó a tiempo y cuando llegó, ya con su selección sin opciones de lograr la clasificación, el punta de 26 años demostró que cambia muchas cosas en todos los sentidos. La movilidad, técnica y físico de Campbell es la guinda perfecta y necesaria para el sistema de presión media y transiciones de los ticos.

Esto más que nadie lo saben los suizos. Con su clasificación a los octavos de final prácticamente asegurada y siempre dominando la posesión del balón, los comandados del Vladimir Petkovic fueron incapaces de descifrar el ejercicio defensivo del equipo entrenado por Óscar Ramírez. Si a todo esto le sumamos que Suiza arrancó el juego muy nerviosa y cometiendo pérdidas prohibidas no forzadas, el resultado estuvo en que el portero Yann Sommer acabó siendo el gran protagonista del partido. Al final, por más que el central Fabian Schär o el mediocentro Granit Xhaka intentaran ofrecer soluciones, con el extremo derecho Xherdan Shaqiri siempre buscando recepciones entre líneas, los costarricenses no dejaron de sumar recuperaciones en buena altura que fueron seguidas por transiciones verdaderamente devastadoras (generaron pánico).

“El nivel ofrecido por Joel Campbell y Daniel Colindres hizo que Costa Rica no dependiera de otra versión irregular del mediapunta Bryan Ruíz para sumar salidas ofensiva”
En este punto fue clave la mejoría ofrecida por el mismo Campbell y por el experimentado extremo izquierdo Daniel Colindres en comparación con los delanteros que fueron titulares en las dos primeras jornadas (Marco Ureña y Johan Venegas). Especialmente a partir de la figura de Joel se pudo entender las reacciones de Costa Rica después de estar dos veces en desventaja en el marcador: fue Campbell quien generó el tiro de esquina del 1-1 del central Kendall Waston y sufrió el penalti que puso el 2-2 definitivo. En el otro lado de la moneda, los suizos llegaron a sus dos goles en la única vía ofensiva para generar peligro que encontraron durante todo el partido: abertura a banda y centro al área aprovechando que los mediocentros Celso Borges y David Guzmán ayudan poco a los tres centrales en este tipo de jugada

Serbia vs Brasil

BRASIL: Alisson; Fágner, Thiago Silva, João Miranda, Marcelo (Filipe Luis 10′); Paulinho (Fernandinho 66′) , Casemiro, Philippe Coutinho (Renato Augusto 80′); Willian, Gabriel Jesus, Neymar.

SERBIA: Stojkovic; Rukavina, Milenkovic, Veljkovic, Kolarov; Nemanja Matic, Milinkovic-Savic, Tadic, Ljajic (Zivkovic 75′), Kostic (Radonjic, 82’); Mitrovic (Jovic 89′).

Tras dos jornadas dejando sensaciones bastante lejos de las esperadas, Brasil enfrentó a una Serbia obligada a dar la sorpresa en la última fecha. Sabemos que los contextos siempre condicionan los planteamientos tácticos pero en torneos cortos, como son los mundiales, este factor está aún más marcado. A Serbia le tocó definir su pase a octavos en el último partido de la fase de grupos contra el rival más fuerte, y al que estaba obligado a ganar para no depender de un milagro de Costa Rica contra Suiza. Serbia enfrentó a la pentacampeona del mundo sin poder ser ellos mismos. La alineación avisaba que veríamos la versión más agresiva de los balcánicos, con Milinkovic-Savic al lado de Matic y tres mediapuntas detrás de Mitrovic. Era una alineación de videojuego y poco realista. En cualquier otro escenario, Milinkovic-Savic hubiese sido el mediapunta que acompañara a Mitrovic para descargar en largo.

En los primeros minutos Serbia quiso apretar arriba pero poco a poco adquirió cautela. El problema es que el plan era incompleto: poco efectivo al ejercer una presión alta y no muy sólido al momento de replegar. Por otra parte, hay que señalar que a la zaga serbia se le notaba nerviosa y Brasil empezó a ganar la espalda de los jóvenes Milenkovic y Veljkovic. Primero avisaron Neymar y Gabriel Jesús y al 36′ Coutinho dio el primer golpe. El interior izquierdo del Barcelona filtró un pase perfecto a la espalda de Veljkovic que el todocampista Paulinho definió con clase por arriba del arquero Stojkovic tras un gran movimiento de ruptura. Brasil seguía sin mostrar su mejor versión pero el escenario le favorecía, por más que a los diez minutos se fuera lesionado Marcelo e ingresara Filipe Luis.

En el segundo tiempo tuvo un buen momento Serbia, cuando los laterales (Kolarov y Rukavina) se sumaban al ataque para acompañar a los extremos (Kostic y Tadic), creaban superioridad en la banda y luego buscaban a Mitrovic en el área brasileña. Fue un lapso de cinco minutos en el que los dirigidos por el joven Mladen Krstajić no empataron de milagro. El problema estuvo en que ese ritmo alto no duró mucho y en un tiro de esquina Thiago Silva puso el 2-0 definitivo al 68′. Brasil ganó y no terminó sufriendo pero su mejoría está basada más en el contexto del partido que en su propio funcionamiento. Serbia, a su modo, se jugó un “todo o nada” que terminó en derrota. 

Isco Alarcón

España llegó en una situación privilegiada al último partido de grupos. Ante Marruecos, eliminada, le alcanzaba una victoria para ser líder de grupo, pero en una nueva edición del repliegue y contragolpe contra el ataque posicional, las cosas volvieron a complicarse. España fió todo, nuevamente, al hombre que se ha convertido en seña y santo del fútbol que practican: Francisco  ‘Isco’ Alarcón, y el merengue volvió a responder al reto con una naturalidad impactante.

Se apoderó del balón en cada acción española y tanto en salida como en campo contrario, fue infalible. Anotó el primer gol, en una brillante combinación con Andrés Iniesta y Diego Costa, en la que definió como auténtico nueve. Recibió cinco faltas; fue la única manera en la que el conjunto marroquí pudo frenarlo. Ante el bajo nivel de David Silva, además, Isco se ha adueñado del balón parado y lanzó hasta diez centros, que fueron rematados en cuatro ocasiones. Se implicó en defensa realizando tres intercepciones y dos robos, además de que venció en 14 de 17 duelos disputados. Su mágico regate triunfó una noche más con cuatro completados en cuatro intentos. El empate aseguró el primer lugar para España, que debe mejorar defensivamente, pero mientras tanto, Isco sigue a lo suyo. La pelota siempre al 22.

Paolo Guerrero

Dentro de que todos los jugadores del planeta sueñan y se preparan para jugar una Copa del Mundo, los últimos meses para Paolo Guerrero debieron ser infernales. Debido a un problema de doping, el experimentado delantero peruano no pudo ayudar su selección en la repesca intercontinental contra Nueva Zelanda y estuvo a punto de perderse la que seguramente había sido su última oportunidad de disputar un Mundial (ya tiene 34 años). Además, estamos hablando de una leyenda del fútbol de Perú que entre sus goles, la importancia táctica que tiene recibiendo juego directo o jugando de espaldas y el liderazgo que demuestra fue absolutamente clave para entender los motivos por los cuales su país ha regresado a la fiesta grande del balompié mundial después de 36 años de ausencia.

El caso es que Guerrero llegó a Rusia sin un ritmo competitivo óptimo y eso se notó tanto en su suplencia en el debut contra Dinamarca como en el partido contra Francia en el que fue fácilmente controlado por los centrales rivales. Esto tuvo mucho que ver en que Perú estuviera sin opciones de clasificarse a los octavos de final después de dos jornadas por más que dejara grandes sensaciones a nivel juego. Pero, dentro de todo lo injusto que puede llegar a ser este deporte, los comandados por el experimentado argentino Ricardo Gareca y el propio Paolo terminaron logrando sus goles y su victoria para despedirse con todavía más honor de Rusia. Además, no fue casualidad que, finalmente contando con una versión imponente de Guerrero, el conjunto sudamericano necesitara solamente cuatro intentos de remate para marcar dos goles a Australia, especialmente considerando que la “ausencia” (ya sea de presencia o de nivel) del delantero en los partidos contra daneses y franceses resultó en cero anotaciones en 27 intentos

Corea del sur vs Alemania

COREA DEL SUR: Cho Hyun-Woo; Lee Yong, Yun Young-Sun, Kim Young-Gwon y Hong Chul; Jung Woo-Young y Jang Hyun-Soo; Lee Jae-Sung, Koo Ja-Cheol (Hwang Hee-Chan, 56’; Go Yo-Han, 79’) y Moon Seon-Min (Ju Se-Jong, 69’); Son Heung-Min.

ALEMANIA: Manuel Neuer; Joshua Kimmich, Niklas Süle, Mats Hummels y Jonas Hector (Julian Brandt, 78’); Sami Khedira (Mario Gómez, 58’) y Toni Kroos; Leon Goretzka (Thomas Müller, 63’), Mesut Özil y Marco Reus; Timo Werner.

Alemania no tendrá la oportunidad de defender el título mundial conquistado en Brasil hace cuatro años. Es más, los alemanes, claramente el proyecto más sólido del fútbol de selecciones en este siglo, no estarán en las semifinales de un gran torneo por primera vez desde 2004 y han sido eliminados en la primera fase de una Copa del Mundo, cosa que no pasaba desde 1938. Así de impactante ha sido lo que sucedió en Kazan esta tarde. Pero no fue una eliminación que los comandados por Joachim Löw no merecieron. Alemania tuvo 90 minutos contra el rival más flojo de su grupo con la simple misión de ganar por un gol. Aunque las ocasiones acabaron apareciendo en el segundo tiempo, casi siempre a través de centros laterales y empuje, la verdad es que la Mannschaft no jugó para lograr el resultado que necesitaba considerando la debacle de México contra Suecia en el otro partido del grupo.

