Encontrar palabras desconocidas para las tragedias conocidas se dificulta. Ayer, después de caer por errores propios y ajenos ante una Argentina que es mucho menos peligrosa de lo que todos creen, pensé en escribir largo y tendido sobre el partido, en desahogar mi frustración de aficionado y mi análisis de profesional a través de ese espacio de pública intimidad en que se ha convertido mi blog. Lo intenté, empecé a teclear la primera palabra y mejor opté por hacer los diez puntos y por guardar la reflexión, al menos por la vía escrita, para un amanecer en el que el Mundial parece extraño, en el que uno sabe que hay calidad, pero ya no esa ilusión generada por la actuación de tu equipo nacional.
Pienso en el error del árbitro. Grave pifia que demuestra lo retrógrada del futbol. La FIFA sólo ha evolucionado donde le ha convenido. No le importa traicionar sus principios cuando se trata de negocio, pero cuando se propone alguna medida para volver más justo lo que con frecuencia es injusto, se pone una venda en los ojos y cierra la boca. Con la herida fresca, considero que los árbitros tendrían que poder apelar a la tecnología para posiciones adelantadas que derivan en gol y en el caso de disparos en los que no se alcanza a definir si el balón superó o no la línea de gol.
Una vez que termino de pensar en el silbante y la tecnología, me siento insatisfecho. Encontrar responsables no basta. Me siento fastidiado del México estancado en el hubiera y en la falacia del borrón y cuenta nueva. Me siento tentado a escribir que urge una limpia en la FMF, que ese es nuestro verdadero nivel y que es imperativo que se larguen las televisoras del futbol mexicano. Decido resistirme a hacer lo de siempre. Sé que Televisa nunca va a soltar su negocio, que TV Azteca ya se acostumbró a ser la segunda en el poder e incluso que sin la economía de estas dos empresas detrás, quizás nuestro balompié estaría escalones más abajo de lo que hoy se encuentra.
En cuanto a Justino y Decio, a quienes todos pretenden correr, tampoco me parece que sea una solución. Son dos mercenarios que, al menos en privado, se sinceran y reconocen que lo importante de la pelota es el dinero y que a ellos les encargaron (Azteca y Televisa) entregar una Federacion Mexicana rebozante de utilidades. Lo han cumplido y sus jefes están contentos. Aún así, su continuidad no está segura, pues el acuerdo entre el duopolio televisivo es que para el siguiente ciclo mundialista, a menos que Azcárraga decida lo contrario, la fórmula se invertirá, y ahora la FEMEXFUT será dirigida por una dupla ligada a TV Azteca y por una, en materia financiera, directamente involucrada a Televisa. Si se van, me queda claro, no será por no alcanzar el quinto partido, sino porque a priori se pusieron de acuerdo para seguir ostentando el poder de la mina de oro que es el futbol.
Si vamos a fondo, hemos de ser honestos y reconocer que quienes dirigen los hilos del fútbol mexicano son los primeros preocupados porque la Selección gane. No por el ámbito deportivo, que les importa un comino, sino porque entre más lejos llegue la Selección, más rápido será el proceso de engorda de sus bolsillos. Por más antipopulista que suene, quitar a Justino y a Decio no entrañaría por fuerza una evolución de nuestro balompié.
Y como cada ciclo mundialista, también pedimos la cabeza del técnico. Esta vez ni falta hace: él se quiere ir. Aguirre se va en medio de mentadas de madre por haber antepuesto su amistad con el “Conejo” que la calidad en el arco tricolor; por haber apostado por el “Guille” a partir de las órdenes de Carlos Hurtado y por haberse enemistado con Guardado por caprichos y oscuras intenciones. Polémico sí, con decisiones inexplicables, sí, pero nada diferente a la convocatoria del “Cadáver” en el 94, a la pelea de Hugo Sánchez con Mejía Barón, a la no convocatoria de Cuauhtémoc en Alemania 2006, al llamado de Rafael García para la misma Copa del Mundo y a muchas otras decisiones que maldecimos con los años en ese afán por construir los intrascendentes terrenos del hubiera.
