-La soberbia mata, incluso a los argentinos. Mientras México ha estado concentrado y trabajando con absoluta seriedad, los pamperos tuvieron un día de descanso, le dan más importancia al gol de Palermo que a la propia Selección Mexicana y sienten que van a ganar con el simple peso de la playera.
-La velocidad del ataque mexicano. Si México es capaz de convertirse en dominador del encuentro, la zaga argentina pasará graves problemas. Es una escuadra no acostumbrada a que la ofendan. Cuando un rival conoce a la albiceleste, ésta pasa serias dificultades. Como muestra, la eliminatoria sudamericana.
-El amplio conocimiento de Rafael Márquez sobre Lionel Messi. Estoy convencido que el éxito o fracaso de México ante Argentina dependerá en buena medida de la actuación de Rafa, quien sabe que se encuentra a las puertas de sacudirse el mal sabor de boca que ha dejado en anteriores Copas del Mundo.
-La habilidad de Carlos Salcido. Así como Rafa Márquez será clave para contener los embates argentinos, percibo a Salcido como el hombre llamado a ser el principal conducto ofensivo del cuadro mexicano por las bandas. Si sale en un buen día, puede hacer pedazos la retaguardia argentina.
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