En este sentido, toda la primera mitad estuvo marcada por el miedo de los alemanes. Monopolizando la posesión del balón, el conjunto europeo demostró que estaba completamente bloqueado mentalmente después de lo que le ha pasado en las dos primeras jornadas. La facilidad con que tanto México como Suecia sumaron transiciones ofensivas en clara ventaja táctica hizo daño en la mente de todos los alemanes. Es por eso que, por ejemplo, en esta ocasión Löw ordenó que el interior Sami Khedira jugase todo el tiempo en la misma altura del mediocentro Toni Kroos y que sus jugadores tuvieran calma con el esférico en los pies. El tema es que, por puro miedo a perder el balón y sufrir un contraataque, la propia Alemania se atascó a la hora de atacar. No hubo ritmo, continuidad o fluidez en ningún tramo. Dentro de todo esto, Corea del Sur volvió a demostrar orden defensivo y poco más.

“Ofensivamente, los únicos jugadores de Alemania que respondieron en esta ocasión fueron Joshua Kimmich y Toni Kroos; incluso las mejores ocasiones de los alemanes salieron de los pies de su brutal lateral derecho”
El caso es que, con Son Heung-Min nuevamente en punta, ni siquiera la poca ayuda de las demás piezas ofensivas de Shin Tae-Yong o el intento de alcanzar un mayor control por parte de Alemania alejó la posibilidad de marcar a los surcoreanos. Al final, para los Taegeuk Warriors el plan fue muy concreto: aguantar defensivamente apoyado en grandes versiones del portero Cho Hyun-Woo y del central Kim Young-Gwon además de la presencia de jugadores físicos en mediocampo como Jung Woo-Young con la certeza de que la desesperación del rival haría lo demás. Y fue así que pasó. En el segundo tiempo Alemania tuvo que exponerse y lo anormal fue que el 1-0 cayera tan tarde (los centrales Niklas Süle y Mats Hummels estuvieron imperiales apagando fuegos). Pero ya en el descuento Kim encontró el 1-0 en un tiro de esquina y Son terminó de matar a la vigente campeona.

México vs Suecia

MÉXICO: Guillermo Ochoa; Edson Álvarez, Carlos Salcedo, Héctor Moreno, Jesús Gallardo (Marco Fabián, 65´); Héctor Herrera, Andrés Guardado (Jesús Manuel Corona, 75´); Miguel Layún (Oribe Peralta, 89´), Carlos Vela, Hirving Lozano; Javier Hernández.

SUECIA: Robin Olsen; Mikael Lustig, Victor Lindelöf, Andreas Granqvist, Ludwig Augustinsson; Viktor Claesson, Sebastian Larsson (Gustav Svensson, 57´), Albin Ekdal (Oscar Hiljemark, 80´), Emil Forsberg; Ola Toivonen, Marcus Berg (Isaac Thelin, 68´).

95 minutos de mexicanidad pura. Las alegrías no saben a nada si no hay un montón de sufrimiento detrás. “Sin dolor no te haces feliz”, recita la letra de una canción de la banda chilena La Ley que, años después, acompañó la mexicana Ely Guerra. Eso es México, cuya selección estuvo a punto de hacer historia como la primera en la historia que con 6 puntos no califica a octavos de final en una Copa del Mundo. No ocurrió porque, por más que el mexicano insista en el optimismo, en la motivación y el esfuerzo para salir adelante, la suerte juega un papel muy importante. Y a México le está saliendo todo.

Suecia era el equipo obligado a sacar el resultado y, no obstante las probabilidades, era el menos presionado. El peculiar temperamento de esta selección azteca, que en los Mundiales se ha distinguido por quedarse tendida en el cuadrilátero al primer golpe en un todo o nada, permitía a los suecos jugar con su plan de siempre, obligando a México a jugar en su peor contexto para esperar el error que suele hacer y capitalizarlo. Ninguno movió nada en relación al partido anterior, lo que en el campo le terminó dando la razón a la lectura que hizo el conjunto europeo sobre cómo se desarrollaría el encuentro.

Los mismos problemas que adoleció el sistema de Juan Carlos Osorio frente a Corea se presentaron. La creatividad de Héctor Herrera, la lucidez de Carlos Vela, el juego de espaldas de Javier Hernández y el atrevimiento de Hirving Lozano fueron entorpecidos por la calidad técnica y la mala toma de decisiones de Jesús Gallardo, Edson Álvarez y Miguel Layún, quienes nulificaron cualquier ventaja que sus compañeros habían generado segundos antes. Suecia no tuvo que forzar el error para contragolpear, solo esperarlo y luego recurrir a las conducciones hacia adentro de Forsberg y el juego aéreo de Ola Toivonen. Durante 45 minutos se toparon con la muralla Ochoa, posteriormente derrumbada al fin.

Las dos situaciones de juego que la Era Osorio les ha prestado más atención, la pelota detenida y la defensa de los servicios al segundo palo, nunca jugaron tan en contra de México como hoy. La superioridad sueca a balón parado y, especialmente, la espalda de Edson Álvarez que tenía que dejar desatendida por los cierres que debía hacer debido a los manos a manos en el área, acabaron con el júbilo que México transpiraba en la Copa del Mundo y lo convirtieron en el martirio de toda la vida. Corea del Sur hizo el favor y derrocó a Alemania, ahora México tendrá que enfrentarse contra su propio destino en octavos de final.

martes, 26 de junio de 2018

Australia Vs Perú

Australia: Mathew Ryan; Josh Risdon, Trent Sainsbury, Mark Milligan y Aziz Behich; Mile Jedinak y Aaron Mooy; Mathew Leckie, Tom Rogic (Jackson Irvine, 72’) y Robbie Kruse (Daniel Arzani, 58’); Tomi Juric (Tim Cahill, 53’).

Perú: Pedro Gallese; Luis Advíncula, Christian Ramos, Anderson Santamaría y Miguel Trauco; Renato Tapia (Paolo Hurtado, 63’) y Yoshimar Yotún (Pedro Aquino, 46’); André Carrillo (Wilder Cartagena, 79’), Christian Cueva y Edison Flores; Paolo Guerrero.

Después de dos muy buenas actuaciones que acabaron con el saldo de cero puntos y ningún gol marcado, el regreso de Perú a los Mundiales terminó con el merecido premio: victoria en la última jornada contra Australia. El tema es que mientras los peruanos ya no tenían aspiraciones clasificatorias, los australianos jugaban sus últimas cartas para intentar avanzar a octavos. Dentro de este escenario, al mismo tiempo en que los Incas en ningún tramo del juego demostraron el brutal ritmo ofensivo que caracterizó sus dos primeros duelos en territorio ruso (solamente cuatro remates en 90 minutos), por momentos se puede decir que el equipo entrenado por el holandés Bert van Marwijk hizo todo lo que necesitaba para conseguir los tres puntos.

En este sentido, fue destacado el hecho de que los Socceroos no acusaron problemas a la hora de asumir la iniciativa con la posesión del balón en una clara demostración de que algunas de las ideas asociativas de su antiguo entrenador Ange Postecoglou siguen presentes. De esta manera, con los centrocampistas Mile Jedinak y Aaron Mooy dirigiendo las cadenas asociativas desde la base de la jugada, Australia logró encontrar una y otra vez al espigado mediapunta Tom Rogic entre líneas, con el jugador del Celtic haciendo muchísimo daño a los peruanos. El problema para Australia estuvo en que sus demás piezas ofensivas, en especial el extremo izquierdo Robbie Kruse y el delantero Tomi Juric, nunca terminaron de aprovechar todas las ventajas y ocasiones generadas por la monumental versión de Rogic.

“Con el ingreso del interminable delantero Tim Cahill después de sufrir el 0-2, los australianos adoptaron una postura más directa y aérea, pero nunca lograron el gol que les daría vida otra vez aunque la cantidad de ocasiones generadas, especialmente a balón parado, fue alta”


A todo esto, un balón largo al veterano delantero Paolo Guerrero, una de las claves tácticas del equipo entrenado por el experimentado argentino Ricardo Gareca pero que se ha visto en pocas ocasiones en Rusia, resultó en el primer gol de Perú en Mundiales desde 1982 en un gran remate del extremo derecho André Carrillo. Aunque haya reaccionado bien al 0-1, estando muy cerca del empate en los minutos siguientes, la dificultad de la misión (entonces ya necesitaba remontar su partido y que Francia se impusiera sobre Dinamarca) hizo que Australia bajara los brazos en la recta final de la primera mitad y en el regreso del medio tiempo, algo que fue aprovechado por Guerrero, está vez con el capitán peruano marcando el segundo gol de su país después de buena jugada del mediapunta Christian Cueva.

Islandia vs Croacia

Islandia: Hannes Halldórsson; Birkir Saevarsson, Sverrir Ingi Ingason, Ragnar Sigurdsson (Björn Sigurdarson, 71’)y Hördur Magnússon; Jóhann Berg Gudmundsson, Aron Gunnarsson, Emil Hallfredsson y Birkir Bjarnason (Arnór Ingvi Traustason, 90’); Gylfi Sigurdsson; AlfredFinnbogason (Albert Gudmundsson, 85’).

Croacia: Lovre Kalinic; Tin Jedvaj, Vedran Corluka, Duje Caleta-Car y Josip Pivaric; Luka Modric (Filip Bradaric, 65’), Milan Badelj y Mateo Kovacic (Ivan Rakitic, 82’); Marko Pjaca (Dejan Lovren, 69’), Andrej Kramaric y Ivan Perisic.

Aunque finalmente acabara derrotada por Croacia, Islandia estuvo más cerca de dar la sorpresa en el grupo D del Mundial de Rusia de lo que muestra la clasificación definitiva. En general, a los comandados por Heimir Hallgrímsson les pasó lo mismo que había sucedido contra Nigeria en la segunda jornada: su primer tiempo rozó la perfección, pero el gol sufrido en el arranque de la segunda mitad complicó mucho las cosas para los islandeses. El tema es que, aunque necesitara de la victoria para tener opciones, el conjunto nórdico volvió a demostrar paciencia y confianza en su plan habitual de ofrecer el dominio de la posesión del balón al rival mientras espera en campo propio por sus oportunidades para atacar.