Vivimos inmersos en lo de siempre. Los cambios no realizados, la estupidez de Osorio, la ineptitud del árbitro, los partidos de quinto patio que se organizan en Estados Unidos, los intereses de promotores, la afición villamelona. No sabemos otra cosa, no pensamos en evolucionar. Nos hemos acostumbrado a ser mediocres y a destruir en vez de proponer.
Si algo me queda claro es que o cambiamos o continuaremos en la tediosa medianía. Pongamos como objetivo modificar nuestra actitud. Pensemos en cambiar nuestros hábitos al informar, al consumir, al jugar y al realizar cualquier otra actividad de vida. Porque hoy, francamente, me da mucha flojera leer y pensar en lo mismo de siempre.
Eso tiene que ver con lo mal relatado que está el fútbol, y este es el mejor sitio para decirlo porque están presentes todos aquellos que nos sirven en bandeja el gran relato del fútbol.
martes, 29 de junio de 2010
domingo, 27 de junio de 2010
10 puntos del México-Argentina
-Aguirre se equivocó por segundo partido consecutivo. Ante Uruguay, tuvo que modificar sobre la marcha, cuando todos sabíamos que Franco y Cuauh no eran buenas opciones de inicio. Ahora, coloca al Bofo, cuando todos también sabíamos que no es jugador de Selección en estos momentos.
-Considero que Osorio debió abandonar la cancha minutos después de su grave equivocación. No se debe exhibir a un jugador, pero primero están los intereses colectivos y después los individuales.
-En realidad, no hubo partido. El error del árbitro y el de Osorio construyeron un partido en el que no se pudieron medir fuerzas. Fue demasiada ventaja para un equipo como Argentina.
-Se comprobó en una jugada que la aportación del “Chicharito” resultaba mucho más imperante que la de Guillermo Franco. Una de las malas decisiones de Aguirre.
-Si bien insisto en que Aguirre se equivocó en varios aspectos, he de reconocer que estudió mucho mejor el partido que Maradona y que, de no haberse presentado imprevistos, el plan tenía altas posibilidades de éxito.
-Entre más observo y escucho a Maradona, más seguro estoy que él es el principal obstáculo para que Argentina acceda a la final. Si los argentinos son soberbios, él lo es díez veces más, a un grado que no hará más que inflar una bomba que muy probablemente acabará reventándose
-Para mí, en este partido, los mejores del cuadro nacional fueron Pablo Barrera, Guardado y Efraín. Mostraron carácter, decisión. Salcido, bien, pero cayó en desesperación y comenzó a sacar disparos sin sentido.
-México dio una muy buena muestra sobre cómo nulificar a Argentina en los primeros minutos. Se realizó una marcación impecable sobre Messi, aunque Maradona diga que lo cosieron a patadas.
-La ausencia de Carlos Vela pesó en alta medida. Una pena no haber podido observar la tripleta Hernández-Gio-Vela durante el Mundial.
-Se vuelve imperativo utilizar la tecnología para respaldar decisiones arbitrales, sobre todo aquellas que van al marcador
No tan rápido Argentina
La segunda, la muy nuestra, la que consiste en ser cien por ciento pesimistas. Rafa tiene razón: nos gusta menospreciarnos y sentir a los otros más grandes de lo que son. Sabemos que se avecina un enfrentamiento ante una potencia y sacamos a relucir una mentalidad que quizás iba acorde a los resultados obtenidos hasta antes de la Copa del Mundo 1986, pero que dista de ser la apropiada después de experimentar un progreso, aunque aún suficiente, sostenido. Nosotros también somos así. Todo lo hecho en México es inferior, odiamos a los que se atreven a lanzar declaraciones con mentalidad ganadora y preferimos pensar mal que correr el riesgo de reconocer en nuestras virtudes una posibilidad de victoria.