Exactamente como había sucedido contra los nigerianos, Islandia apenas permitió ocasiones a los croatas en los 45 minutos iniciales, manteniéndose sin sufrir en fase defensiva y yendo a más con el transcurrir de los minutos, algo que acabó resultando en hasta tres ocasiones clarísimas para lograr el 1-0 antes del paso por los vestuarios. En esto volvió a ser clave el mediapunta Gylfi Sigurdsson, que además en esta oportunidad contó con el regreso del extremo derecho Jóhann Berg Gudmundsson, el otro islandés capaz de generar peligro a través de una acción técnica superior. El caso es que los problemas volvieron a ser los mismos para Hallgrímsson: su selección no marcó el gol y permitió que el rival lo hiciera.

“Como ya tenía el primer lugar del grupo prácticamente asegurado, Croacia realizó hasta  ocho rotaciones en su XI titular y nunca terminó de forzar la máquina a lo largo del partido”
Por otro lado, a diferencia de lo que pasó contra Nigeria, esta vez la reacción de Islandia al 0-1 fue más positiva, mucho también porque el partido no le interesaba demasiado a los comandados de Zlatko Dalic. Entre jugadas a balón parado y algunas veces en las que Croacia quedó mal parada, los islandeses generaron ocasiones que transformaron al portero Lovre Kalinic en protagonista y finalmente llegaron al gol de empate anotado por Gylfi en un penalti. Con esto y también con el 2-1 de Argentina sobre los mismos nigerianos, Islandia estaba a un gol de clasificarse. Pero no hubo una última chance porque el extremo izquierdo Ivan Perisic aprovechó la desesperación rival para asegurar el pleno de puntos para Croacia.

Nigeria vs Argentina

NIGERIA: Francis Uzoho; Victor Moses, Leon Balogun, William Ekong, Kenneth Omeruo (Alex Iwobi, 90´), Bryne Idowu; Wilfred Ndidi, Etebo, John Obi Mikel; Kelechi Iheanacho (Odion Ighalo, 46´), Ahmed Musa (Nwankwo, 90 + 2´).

ARGENTINA: Franco Armani; Gabriel Mercado, Nicolás Otamendi, Marcos Rojo, Nicolás Tagliafico (Sergio Agüero, 80´); Javier Mascherano, Éver Banega; Enzo Pérez (Cristian Pavón, 61´), Lionel Messi, Ángel di María (Maximiliano Meza, 72´); Gonzalo Higuaín.

La mejor explicación sobre todo lo que acontece en este ciclo de la selección argentina la dio justo antes del partido alguien que lo conoce a la perfección, Gerardo Martino. El “Tata” describió con exactitud que es un fiel reflejo del estilo de vida de los argentinos, que “vive siempre buscando dónde están los problemas”. Argentina está más preocupada en señalar culpables que en buscar soluciones, y así es imposible construir un sistema, como le está sucediendo a Jorge Sampaoli, cuya etapa ha sido rescatada, momentáneamente, por una de las figuras silenciosas de Brasil 2014: Marcos Rojo.

Fracasado el extravagante 3-4-3 utilizado ante Croacia, la albiceleste recurrió al 4-4-2 del cotejo ante Islandia, pero con Mercado, Enzo e Higuaín por Salvio, Meza y Agüero. Y el cambio diferenciador: Éver Banega por Lucas Biglia. El silencio profundo y la cabeza hundida de Messi pedían a gritos que lo rodearan de talentosos que le aligeraran la carga dándole la pelota limpia y muy cerca del área rival, solo que a primera vista extrañaba que el del Sevilla se colocara en el lado izquierdo del mediocentro, ya que Mascherano, Mercado y Otamendi no lograban conectar con Leo desde la derecha.

Banega frotó la lámpara y un pase magistral suyo señaló el camino a seguir para saldar la deuda pendiente. Su pie y la capacidad rematadora de Messi, solo superada por Cristiano, son los cimientos del sistema que Sampaoli debe construir a partir del juego de octavos de final ante Francia; no la sangre de Mascherano, que ya no llega a los lugares donde podía llegar hace cuatro años; no los maratones de Di María sobre la banda izquierda, que hacen temer otro desgarre; no el sufrimiento, el “huevo”. Sí la claridad del talento.

Porque sobre lo que ocurrió en la segunda mitad no se puede edificar nada. Las descargas emocionales son efímeras pese a que vengan acompañadas de golpes de suerte. Arrancar de cero a cien en un segundo conlleva un desgaste brutal. Como Brasil en el Mundial pasado, Argentina está a un gol en contra que la convierta en un muerto andando. El grupo está al borde del colapso y Sampaoli, si quiere salvar el pellejo y pasar de villano a leyenda nacional, tiene que simplificar desde la calidad, no desde el sudor tribunero.

Dinamarca vs Francia

DINAMARCA: Schmeichel; Dalsgaard, Kjaer, Jorgensen, Stryger Larsen ; Christensen, Delaney (Lerager 92′), Eriksen; Braithwaite, Cornelius (Dolberg 75′), Pione Sisto (Fischer 60′).

FRANCIA: Mandanda; Sidibe, Varane, Kimpembe, Lucas Hernandez (Mendy 50′); Kante, N’Zonzi; Dembele (Mbappé 78′), Griezmann (Fekir 68′), Lemar; y Giroud

Llegó el primer 0-0 de este Mundial, un empate pronosticable entre franceses y daneses debido a que, para ambos, sumar un punto les aseguraba cumplir con el primer objetivo marcado: Francia aseguraría el primer puesto y Dinamarca avanzaría después de dos actuaciones poco convincentes ante Perú y Australia. Seguramente este partido fue el más pálido de toda la fase de grupos. Y las alineaciones lo confirmaban desde el principio. Didier Deschamps, técnico del conjunto francés, puso a siete suplentes para dar descanso a hombres clave como Umtiti, Pogba o Mbappé, quien entró de cambio en el segundo tiempo.

Por su parte, el estratega noruego del seleccionado danés, Age Hareide, puso a Andreas Christensen como mediocentro para cuidar la zona por donde se mueve Antoine Griezmann. La intención de Dinamarca era clara, y aún sabiendo que Australia estaba perdiendo contra Perú no buscaron la portería defendida por Mandanda. El empate les valía. El juego prácticamente se limitó a activar en el juego directo a Cornelius, quien estuvo muy solo en punta porque había muchos metros de distancia con Eriksen, más centrocampista que mediapunta hoy, y con el extremo Pione Sisto, que no pudo correr a campo abierto.

En un partido de cero riesgos y poquísimas ocasiones, Francia gana un grupo que ha dejado sensaciones extrañas porque quizá el que mejor jugó, Perú, ha terminado eliminado incluso antes de jugarse la tercera jornada. Si el equipo galo quiere trascender en este Mundial deberá mejorar colectivamente, por más que tenga individualidades de absoluta élite. Le toca a Deschamps dar el golpe de autoridad.

lunes, 25 de junio de 2018

Arabia Saudita vs Egipto

ARABIA SAUDITA: Al Mosailem; Al Burayk, Osama Hawsawi, Motaz Hawsawi, Al Shahrani; Otayf, Al Moshawi, Al Faraj; Bahbir (Asiri, 65’), Al Muwallad (Al Shehri, 80’), Al Dawsari.

EGIPTO: El Hadary; Fathi, Gabr, Hegazy, Abdel-Shafy; Elneny, Hamed; Said (Warda, 45+7’), Salah, Trezeguet (Kahraba, 81’); Mohsen (Sobhi, 65’)

En la Historia de los Mundiales este partido será recordado por uno de los porteros. El arquero egipcio Essam El Hadary se convirtió a sus 45 años y 161 días en el futbolista más longevo en disputar una Copa del Mundo. Además, logró parar un lanzamiento de penalti al punta saudí Al Muwallad y tuvo una gran actuación, salvando en más de una ocasión al conjunto de Héctor Cúper. Superó por más de dos años al colombiano Faryd Mondragón, pero no pudo ayudar a sus compatriotas a ganar el primer punto en el Mundial. En la última jugada, el premio llegó para los sauditas de Pizzi. El único equipo que buscó constantemente acabar con tres puntos. Egipto, con Salah desenchufado pero siendo determinante desde la mediapunta (Said cambió pronto a la banda derecha), volvió a decepcionar.

Tan cerca y tan lejos. A Arabia Saudita y a Egipto solo les separa Jordania y el mar Rojo. Sin embargo, pertenecen a confederaciones y continentes diferentes. Así pues, egipcios y árabes, con parte de la cultura similar, vivían un derbi en el intrascendente cierre de su participación en la Copa del Mundo. Arabia Saudí volvió a ser un equipo pensado para trenzar jugadas y asociarse con un centro del campo relacionado al pase corto con Otayf de pivote (más del 95% de acierto en el pase), el zurdo Al Faraj (el mejor) y Al Moshawi (novedad) haciendo de interiores. Siempre con la ayuda del “marceliano” diestro Al Shahrani y con el extremo Al Dawsari que bajaba a línea de medios para ayudar en la salida.

Antes de la media hora, el error saudí ya había llegado en forma de pérdida de Al Dawsari. Entre Said y la técnica de Salah, el marcador se puso a favor de quien menos lo había intentado. A los Halcones Verdes se les puede vencer por calidad, pero no a resiliencia. No bajaron los brazos y siguieron queriendo plasmar su juego con mejores ideas que acierto técnico. Justo antes del descanso llegó el momento de gloria de El Hadary deteniendo ese penalti (aunque tendría más trabajo que Al Mosailem en la otra portería; aunque el segundo, no lo pudo parar. Tras una segunda parte con cambios de posición en ambos equipos (Warda jugó en la banda derecha y luego de segundo punta junto a Salah, Trezeguet cambió de banda cuando entró Sobhi; mientras que Pizzi dio entrada a un nueve como Asiri llevando a la banda a Al Muwallad), Arabia obtuvo el premio finalizando la jugada que siempre buscaron firmar.

Irán vs Portugal

IRÁN: Alireza Beiranvand; Ramin Rezaeian, Morteza Pouraliganji, Majid Hosseini y Ehsan Hajsafi (Milad Mohammadi, 56’); Omid Ebrahimi, Saeid Ezatolahi(Karim Ansarifard, 76’) y Vahid Amiri; Alireza Jahanbakhsh (Saman Ghoddos, 70’), Sardar Azmoun y Mehdi Taremi.

PORTUGAL: Rui Patrício; Cédric Soares, Pepe, José Fonte y Raphaël Guerreiro; Ricardo Quaresma (Bernardo Silva, 70’), Adrien Silva, William Carvalho y João Mário (João Moutinho, 84’); André Silva (Gonçalo Guedes, 90’+6) y Cristiano Ronaldo.

Un balón en la frontal del área chica sin marca y contra portero rival. Pero el extremo Mehdi Taremi lo falló como también lo hizo en una ocasión clarísima para poner el 1-1 contra España en la segunda jornada. Era la oportunidad que necesitaba Irán para hacer historia. Para mandar Portugal y Cristiano Ronaldo a casa. Para ganar el grupo de la muerte en el Mundial de Rusia. Pero Taremi falló. Si el veterano entrenador portugués Carlos Queiroz habla frecuentemente que los iraníes tienen solamente la opción de ganar o aprender, Taremi tendrá cuatro años para entender lo que ha pasado en la jugada de su vida. Mientras tanto, aunque sea uno de los proyectos más asentados del fútbol de selecciones, también hay que decir que el Team Melli todavía no estaba preparado para lograr tal hazaña. En el día clave, el equipo de Queiroz jugó su peor partido en la fase de grupos de la Copa del Mundo de Rusia.

Además, desde el primer minuto se notó el nerviosismo y la tensión de Irán, que en el tramo inicial cometió concesiones defensivas que no está acostumbrado. Esto fue lo único que acercó a otra pobre versión de Portugal al gol durante toda la noche. Después de terminar sufriendo muchísimo contra Marruecos, la verdad es que los comandados por el experimentado Fernando Santos nuevamente volvieron a completar una actuación repleta de dudas. Sin argumentos ofensivos para generar ocasiones contra un rival replegado más allá de los pocos intentos de un Cristiano Ronaldo que desde hace tiempo no está para acciones individuales milagrosas, los portugueses también estuvieron poco contundentes sin el balón. Sin ir más lejos, cuando los iraníes se calmaron, la sensación fue que dos decisiones y pases correctos les generaba una transición ofensiva en clara superioridad para los asiáticos. Pero esto sucedió poco.

“El portero Alireza Beiranvand ha sido la imagen de Irán en el partido: nervioso y capaz de lo peor, pero con el mérito de mantenerse vivo (en este caso parando un penalti)”
Al final, a lo largo de los 90 minutos el conjunto asiático sumó muchísimas decisiones equivocadas y no supo reaccionar bien a la genialidad del veterano extremo derecho Ricardo Quaresma que generó el 0-1 ya al borde del descanso, situación que se ha visto con claridad en la acción del penalti sobre Cristiano que el proprio delantero del Real Madrid no logró transformar en el gol que sería definitivo para las aspiraciones rivales. A todo esto, durante un tramo muy largo, Irán estuvo más pendiente del árbitro que de buscar soluciones futbolísticas necesitando dos goles. El tema es que Portugal nunca pudo cerrar el partido (no volvió a generar ocasiones para marcar mientras su defensa, a excepción de una buena versión del interminable central Pepe, dejó dudas). Fue en este escenario, demostrando más voluntad que ideas, que Irán alcanzó el empate ya en el descuento y tuvo su opción para hacer historia.

España vs Marruecos

ESPAÑA: David de Gea; Daniel Carvajal, Gerard Piqué, Sergio Ramos, Jordi Alba; Thiago Alcántara (Marco Asensio, 74´), Sergio Busquets, Andrés Iniesta; David Silva (Rodrigo, 84´), Diego Costa (Iago Aspas, 74´), Isco.

MARRUECOS: Munir; Nabil Dirar, Manuel da Costa, Romain Saiss, Achraf Hakimi; Mbark Boussoufa; Nordin Amrabat, Younes Belhanda (Faycal Fajr, 63´), Hakim Ziyech (Aziz Bouhaddouz, 85´); Khalid Boutaib (Youssef En-Neysri, 71´)

El fútbol no va a ser el mismo después de Rusia 2018. El paradigma que ha alterado las bases de cómo se juega a esto, representado a nivel de selecciones por España, ha enseñado sus debilidades no solo en los tres partidos de la fase de grupos, sino desde Sudáfrica 2010. Solo que en aquella ocasión, y luego también en la Eurocopa de 2012, a la Furia Roja le cayó todo de cara y siguió con una forma de jugar todavía mejorable aunque entre 2008 y 2012 haya imperado sobre las demás maneras de entender este deporte.

La abrumadora cantidad de tiempo que España y los equipos dirigidos por Pep Guardiola disponen de la pelota da la impresión de que el Juego de Posición es una manera de jugar netamente ofensiva, y no es así, pues le da un énfasis muy importante a la presión tras pérdida, es decir, a tratar de recuperar el balón lo más rápido y lejos de la propia portería posible. Uno de los principios elementales de la escuela de Johan Cruyff es que si tú tienes la pelota, el otro no, por lo que no puede marcar. Incluso la última novedad de Guardiola, el lateral-centrocampista, surgió a raíz de impedir los contragolpes comunes de la Bundesliga.

Si España, ocho años después, sigue sufriendo para abrir la lata es por el obsesivo enfoque en su arco en lugar de buscar muchos caminos para el gol. Así es como Diego Costa, que además juega en un club con una visión diametralmente opuesta, tiene que hacer maravillas para generar ventajas. Su juego de espaldas fue la única vía que contó Fernando Hierro para romper el repliegue de Marruecos, que se ha marchado de la Copa del Mundo como último lugar de grupo aunque por sensaciones bien pudo quedar en primer lugar.

De estar al borde de la eliminación en un contexto muy similar al del duelo ante Croacia en la EURO 2012, la justicia del VAR ayudó a que España termine en la primera posición del grupo B y se enfrente nada menos que a la anfitriona Rusia en octavos de final. Hierro ya vio que el costado izquierdo con Alba, Iniesta e Isco funciona a la perfección, pero ni con tres interiores, dos extremos y dos laterales derechos distintos ha logrado que ambas bandas confluyan hacia el lugar que importa: el centro, donde está la portería. Costa necesita una mano, ¿la de Aspas, Rodrigo o Saúl? Ellos representan amenaza de gol, el activo más olvidado en todo este tiempo por el Juego de Posición. Y el más importante.

domingo, 24 de junio de 2018

Japón vs Senegal

JAPÓN: Kawashima; Sakai, Yoshida, Shoji, Nagatomo; Shibasaki, Hasebe; Haraguchi (Okazaki, 75′), Kagawa (Honda, 72′), Inui (Usami, 87′); Osako

SENEGAL: Khadim N’Diaye; Wague, Salif Sané, Koulibaly, Sabaly; Alfred N’Diaye (Kouyaté, 65′), Badou Ndiaye (N’Doye, 81′), Gueye; Sarr, Niang (Diouf, 86′), Mané.

Dos polos opuestos empataron tras los sorprendentes triunfos de la primera jornada. Senegal, en 4-3-3 donde Gueye se quedaba en la base cuando se pasaba al 4-4-2 en fase defensiva, se puso dos veces por delante, pero en ningún momento pudo aprovechar esa ventaja porque Japón no le dejo correr al espacio ni con empate ni tampoco con el resultado a favor. Aunque no pudiera transitar, Senegal sí uso el juego directo que buscaba los centímetros de Niang, muy batallador ante la pareja de centrales japonesa, liderada por Yoshida. Todo lo contrario fue Japón, que siempre buscó a través del pase corto establecerse en campo rival. Eso sí, los goles nipones no llegaron asi.

Arrancó con potencia Senegal. Por la banda derecha Sarr buscaba las cosquillas a Nagatomo. Para inaugurar el encuentro, sería el lateral de esa banda -Wague- quien pondría un centro pasado, que recogería el otro lateral. Sabaly, jugando a pierna cambiada, disparó un centro-chut que Kawashima convirtió en peligroso con su desconcertante despeje de puños y que Mané, un poco gris, traduciría en mortal aprovechando el rebote. A partir de entonces, Japón, con Hasebe o Shibasaki bajando a la línea de centrales para ayudarles en salida, intentó sin ningún éxito habilitar por dentro a la línea de mediapuntas. Tuvo que ser en un balón largo preciso de Shibasaki buscando la espalda de Wague y encontrando a Nagatomo que pudo conectar con Inui cuando Japón, cuando más bloqueado parecía, halló el empate.

El empate sentó bien a Japón que empezó a encontrar a Inui tanto por fuera como por dentro. Sin embargo, cuando los asiáticos habían perdonado dos veces casi seguidas con un casi remate de Osako tras una pérdida de Badou Ndiaye y un balón al larguero de Inui en un contraataque, llegaría el segundo de los Leones de la Teranga. Una recepción de Mané por fuera con el consiguiente desmarque de su lateral por dentro suponía que Sabaly centrase, Niang prolongase de tacón y apareciese el otro lateral Wague, libre de marca, para poner el 2-1 que tampoco iba a durar mucho. El técnico Nishino dio entrada a Okazaki para jugar con doble punta y a Honda por la banda derecha. Sería el máximo goleador japonés en los mundiales quien aprovecharía la asistencia de Inui (el más destacado) precedida por el regalo del guardameta senegalés Khadim Ndiaye en una mala salida para igualar un partido que ninguno mereció perder. Con 4 puntos, ambas llegan a la tercera jornada dependiendo de sí mismas.

Inglaterra vs Panamá

INGLATERRA: Jordan Pickford; Kieran Trippier (Danny Rose, 70’), Kyle Walker, John Stones, Harry Maguire y Ashley Young; Ruben Loftus-Cheek, Jordan Henderson y Jesse Lingard (Fabian Delph, 63’); Raheem Sterling y Harry Kane (Jamie Vardy, 63’).

PANAMÁ: Jaime Penedo; Michael Amir Murillo, Román Torres, Fidel Escobar y Erick Davis; Armando Cooper, Gabriel Gómez (Felipe Baloy, 69’) y Aníbal Godoy(Ricardo Ávila, 63’); Édgar Bárcenas (Abdiel Arroyo, 69’), Blas Pérez y José Luis Rodríguez.