La tercera, quizás la más objetiva, es la que sí apunta a Argentina como favorito, sin que ello implique que México es una víctima segura. Ayer, mientras estaba en las tribunas del Loftus Versveld para ver el partido entre España y Chile -de grosero final, por cierto-, un periodista alemán, sin que yo se lo dijera, me habló sobre un “gran partido” el domingo en Soccer City, y es que pese a que la lógica indicaría que los dirigidos por Diego Armando Maradona se llevarán la victoria, los especialistas a nivel internacional han aprendido a respetar al conjunto nacional. Que alguien externo sea capaz de valorar lo que nosotros mismos no es una cuestión que requiere un profundo análisis.
Con los puntos de vista en la mano -los nuestros, los de ellos y los externos-, dimensiono lo grave que resulta sentirse derrotado antes de tiempo. Por fortuna, también resulta grave sentirse ganador a priori. Sumergidos en esta suerte, podemos afirmar que el verdadero partido será el que pinta la prensa internacional, es decir, un duelo parejo, en el que casi siempre, de acuerdo a la historia, ganaría Argentina, pero en el que la victoria de México no se percibe como un escenario utópico.
5 fortalezas de México sobre Argentina
-La soberbia mata, incluso a los argentinos. Mientras México ha estado concentrado y trabajando con absoluta seriedad, los pamperos tuvieron un día de descanso, le dan más importancia al gol de Palermo que a la propia Selección Mexicana y sienten que van a ganar con el simple peso de la playera.
-La velocidad del ataque mexicano. Si México es capaz de convertirse en dominador del encuentro, la zaga argentina pasará graves problemas. Es una escuadra no acostumbrada a que la ofendan. Cuando un rival conoce a la albiceleste, ésta pasa serias dificultades. Como muestra, la eliminatoria sudamericana.
-El amplio conocimiento de Rafael Márquez sobre Lionel Messi. Estoy convencido que el éxito o fracaso de México ante Argentina dependerá en buena medida de la actuación de Rafa, quien sabe que se encuentra a las puertas de sacudirse el mal sabor de boca que ha dejado en anteriores Copas del Mundo.
-La habilidad de Carlos Salcido. Así como Rafa Márquez será clave para contener los embates argentinos, percibo a Salcido como el hombre llamado a ser el principal conducto ofensivo del cuadro mexicano por las bandas. Si sale en un buen día, puede hacer pedazos la retaguardia argentina.
miércoles, 23 de junio de 2010
El arte de complicarse la vida
Ser adictos a las victorias esporádicas es el más fiel reflejo de una mentalidad perdedora. El futbol, como un espejo de muchos de nuestros males, nos ha vuelto a colocar como entes incapaces de asumirnos como protagonistas de una competencia que reunía las condiciones necesarias para alcanzar el quinto partido sin que hiciera falta la épica para poder acceder a él.
No se trata de menospreciar al rival que nos hubiera tocado en octavos de final en caso de haber accedido como primeros de grupo, pero sí de reconocer que, una vez más y como de costumbre, hemos elegido el camino más complicado para luchar por el añejo objetivo de superar el obstáculo de la segunda fase. El que se complica la vida solo o peca de soberbio o es víctima de una incapacidad para tomar decisiones correctos en los momentos precisos. A nuestro balompié, le ocurre lo segundo. Se crece ante la adversidad y se siente indispuesto cuando se espera más de él, es como el que prefiere ser un empleado promedio que de vez en cuando sorprende que convertirse en una pieza fundamental dentro del organigrama cotidiano de una empresa.