Después de un arranque repleto de ritmo contra Túnez en su debut, Inglaterra se esfumó con el transcurrir de los minutos contra el conjunto africano, tanto que acabó necesitando el balón parado sobre la hora para finalmente ganar. El tema es que a los equipos bien entrenados les acostumbra pasar eso y con los ingleses parece que vamos en esta dirección por primera vez en muchísimas fases finales de torneos. Porque el inicio de los Three Lions contra Panamá tampoco es que fuera muy positivo en términos de juego. Sin ir más lejos, después de 36 minutos cada selección había intentado tres remates. El caso es que la pizarra de Gareth Southgate está marcando diferencias y eso acerca a su equipo a la victoria.

La ventaja más clara, evidentemente, está en el balón parado, que otra vez fue el camino para que Inglaterra abriera la lata. Además, Jesse Lingard está pudiendo demostrar su dinamismo como interior en el 5-3-2 inglés, situación que se ha visto en la jugada que generó el penalti del 2-0. Esto sin considerar que, debido al buen funcionamiento táctico, el jugador del Manchester United viene ganando confianza, algo que posibilita acciones técnicas como la que se ha visto en el tercer gol de Inglaterra. Por otro lado, si los panameños estaban realizando concesiones que no deberían en su intención de competir, el 3-0 fue un golpe definitivo en todos sus niveles de concentración, especialmente porque el rival no estaba jugando para tener tal marcador.

“Jesse Lingard lleva seis remates, un golazo y un penalti sufrido con sus llegadas al área desde segunda línea en lo que va de Mundial”
Con los comandados por el colombiano Hernán Darío Bolillo Gómez desconectados del partido, Inglaterra pudo confirmar su goleada antes del paso por los vestuarios sin que el adversario tuviera fuerzas para reaccionar. A todo esto, cuatro temas también merecen mención: los tres goles sin hacer nada de otro mundo por parte del delantero Harry Kane, las muy buenas sensaciones del extremo derecho Édgar Bárcenas después de ser el panameño más peligroso contra Bélgica y en el mismo arranque del partido de este domingo, el hecho de que Inglaterra sume cinco anotaciones gracias a jugadas de estrategia en dos partidos de la Copa del Mundo y el primer gol de Panamá en su historia mundialista (además marcado por un mito como el experimentado central Felipe Baloy).

sábado, 23 de junio de 2018

Bélgica vs Túnez

BÉLGICA: Courtois; Alderweireld, Boyata, Vertonghen; Meunier, De Bruyne, Witsel, Carrasco; Mertens, (Tielemans, 86′) Hazard (Batshuayi, 68′); Lukaku (Fellaini, 59′)

TÚNEZ: Ben Mustapha; Bronn (Nagguez, 24′), Syam Ben Youssef (Benalouane, 41′), Meriah, Ali Maâloul; Skhiri, Sassi (Sliti, 60′); Fakhredinne Ben Youssef, Khaoui, Badri; Khazri.

El encuentro con más goles en lo que llevamos de Mundial dejó algo más que la candidatura de Bélgica. Los dobletes de Hazard y Lukaku antes de la hora de juego explican la potencia ofensiva que tienen los belgas que se aprovecharon de las circunstancias tunecinas. Nabil Maâloul cambió el 4-3-3 del inicio ante Inglaterra por un 4-2-3-1, pero aun así, el sistema de tres centrales también se le atragantó como en la primera parte ante los ingleses. Infortunios en forma de lesión aparte (el goleador Bronn y el desacertado central Syam Ben Youssef se marcharon en la primera parte), Túnez vivió en el error continuo en la primera parte. Demasiadas pérdidas en la fase de inicio para salir vivo ante el combinado de Roberto Martínez. Una Bélgica que no jugó un partido perfecto, pues Boyata y compañía tuvieron trabajo pero que mostró gran parte de su potencial.

Bélgica generó juego y anotó de diferentes maneras (transición, juego directo, a balón parado, etc.). El primero llegó de penalti, tras una acción en la que Hazard y Mertens se juntaron en el costado derecho para generar superioridad y forzar el error de Syam Ben Youssef. Tras el penalti marcado por Eden Hazard, llegaría el primer error de Maâloul quien regaló una transición para que Lukaku se luciera con su desmarque y remate cruzado. El 2-1, a balón parado botado por Khazri y rematado por Bronn, bajó el ritmo a una Bélgica que siguió dominando y aprovechándose de pérdidas no forzadas del rival para generar ocasiones. Túnez era incapaz de encontrar a los mediapuntas y cuando lo hacía, estos no tenían el día para generar peligro. Solo con Sliti en la segunda parte mejoraron un poco, ya con Khaoui al lado de Skhiri en un 4-2-3-1 que se mantuvo todo el partido.

Justo antes del descanso, el lateral izquierdo Ali Maâloul tuvo otra pérdida que aprovecharon Meunier (gran partido), De Bruyne y Lukaku para agrandar la ventaja. Poco después de la reanudación, la puntilla al partido recuperación en medio campo, combinación en poco espacio y balón perfecto de Alderweireld a la espalda de Benalouane; genial control de Hazard y doblete tras marcharse de Ben Mustapha, guardameta que si bien se entonó en la segunda parte, sobre todo, ante Batshuayi, nunca dejó sensación de seguridad. Al final, Martínez permitió a De Bruyne adelantar su posición con el ingreso de Fellaini y también dio minutos a Batshuayi y a Tielemans quienes entre los dos cerraron la goleada. En la última jugada del encuentro, Khazri anotó el último gol a pase de Nagguez para cerrar un partido con demasiados fallos tunecinos como para que el resultado fuese diferente.

Alemania vs Suecia

ALEMANIA: Manuel Neuer; Joshua Kimmich, Jerome Boateng, Antonio Rüdiger, Jonas Hector (Julian Brandt, 87´); Sebastian Rudy (Ilkay Gündogan, 31’), Toni Kroos; Thomas Müller, Marco Reus, Julian Draxler (Mario Gomez, 46´); Timo Werner.

SUECIA: Robin Olsen; Mikael Lustig, Victor Lindelöf, Andreas Granqvist, Ludwig Augustinsson; Viktor Claesson (Jimmy Durmaz, 74´), Sebastian Larsson, Albin Ekdal, Emil Forsberg; Ola Toivonen (John Guidetti, 78´), Marcus Berg (Isaac Thelin, 90´).

Sea cual sea el lugar en el que Alemania termine el Mundial, debe replantearse muchas cosas para mantener su paso demoledor en el fútbol de selecciones. ¿Cómo es posible que la vigente campeona del mundo y de la Copa Confederaciones (con cuadro alternativo inclusive) esté viviendo Rusia 2018 con cara de sufrimiento desde el silbatazo inicial contra México? Es verdad que los amistosos dieron pie a las preocupaciones, pero que llegaran a tal grado de tensión hace pensar que el fútbol alemán no vive un momento tan glorioso como se pensaba cuando levantaron el trofeo hace cuatro años en Brasil.

Joachim Löw no tardó en hacer cambios drásticos. Toni Kroos y Sami Khedira no saben repartirse el centro del campo sin alguien detrás y por eso entró al once Sebastian Rudy por el de la Juventus, además de Reus por Özil y el cambio obligado de Rüdiger (siempre propenso al fallo gordo) por Mats Hummels. El comienzo fue avasallador: Suecia solo había dado seis pases en los primeros diez minutos. Si bien Thomas Müller no respondía a la excesiva confianza que el sistema le está dando para que moviera el marcador y Rüdiger ya había regalado la clara ocasión que acostumbra, todo estaba bajo control hasta que Rudy no pudo continuar por una acción inesperada que en un Mundial siempre hay que esperar.

Gündogan entró por el lesionado y en la primera oportunidad que tuvo de interactuar con Kroos, Toni falló un pase que nunca falla y Toivonen dejó malherido al campeón. Desgraciadamente para Suecia y México, Alemania no pierde el combate a los puntos. Hay que noquearlo y esperar a que el árbitro anuncie que no se puede levantar. El gancho al hígado de Toivonen dejó aturdido a Löw, quien fue capaz de rectificar y alejando a Timo Werner del área acercó a su equipo a los octavos de final. Para redondear las caídas a banda del atacante del Leipzig, metió a Mario Gomez por Julian Draxler. El dilema se resolvió en cinco minutos.

El tiro de gracia que Suecia no dio, ya que cuenta con muy escasos recursos para anotar y el espíritu de supervivencia de los alemanes salió a flote de nueva cuenta, lo dio Kroos con su impecable golpeo de balón. Las discusiones sobre la ausencia de Leroy Sané, el modelo económico de la Bundesliga y la filosofía de juego que predomina en los técnicos locales hay que postergarlas. Alemania sigue viva.

Corea del Sur vs México

COREA DEL SUR: Cho Hyun-Woo; Lee Yong, Jang Hyun-Soo, Kim Young-Gwon, Kim Min-Woo (Hong Chul, 84´); Moon Seon-Min (Jung Woo-Young, 77´), Ju Se-Jong (Lee Seung-Woo, 64´), Ki Sung-Yeung, Hwang Hee-Chan; Lee-Jae-Sung, Son Heung-Min.

MÉXICO: Guillermo Ochoa; Edson Álvarez, Carlos Salcedo, Héctor Moreno, Jesús Gallardo; Miguel Layún, Héctor Herrera, Andrés Guardado (Rafael Márquez, 68´), Hirving Lozano (Jesús Corona, 71´); Carlos Vela (Giovani dos Santos, 77´), Javier Hernández.

Después de conseguir la hazaña contra Alemania que aclaró el camino en Rusia, a México le tocó afrontar un escenario totalmente distinto, que es justamente el más complicado en el Mundial: jugar contra un rival que regala la pelota. La historia reciente de la Selección Mexicana se ha caracterizado por partidos memorables frente a las potencias y tortuosos frente a contrincantes menores. Y eso se debe a una sencilla razón: el uso de la pelota. Todo fluye cuando no existe el compromiso de mantener el balón. El peor contexto para México en la alta competencia es cuando tiene más metros para correr hacia atrás que hacia adelante.

Juan Carlos Osorio cerró la única puerta que le dejó abierta a Alemania el domingo pasado, por lo que envió a la banca a Hugo Ayala para darle la titularidad a Edson Álvarez como lateral derecho y recorrer a Carlos Salcedo (su Mundial ha sido imponente) a la defensa central. Por el otro lado, Corea dejó de confiar todo su ataque en la estatura de Kim Shin-Wook, quien hubiera sido un obstáculo en el plan contragolpeador; apostaron por la velocidad y consiguieron que en los primeros 20 minutos México viviera una pesadilla que trajo de nuevo a la mente los traumas que le han perseguido desde 1994.

Dado que el ataque posicional mexicano, el cual llegó a su cénit en noviembre de 2016 en Columbus ante Estados Unidos, no ha podido resolver los problemas estructurales que producen su atasco, Carlos Vela dejó su posición de mediapunta por detrás de Javier Hernández para colocarse como interior izquierdo y mejorar la circulación del balón. Carlos e Hirving Lozano, ahora en estático, volvieron a representar el mayor peligro a sus adversarios, solo que ante un repliegue hay más jugadores que enfrentar y en esta ocasión ellos estaban muy visibles y, sobre todo, muy alejados del gol.

Angola en 2006 y Sudáfrica en 2010. Se estaba repitiendo la historia hasta que Corea del Sur regaló el 1-0 por la vía penal, lo que paulatinamente liberó a México de la pelota, pero no de su otro principal problema: la falta de tensión. Concacaf no permite que compita a menudo en juegos de alto voltaje, bajo presión máxima y constante: el pase equivocado de Rafael Márquez lo representa a la perfección. Si no se quiere repetir la historia es necesario pisar el freno, disminuir el éxtasis y saber administrar la pelota. Suiza y Serbia ya están tomando nota por si se topan a México en octavos.

viernes, 22 de junio de 2018

Serbia vs Suiza

SERBIA: Vladimir Stojkovic; Branislav Ivanovic, Nikola Milenkovic, Dusko Tosic y Aleksandar Kolarov; Luka Milivojevic (Nemanja Radonjic, 81’) y Nemanja Matic; Dusan Tadic, Sergej Milinkovic-Savic y Filip Kostic (Adem Ljajic, 75’); Aleksandar Mitrovic.

SUIZA: Yann Sommer; Stephan Lichtsteiner, Fabian Schär, Manuel Akanji y Ricardo Rodríguez; Valon Behrami y Granit Xhaka; Xherdan Shaqiri, Blerim Dzemaili (Breel Embolo, 73’) y Steven Zuber (Josip Drmic, 90’+3); Haris Seferovic (Mario Gavranovic, 46’).

Aunque su pasado reciente esté muy relacionado con una clara vocación defensiva – han sido eliminados del Mundial de Alemania en 2006 sin sufrir gol y ganaron a España en su debut en Sudáfrica en 2010 en una de las mayores resistencias defensivas que se recuerda en las últimas ediciones de las Copas del Mundo –, hace ya algunos años que Suiza no tiene nada que ver con la generación que le puso otra vez en el mapa futbolístico en la década anterior. En Rusia 2018, esto fue algo que se pudo comprobar cuando Brasil le ofreció la iniciativa con el balón en la primera jornada y que volvió a quedar muy claro este viernes contra Serbia en lo que claramente fue un choque de estilos que acabó con victoria de los suizos ya sobre la hora después de que el estilo vertical y físico del equipo serbio se impusiera en más de un tramo del partido.

Destacado fue el arranque de partido del equipo serbio. Con todo su juego relacionado con la capacidad aérea del mediapunta Sergej Milinkovic-Savic y principalmente del delantero Aleksandar Mitrovic, ya sea al momento de buscar una salida en largo o de llevar los ataques a las bandas – casi siempre la derecha, donde el extremo Dusan Tadic estuvo inspirado mientras demostraba la peligrosidad de su pierna zurda – para luego centrar, a Suiza se le notó que incluso uno de sus centrales (Fabian Schär) está más relacionado con la tenencia del balón que con defender. Fue así que Serbia finalmente llegó al 1-0 con Mitrovic imponiéndose por arriba tras un maravilloso centro de Tadic, y pudo marcar más goles en el resto de la primera mitad por más que los suizos lograsen reaccionar con el transcurrir de los minutos.

“Sergej Milinkovic-Savic nunca terminó de aparecer en el partido, cosa que sí hizo un monumental Xherdan Shaqiri, clave para entender la reacción y posterior victoria de Suiza (el gol fue un merecido premio al pequeño zurdo).
Para el equipo dirigido por el bosnio Vladimir Petkovic, las cosas empezaron a cambiar cuando el joven central Manuel Akanji pasó a sumar acciones defensivas correctas que controlaron el impacto de Mitrovic. A continuación apareció la capacidad asociativa de jugadores como Schär, el lateral izquierdo Ricardo Rodríguez o el mediocentro Granit Xhaka, que con sus pases demostraron que Serbia tampoco es una roca defensiva en campo propio aunque su capacidad física sea brutal. Fue así que los suizos encontraron por primera vez al extremo derecho Xherdan Shaqiri entre líneas, con las llegadas al área del mediapunta Blerim Dzemaili volviendo a amenazar al rival. Pero, como el jugador del Bologna no anda acertado en el remate en este Mundial y a los delanteros suizos les falta gol, tuvo que ser el propio Shaqiri quien lideró la emocionante remontada de su selección con un contragolpe perfecto.

Brasil vs Costa Rica

BRASIL: Alisson; Fágner, Thiago Silva, João Miranda, Marcelo; Paulinho (Roberto Firmino, 68´), Casemiro, Philippe Coutinho; Willian (Douglas Costa, 46´), Gabriel Jesus (Fernandinho, 90 + 3´), Neymar.

COSTA RICA: Keylor Navas; Cristian Gamboa (Francisco Calvo, 75´), Johnny Acosta, Geancarlo González, Óscar Duarte, Bryan Oviedo; Johan Venegas, Celso Borges, David Guzmán (Yeltsin Tejeda, 83´), Bryan Ruiz; Marco Ureña (Cristian Bolaños, 54´).

La frase “las distancias se acortan” es dicha en cada competición de selecciones hasta el hartazgo, pero no la hace menos cierta. La globalización ha logrado que el conocimiento del juego no esté depositado solamente en unas cuantas mentes maestras que lo confían a sus discípulos. Esta Copa del Mundo nos ha enseñado que el ataque posicional, más que un gusto, es una necesidad. Los sistemas defensivos que los equipos débiles han diseñado para equiparar fuerzas contra las potencias cada vez son más complejos y eficientes. Si terminan por fallar, como le ocurrió a los ticos, no es por fallas estructurales, sino por agotamiento. Combatir al talento, imprevisible, desgasta.

Brasil volvió a atascarse ante un rival que le cedió por completo el balón. Con Tite volaban en las eliminatorias al grado de funcionar con el piloto automático. La ausencia de Dani Alves y las lesiones de Renato Augusto y Neymar, no obstante, obligaron a realizar unas modificaciones al sistema. Y ahí es cuando Philippe Coutinho lo usurpó. De tener un papel secundario como extremo derecho, el del Barcelona ahora es protagonista desde el interior izquierdo en detrimento de la sociedad que han construido durante años Marcelo y Neymar. Esto ha traído como consecuencia que Paulinho tenga que hacer más cosas aparte de rellenar el área y entregar su posición de partida para que los virtuosos la ocupen.

El 5-4-1 de Costa Rica es cuatro años más maduro. Las tres Champions consecutivas de Keylor Navas han hecho que quienes lo quieran superar vean su arco muchísimo más pequeño, como también ven la portería contraria los propios centroamericanos porque ya no amenazan tanto al contragolpe como en Brasil 2014, cuando Joel Campbell sembraba hectáreas de terror. Su plan se vino abajo cuando entró Douglas Costa por Willian y a base de su insistencia en el mano a mano sacó a Brasil del embotellamiento y los puso en una autopista para meter quinta. La moraleja es que el fútbol tradicional se está pareciendo más y más al fútbol sala. Y Roberto Firmino juega como un ‘pívot’.

Nigeria vs Islandia

NIGERIA: Francis Uzoho; Victor Moses, Leon Balogun, William Ekong, Kenneth Omeruo, Bryne Idowu (Tyronne Ebuehi, 46´); John Obi Mikel, Wilfred Ndidi, Etebo (Alex Iwobi, 90 + 1´); Kelechi Iheanacho (Odion Ighalo, 85´), Ahmed Musa.

ISLANDIA: Hannes Halldorsson; Birkir Savarsson, Kari Arnason, Ragnar Sigurdsson (Sverrir Ingason, 65´), Hordur Magnusson; Rurik Gislason, Aron Gunnarsson (Ari Skúlason, 87´), Gylfi Sigurdsson, Birkir Bjarnason; Jon Bohdvarsson (Bjorn Sigurdharson, 71´), Alfredd Finghbogasson.

Islandia es el 4-4-2 por excelencia en el fútbol de selecciones. La formación básica (solo tres líneas, cinco parejas en la cancha) parecía que estaba en peligro de extinción en la élite dada su simpleza, pero Atlético de Madrid, Leicester y los islandeses la reivindicaron como la fórmula para hacer frente a la escasez de talento y como antídoto ante contrincantes que se terminan enredando con la pelota de tanto tenerla. Claro, a esto se juega entre dos porterías y para completar el método hay que recurrir al contragolpe y la pelota parada, virtudes islandesas que Nigeria las transformó en defectos en un partido difícil de digerir en la primera mitad pero con tintes dramáticos en la segunda.

El cuadro africano modificó su parado con tal de contrarrestar los balones catapultados hacia la doble punta de Islandia, así que salió con un 3-5-2 que en teoría pintaba muy bien pero en la práctica no asignó una repartición propicia de funciones y espacios. Había tres centrocampistas nigerianos contra dos islandeses, si nos apegamos al librito, pero la ocupación de los sectores de la cancha no consiguió desestabilizar las tres lineas del repliegue islandés tanto en horizontal como en vertical. Nigeria sufrió menos en los momentos dinámicos del juego, en el marco en el que la pizarra, estática, no alcanza a llegar.