Cuando informadores argentinos se acercan a cuestionarme sobre si resulta prematuro enfrentar a Argentina en la Copa del Mundo, me veo obligado a dividir entre el sentir del aficionado y el del periodista. Como seguidor de la representación de mi país, he de mencionar que me agrada el reto de enfrentar a la albiceleste y que percibo algunas posibilidades de que por fin se escriba la anhelada victoria sobre un oponente que ya nos la debe, pero como periodista me sorprendo ante la necedad de volvernos más compleja la vida, como si no fuera suficiente con los largos años de sequía que hemos tenido que soportar desde que la pelota comenzó a rodar en nuestro país.
Un partido es cosa de dos. Habrá quienes insistan en que fue la manera en que Uruguay planteó el partido la que arruinó el plan tricolor. Sin embargo, convencido estoy que la razón de ese tropiezo no estuvo en el planteamiento inteligente, he de reconocerlo, de Tabárez, sino en la falta de disposición de unos futbolistas mexicanos que volvieron a marearse con la victoria y que saltaron a la cancha con una relajación tan fuerte que terminó derivando en irresponsabilidad.
No hemos entendido que el verdaderamente ganador es el que, tras los triunfos, analiza en qué se equivocó, mira hacia el frente y piensa en cómo mantener el paso, en vez de perderse en la fiesta física o psicológicamente. No hace falta que los jugadores se embrutezcan con alcohol para hablar de una seria equivocación. También marearse con beneplácito a la primera oportunidad es una tentación de la que los no acostumbrados a ganar suelen ser víctimas.
Contra Argentina se puede perder o empatar. No importa que ellos tengan a Messi ni que se vaya construyendo el sueño pampero de levantar la copa. El futbol da a todo equipo que disputa un partido la posibilidad de conseguir la victoria. México puede salir airoso. Es más, que los nuestros se impusieran a la albiceleste haría mucho más emotivo el pasaporte a los cuartos de final. No obstante, una vez más me quedo con la sensación de que la Selección se ha complicado la vida y que eso siempre nos colocará en una línea de riesgo mucho más alta que si decidiéramos navegar por aguas tranquilas, reservando la energía para instancias en la que en verdad sea necesario enfrentarse a circunstancias aún más adversas.
No se trata de menospreciar al rival que nos hubiera tocado en octavos de final en caso de haber accedido como primeros de grupo, pero sí de reconocer que, una vez más y como de costumbre, hemos elegido el camino más complicado para luchar por el añejo objetivo de superar el obstáculo de la segunda fase. El que se complica la vida solo o peca de soberbio o es víctima de una incapacidad para tomar decisiones correctos en los momentos precisos. A nuestro balompié, le ocurre lo segundo. Se crece ante la adversidad y se siente indispuesto cuando se espera más de él, es como el que prefiere ser un empleado promedio que de vez en cuando sorprende que convertirse en una pieza fundamental dentro del organigrama cotidiano de una empresa.
Cuando informadores argentinos se acercan a cuestionarme sobre si resulta prematuro enfrentar a Argentina en la Copa del Mundo, me veo obligado a dividir entre el sentir del aficionado y el del periodista. Como seguidor de la representación de mi país, he de mencionar que me agrada el reto de enfrentar a la albiceleste y que percibo algunas posibilidades de que por fin se escriba la anhelada victoria sobre un oponente que ya nos la debe, pero como periodista me sorprendo ante la necedad de volvernos más compleja la vida, como si no fuera suficiente con los largos años de sequía que hemos tenido que soportar desde que la pelota comenzó a rodar en nuestro país.
Un partido es cosa de dos. Habrá quienes insistan en que fue la manera en que Uruguay planteó el partido la que arruinó el plan tricolor. Sin embargo, convencido estoy que la razón de ese tropiezo no estuvo en el planteamiento inteligente, he de reconocerlo, de Tabárez, sino en la falta de disposición de unos futbolistas mexicanos que volvieron a marearse con la victoria y que saltaron a la cancha con una relajación tan fuerte que terminó derivando en irresponsabilidad.
No hemos entendido que el verdaderamente ganador es el que, tras los triunfos, analiza en qué se equivocó, mira hacia el frente y piensa en cómo mantener el paso, en vez de perderse en la fiesta física o psicológicamente. No hace falta que los jugadores se embrutezcan con alcohol para hablar de una seria equivocación. También marearse con beneplácito a la primera oportunidad es una tentación de la que los no acostumbrados a ganar suelen ser víctimas.
Contra Argentina se puede perder o empatar. No importa que ellos tengan a Messi ni que se vaya construyendo el sueño pampero de levantar la copa. El futbol da a todo equipo que disputa un partido la posibilidad de conseguir la victoria. México puede salir airoso. Es más, que los nuestros se impusieran a la albiceleste haría mucho más emotivo el pasaporte a los cuartos de final. No obstante, una vez más me quedo con la sensación de que la Selección se ha complicado la vida y que eso siempre nos colocará en una línea de riesgo mucho más alta que si decidiéramos navegar por aguas tranquilas, reservando la energía para instancias en la que en verdad sea necesario enfrentarse a circunstancias aún más adversas.
5 puntos mundialistas
-En Sudáfrica no tuvieran más que despedir a los Bafana-Bafana como héroes. Aunque quedaron eliminados, los principales diarios procuraron entregar alabanzas para el equipo de Carlos Alberto Parreira.
-Apenas comienza el calvario. El entrenamiento del Tri estuvo poblado de una comitiva de periodistas argentinos que no paró de minimizar a México y de, según ellos, buscar alternativas posibles de las que Javier Aguirre pudiera echar mano para imponerse a la albiceleste. Cinco o díez minutos que me parecieron eternos.
-Es cierto que un técnico no debe dar explicaciones ni a sus propios jugadores, pero me queda la sensación que el “Vasco” se ha entercado tanto que al menos tendría que hablar con Guardado y Javier Hernández para transmitirles los conceptos que lo llevan a decidirse por una auténtica pared como Franco y a desperdiciar el talento de Andrés.
-Y si ya les había hablado de la presunción de los argentinos, peor observar a los dos periodistas con que hablaban totalmente apabullados y dándoles la razón. En la conferencia de prensa, ocurrió lo mismo, Sutcliffe de ESPN preguntándoles sobre el privilegio que implica jugar contra Argentina… joder, el verdadero privilegio tendría que ser jugar para México, no poder estrechar la mano de Maradona.
martes, 22 de junio de 2010
10 puntos del México-Uruguay
-Aguirre se equivocó. Cuauhtémoc no es opción de inicio. Suele convertirse en extraordinaria alternativa para la recta final del segundo tiempo.
-Hoy Rafa Márquez fue contraste total con respecto a lo que se le vio ante Francia. No apareció su liderazgo, se escondió en los momentos complicados y equivocó algunas marcaciones que terminaron costando.
-Salcido mostró mucho deseo, pero poca efectividad al momento de encarar.
-Se ratifica que lo más fuerte de Uruguay es su capacidad para cortar el ritmo de partido. Pegan, patean, pero saben cómo ocultarse del árbitro.
-Guardado no debió abandonar el partido para el segundo tiempo. Había sacado un disparo extraordinario y se había manifestado como uno de los conductos más eficientes para generar algo de salida.
-Seamos honestos, el tema del portero generaba polémica y ahora podemos hablar de una de las piezas de mejor rendimiento a lo largo de los tres partidos, aunque con muchas dudas en el primero.
-Los chispazos de Giovani no fueron suficientes. Da la sensación de que, sin Vela, no encuentra al compañero perfecto para lanzarse endemoniadamente hacia el frente.
-Uruguay no es más equipo que México. Se mostró con más oficio, pero distó mucho de ser el cuadro poderoso del que todos hablan. Para mí, nosotros perdimos el partido con un planteamiento equivocado.