Así fue que un saque de banda de Islandia, cuyo efecto visual produce escalofríos, acabó en un contragolpe letal que liquidó con elegancia Ahmed Musa (con experiencia en el Leicester, para variar). El tan esquemático 4-4-2 de los casos citados se mueve a la perfección mientras el marcador siga 0-0. Es tan sólido que ante la menor desventaja se rompe. Islandia tenía la urgencia de anotar y abrió las puertas al segundo tanto de Musa, con muchísimos metros para correr: el común denominador del Mundial. Al final Nigeria sacó a relucir la inconsistencia típica de las selecciones africanas y por poco tira por la borda una ventaja que nació desde un saque de banda cuyo tiro salió por la culata. Además, Sigurdsson, el mejor islandés, falló un penalti al 83′, factor que hubiese podido cambiar el final del encuentro.

Francia vs Perú

FRANCIA: Hugo Lloris; Benjamin Pavard, Raphaël Varane, Samuel Umtiti y Lucas Hernández; N’Golo Kanté y Paul Pogba (Steven N’Zonzi, 89’); Kylian Mbappé Lottin (Ousmane Dembélé, 75’), Antoine Griezmann (Nabil Fekir, 80’) y Blaise Matuidi; Olivier Giroud.

PERÚ: Pedro Gallese; Luis Advíncula, Christian Ramos, Alberto Rodríguez (Anderson Santamaría, 46’) y Miguel Trauco; Pedro Aquino y Yoshimar Yotún (Jefferson Farfán, 46’); André Carrillo, Christian Cueva (Raúl Ruidíaz, 82’) y Edison Flores; Paolo Guerrero.

Después de su accidental victoria sobre Australia en la primera jornada, Francia aprovechó el desafiante partido ante Perú para mejorar las sensaciones que había dejado en su debut en Rusia. Por otro lado, a los comandados por Didier Deschamps les tocó sufrir y aguantar durante muchos momentos porque la selección dirigida por el experimentado argentino Ricardo Tigre Gareca volvió a dejar una actuación muy positiva que, así como ante Dinamarca, acabó sin premio. Para empezar, hay que decir que el primer tiempo estuvo dividido en muchas fases de dominio alterno. Sin ir más lejos, el arranque de los peruanos, motivados por una brutal presencia de sus aficionados en las gradas del Ekaterinburg Arena, otra vez fue muy positivo, con mucho ritmo y con el extremo derecho André Carrillo amenazando a través de conducciones por banda. El tema fue que los franceses no tardaron en recomponerse.

Cambiando su XI que debutó contra los australianos, Deschamps pasó al 4-2-3-1 con el trabajo del interior Blaise Matuidi en izquierda y la presencia de Olivier Giroud arriba. En este sentido, especialmente destacable fue el rol del delantero del Chelsea, que utilizó su juego de espaldas para activar y juntar al joven extremo derecho Kylian Mbappé Lottin y al mediapunta Antoine Griezmann, dos piezas capitales para las aspiraciones de Francia y que en el debut estuvieron desconectadas. Esto, sumado a la dominante actuación del mediocentro N’Golo Kanté en términos defensivos y una versión absolutamente desatada técnicamente del interior Paul Pogba, hicieron que los franceses tuvieran fases de auténtico vendaval ofensivo durante los 45 minutos iniciales en Ekaterimburgo, especialmente en el tramo que acabó con la anotación de la joven estrella del PSG después de remate de Giroud.

“El ingreso del joven extremo Ousmane Dembélé acercó a una Francia que ya no estaba sufriendo defensivamente al 2-0 (los centrales Raphaël Varane y Samuel Umtiti controlaron al experimentado delantero Paolo Guerrero)”

Por otro lado, todavía antes del medio tiempo, también hay que destacar al contención Pedro Aquino, clave con sus constantes recuperaciones de balón que ofrecieron continuidad con el esférico a Perú después de que Francia dejase el primer golpe de autoridad en la noche. El caso es que, con el 1-0 en el marcador, al conjunto sudamericano ya no le quedaban opciones, tanto que Gareca regresó de los vestuarios realizando un cambio muy ofensivo. En este escenario, la segunda mitad contó con tres fases que duraron aproximadamente 15 minutos: una primera en la que Francia logró controlar el ritmo con el balón, una segunda en la que los peruanos se fueron arriba con la posición escorada en izquierda del mediapunta Christian Cueva ordenando sus ataques – que también contó con la resistencia defensiva francesa para evitar el empate – y una última en la que a la Blanquirroja se le acabó la gasolina.

Dinamarca vs Australia

DINAMARCA: Schmeichel, Dalsgaard, Kjaer, Christensen, Larsen; Delaney, Schone; Eriksen, Poulsen (Braithwaite 59′), Sisto; Jorgensen (Cornelius 68′).

AUSTRALIA: Ryan; Risdon, Sainsbury, Milligan, Behich; Aaron Mooy, Jedinak; Leckie, Rogic (Irvine 82′), Kruse (Arzani 68′); Nabbout (Juric 75′).

En la segunda jornada  de la fase de grupos aparecen necesidades evidentes. Australia tenía una muy clara: ganar a Dinamarca para aspirar a clasificar a octavos. Sin embargo, la selección dirigida por Bert van Marwijk no pudo empezar de la peor forma, debido a que encajó un gol en los primeros minutos del encuentro fruto de una buena combinación de toques que acabó con una sutil dejada del delantero danés Nicolai Jorgensen para que Eriksen, estrella del equipo, destrozara la red con una espectacular volea.

Sin embargo, el plan de los chicos de Bert no cambió. Balones largos, segundas jugadas, presión alta, llagadas de segunda línea y mucho ritmo desde las bandas con grandes versiones del centrocampista Aaron Mooy y el extremo derecho Mathew Leckie. Australia tuvo premio y, de nuevo gracias al VAR, el árbitro español Mateu Lahoz señaló un penalti por una mano de Poulsen que Jedinak, el hombre con los nervios de acero que le dio a Australia el pase al mundial con un Hat-trick ante Honduras, transformaría como en el primer partido ante Francia. Con sus armas, Australia seguía viva ante una Dinamarca que cuando lograba encontrar a Schone-Delaney-Poulsen hacía daño a una física y lenta defensa australiana que no lograba anticiparse ante la velocidad de los toques daneses que, sin embargo, carecían de precisión en los metros finales para suministrarle balones a su delantero Jorgensen.

Eriksen estuvo algo desdibujado. No rompió al espacio, sus funciones se basaron en iniciar transición dando pases de seguridad para activar el contragolpe, con intervenciones en estático dando clarividencia al juego, pero más allá de su brillante anotación, no fue una amenaza para el arquero Ryan ni merodeó excesivamente el área australiana. Del extremo del Celta, Pione Sisto, sí hubo noticias, aunque no termina de pesar lo que debería. En líneas generales, la defensa de Australia logró ganar duelos y mostrarse sólida ante la falta de ideas de una Dinamarca que llegó a perder el balón y apostó por poner un poste en punta como Cornelius para activar el juego directo. Australia siguió intentándolo mediante balones aéreos y mucha intensidad pero sin llegar a encontrar un premio definitivo en un partido en el cual la selección oceánica transmitió más peligro que dominio.

Argentina vs Croacia

ARGENTINA: Willy Caballero; Eduardo Salvio (Cristian Pavón, 56´), Gabriel Mercado, Nicolás Otamendi, Nicolás Tagliafico, Marcos Acuña; Javier Mascherano, Enzo Pérez (Paulo Dybala, 68´); Lionel Messi, Maximiliano Meza; Sergio Agüero (Gonzalo Higuaín, 54’).

CROACIA: Danijel Subasic; Sime Vrsaljko, Dejan Lovren, Domagoj Vida, Ivan Strinic; Luka Modric, Marcelo Brozovic, Ivan Rakitic; Ante Rebic (Andrej Kramaric, 57´), Mario Mandzukic (Vedran Korluca, 90´ + 2´), Ivan Perisic (Mateo Kovacic, 82´).

El fútbol lo inventaron los ingleses, pero lo pensaron los argentinos. Lo evolucionaron de un deporte, una actividad lúdica, a una filosófica. Ellos nos han otorgado frases para la posteridad por entender a este juego como un elemento para entender la vida. “Un equipo es un estado de ánimo”, enunció Jorge Valdano, en tanto que Dante Panzeri consideró al fútbol como la dinámica de lo impensado. El futbolista (y también el entrenador) es un ser pensante, que debe tomar una brutal cantidad de decisiones durante 90 minutos. Pero antes que nada es un ser humano que siente. La pizarra genera superioridades numéricas y posicionales. Sin embargo, son fichas, figuras geométricas, no personas con sus temores, sus traumas. Con su pasado.

Cierto es que Jorge Sampaoli no ha conseguido potenciar a su mejor jugador, pilar de todo sistema. Lionel Messi no ha rematado un tiro de esquina que él mismo ha cobrado solo porque no lo ha intentado. Hoy quedó atrapado en una telaraña croata hecha por el mismo planteamiento argentino. Un 3-4-3 con Tagliafico de central izquierdo, Enzo Pérez acompañando a Mascherano en el doble pivote y Meza a Leo en la mediapunta. Croacia estudió muy bien lo que tramaba su rival y en vez del 4-2-3-1 de la primera fecha ante Nigeria y que enseñó la FIFA en la transmisión fue un 4-3-3 muy presionante con Marcelo Brozovic de mediocentro e Ivan Rakitic y Luka Modric de interiores.

Javier Mascherano leyó la mano y trató de ajustar bajando unos metros para formar una línea de 4 que consiguiera una mejor repartición de espacios en el campo. No fue suficiente. Croacia no tuvo que hacer mucho para acercarse a la victoria porque el verdadero rival de Argentina fue Argentina misma, que jugó contra la desmesurada presión que se inflige, contra la desconfianza de Messi hacia sus compañeros que únicamente incrementa su nerviosismo, contra los que son titulares por su jerarquía en vez de su nivel de juego o su acoplamiento al sistema como Mascherano y Agüero. Contra la increíble decisión de Sampaoli de no arriesgarse a una mancuerna Dybala-Messi con Éver Banega surtiéndoles de pases entre líneas.

Croacia solo tuvo que confiar en que esos dos factores, el estado de ánimo y la dinámica de lo impensado, aparecieran. Fue por conducto de Willy Caballero. Un craso error que desmoronó por completo a la albiceleste. A partir de ahí, a pescar en río revuelto. Luka Modric tuvo un deja vu de Old Trafford en 2013 e Ivan Rakitic confirmó su evolución como todocampista. En un mundo donde prevalece la competencia sobre la cooperación, hace falta recurrir a la sabiduría que nos recuerda que la vida es autorrealización. Hay que “vencer” al “enemigo” porque estamos inmersos en la sociedad: sin ella no somos nada. La verdad es que hay que superarnos a nosotros mismos. Donde la convicción permite ver un mar de oportunidades, el miedo de Argentina ve un abismo.

miércoles, 20 de junio de 2018

Uruguay vs Arabia Saudita

URUGUAY: Fernando Muslera; Guillermo Varela, José María Giménez, Diego Godín, Martín Cáceres; Carlos Sánchez (Nahitan Nández, 82´), Rodrigo Bentancur, Matías Vecino (Lucas Torreira, 59´), Cristian Rodríguez (Diego Laxalt, 59´); Edinson Cavani, Luis Suárez.

ARABIA SAUDITA: Mohammed Al-Owais; Mohammed Al-Burayk, Osama Hawsawi, Ali Al-Bulayhi, Yasser Al-Shahrani; Salman Al-Faraj, Abdullah Otayf, Taiseer Al-Jassam (Hussain Al-Moqahwi, 44´); Hatan Bahbri (Mohamed Kanno, 75´), Fahad Al-Muwallad (Mohammed Al-Sahlawi, 78´), Salem Al-Dawsari.

Ricardo La Volpe le contó al periodista Fernando Niembro una anécdota en la que a uno de los equipos que dirigió le planteó la analogía de un estadio de fútbol en relación a un ataque posicional: es más fácil derribarlo (replegarse y buscar el contragolpe) que edificarlo (atacar en campo rival con mucha posesión de pelota). Para lo último se requiere bastante tiempo, el activo que más escasea hoy en día en las selecciones nacionales. Por eso estamos viendo en este Mundial a países que batallan para generar ocasiones de gol tras hilar una larga secuencia de pases mientras su rival espera (o presiona arriba) para llegar al área en muy pocos toques.

Una de las mayores expectativas de Rusia 2018 es Uruguay porque el relevo generacional consta de futbolistas alejados del paradigma de la “garra charrúa”, pues tienen pies para elaborar ataques más pausados y correr acompañados de la pelota en lugar de perseguirla durante 90 minutos. Tal como acontece con Portugal, esto no corresponde a la filosofía de juego de su entrenador. El “Maestro” Tabárez se ha distinguido por ser muy práctico, de ataques muy simples. Entre la obligación y el deseo, él y Uruguay se están quedando a medio camino. Con el boleto a octavos ya en la mano, claro está.

Los árabes dieron una versión muy grata a diferencia de la inauguración frente a Rusia. Las ideas de Pizzi se pudieron llevar a cabo con mayor soltura, pero faltó una gran dosis de calidad individual que transfiriera la mejora colectiva hacia el marcador. Uruguay, tras sufrir ante Egipto, recurrió al plan de siempre, con “Cebolla” Rodríguez y “Pato” Sánchez como extremos a perfil natural. Tampoco dio resultado y Tabárez dio ingreso a Laxalt y Torreira a ver si encontraba algo de claridad al atacar. Para jugar a la contra se necesita lucidez para correr, lo que carecen ya los veteranos Edinson Cavani y Luis Suárez. Para atacar permanentemente en campo contrario, lucidez para pensar. A Uruguay le sobra iniciativa, le falta inventiva.

Portugal vs Marruecos

PORTUGAL: Rui Patrício; Cédric, Pepe, José Fonte, Raphaël Guerreiro; Bernardo Silva (Gelson Martins, 59´), João Moutinho (Adrien Silva, 89´), William Carvalho, João Mário (Bruno Fernandes, 70´); Gonçalo Guedes, Cristiano Ronaldo.

MARRUECOS: Munir; Nabil Dirar, Mehdi Benatia, Manuel da Costa, Achraf Hakimi; Nordin Amrabat, Karim El Ahmadi (Faycal Fajr, 86´), Mbark Boussoufa, Hakim Ziyech; Younes Belhanda (Mehdi Carcela, 75´), Khalid Boutaib (Ayoub El Kaabi, 69´).

Por más que en la cultura moderna se insista en la virtud del esfuerzo y la persistencia para llegar al éxito, el azar no dejará de ser un factor de suma importancia en nuestro destino. El Mundial está lleno de recuerdos de guerreros que nunca se dieron por vencidos y alzaron la copa o lograron su objetivo, pero es muy cruel con aquellos caídos no por obra de la meritocracia, sino por la simple y llana fortuna. Entre más breve sea una competición, más peso adquieren las caras de la moneda. A Marruecos le ha salido cruz en sus dos primeros partidos y está muy cerca ya de empacar maletas para volver a casa.

Hervé Renard realizó varias modificaciones para buscar que le sonriera la suerte, pero esta lo desgració de nuevo, solo que al principio en vez de al final del partido. Cristiano, tal como ante España, abrió el marcador y Portugal volvió a enseñarnos que ya no tiene la capacidad de mantenerse tanto tiempo muy lejos del arco contrario. Cristiano Ronaldo y Rui Patrício hicieron esfuerzos titánicos para contrarrestar la nada absoluta de William Carvalho sin balón (y con balón no se queda muy atrás) y la falta de claridad de Guedes de cara a gol. Demasiado trabajo, además, para un Pepe de ya 35 años de edad.

Marruecos fue adueñándose del partido desde su sector derecho, forzando a Fernando Santos a cambiar de posición a João Mário y Guedes, insuficiente para acabar con la sociedad entre Belhanda y Amrabat. Pese a encimar a los campeones de Europa, los africanos solo pudieron intimidar de verdad en las jugadas a balón parado. Sus ataques fueron vistosos, promisorios, pero les faltó un gramo de descaro, de valentía que completaran lo hecho metros antes. Portugal sigue tentando a la suerte y Marruecos no se atrevió más en sus cortejos para conquistarla. Otro enorme trabajo de Renard. Así son los Mundiales.

martes, 19 de junio de 2018

Polonia vs Senegal

POLONIA: Wojciech Szczesny; Lukasz Piszczek (Bartosz Bereszyński, 83’), Thiago Cionek, Michal Pazdan y Maciej Rybus; Jakub Błaszczykowski (Jan Bednarek, 46’),Grzegorz Krychowiak, Piotr Zieliński y Kamil Grosicki; Arkadiusz Milik (Dawid Kownacki, 73’) y Robert Lewandowski.

SENEGAL: Khadim N’Diaye; Moussa Wagué, Salif Sané, Kalidou Koulibaly y Youssouf Sabaly; Ismaïla Sarr, Idrissa Gana Gueye, Alfred N’Diaye (Cheikhou Kouyaté, 87’) y Sadio Mané; Mame Biram Diouf (Cheikh N’Doye, 62’) y M’Baye Niang (Moussa Konaté, 75’).

Habitualmente, aunque haya talento defensivo y ofensivo en sus plantillas, las selecciones africanas terminan transmitiendo la sensación de poca competitividad porque les falta orden. En general, en África el fútbol sigue estando muy poco relacionado con la reflexión en todos los sentidos del juego, especialmente en los países en que la distancia geográfica con Europa es mayor. Pero la actuación completada por la Senegal del joven entrenador Aliou Cissé en su debut mundialista en Rusia contra Polonia ha sido muy distinta. Los senegaleses demostraron, durante los 90 minutos además, muchísimo orden sin el balón mientras esperaban las oportunidades para armar transiciones ofensivas a través de la endiablada velocidad de sus jugadores de ataque. Del primero al último minuto los Leones de Teranga tuvieron la paciencia para aguantar su momento y finalmente el delantero M’Baye Niang puso la guinda al plan de su seleccionador.

“Senegal hizo que todo el partido tuviera las mismas bases tácticas; Polonia ha sido incapaz de reaccionar después de sufrir los goles, tanto que el 1-2 de Grzegorz Krychowiakya en los minutos finales llegó a balón parado”


Con Senegal esperando en una altura media en fase defensiva, la posesión del balón siempre perteneció a los comandados por el experimentado Adam Nawalka, que ofrecieron muchísimo peso asociativo al interior Piotr Zieliński en la gestión de sus ataques y siempre buscaron profundizar por fuera con la presencia de extremos puros como Jakub Blaszczykowski y Kamil Grosicki mientras los laterales Lukasz Piszczek y Maciej Rybus ganaban altura. El tema fue que los senegaleses supieron aguantar. Al contrario de lo que es común en África, esta vez una de sus selecciones representantes priorizó la defensa del espacio al robo, con el cuadrado conformado por los centrales Salif Sané y Kalidou Koulibaly además de los mediocentros Idrissa Gana Gueye y Alfred N’Diaye tapando los pasillos interiores e imposibilitando las recepciones de los delanteros Arkadiusz Milik y Robert Lewandowski en esta zona. Al final, a Polonia le costó muchísimo atacar.

Por otro lado, tampoco es que Senegal lo haya hecho en muchísimas ocasiones, en especial debido a la respuesta del central Michal Pazdan y del mediocentro Grzegorz Krychowiak después de que los polacos perdieran el balón. Tanto que el extremo izquierdo Sadio Mané estuvo lejos de generar un impacto acorde a las expectativas en el partido. El caso fue que, a partir de su orden, los senegaleses no sufrieron y siempre estuvieron cerca de conectar una transición que amenazara. En esto fue muy destacable la participación de Niang en el rol de delantero móvil con la misión de conducir el balón mientras aguantaba la llegada de compañeros desde segunda línea, cosa que se pudo ver muy bien en la jugada del 0-1. Además, la gran actuación de M’Baye fue premiada con el gol en un regalo compartido por Krychowiak, el joven central Jan Bednarek y el portero Wojciech Szczesny.