-Aguirre dice contar con 21 jugadores en el Mundial. Me pregunto, ¿cuándo meterá al Bofo? Lo digo porque se supone que para algo lo llevó, ¿o no?
-El rendimiento del Tri el día de hoy rayó en lo desastroso.
El onceavo va enterito para Guillermo Franco, un auténtico tronco. Incapaz de mandar pases, lo que hace el “Guille” es mandar unos rebotes dirigidos, jugada que se explica cuando la pelota impacta con él y por casualidad termina llegando a un compañero.
-Hoy Rafa Márquez fue contraste total con respecto a lo que se le vio ante Francia. No apareció su liderazgo, se escondió en los momentos complicados y equivocó algunas marcaciones que terminaron costando.
-Salcido mostró mucho deseo, pero poca efectividad al momento de encarar.
-Se ratifica que lo más fuerte de Uruguay es su capacidad para cortar el ritmo de partido. Pegan, patean, pero saben cómo ocultarse del árbitro.
-Guardado no debió abandonar el partido para el segundo tiempo. Había sacado un disparo extraordinario y se había manifestado como uno de los conductos más eficientes para generar algo de salida.
-Seamos honestos, el tema del portero generaba polémica y ahora podemos hablar de una de las piezas de mejor rendimiento a lo largo de los tres partidos, aunque con muchas dudas en el primero.
-Los chispazos de Giovani no fueron suficientes. Da la sensación de que, sin Vela, no encuentra al compañero perfecto para lanzarse endemoniadamente hacia el frente.
-Uruguay no es más equipo que México. Se mostró con más oficio, pero distó mucho de ser el cuadro poderoso del que todos hablan. Para mí, nosotros perdimos el partido con un planteamiento equivocado.
-Aguirre dice contar con 21 jugadores en el Mundial. Me pregunto, ¿cuándo meterá al Bofo? Lo digo porque se supone que para algo lo llevó, ¿o no?
-El rendimiento del Tri el día de hoy rayó en lo desastroso.
El onceavo va enterito para Guillermo Franco, un auténtico tronco. Incapaz de mandar pases, lo que hace el “Guille” es mandar unos rebotes dirigidos, jugada que se explica cuando la pelota impacta con él y por casualidad termina llegando a un compañero.
5 puntos mundialistas
-La prensa uruguaya salió furibunda al considerar que Aguirre no dijo absolutamente nada. La verdad, el “Vasco” estaba en plan pesado, pero las preguntas sudamericanas tampoco descubrían el hilo negro. Si piden la alineación, es obvio que no se las va a dar.
-Siempre agradeceré estar en un Mundial con serias limitantes en infraestructura. Te ayuda a crecer más periodísticamente hablando. A veces te diviertes, como cuando llegas al estacionamiento y encuentras gallinas en él.
-La posibilidad de que México organice la Copa América en 2013 es una realidad. Ese torneo sería un éxito en nuestro país. Basta con dividir a México, Brasil y Argentina en sedes distintas para garantizar un lleno en todos los grupos.
-Así como a veces hablamos de que México envidia los éxitos brasileños y/o argentinos, acá los periodistas charrúas insisten en menospreciar al futbol mexicano. Aunque ellos ya pudieron celebrar Campeonatos Mundiales, me parece que hoy en día nuestro balompié es más que el uruguayo.
-El caos ajeno alimenta la esperanza propia. Los diarios sudafricanos se están valiendo de la “revolución francesa” para vender un posible milagro de los Bafana-Bafana. Puede que ganen el partido, el tema es que dependen del otro duelo de grupo y que requieren un marcador de escándalo a favor, algo que no va a ocurrir.
-Siempre agradeceré estar en un Mundial con serias limitantes en infraestructura. Te ayuda a crecer más periodísticamente hablando. A veces te diviertes, como cuando llegas al estacionamiento y encuentras gallinas en él.
-La posibilidad de que México organice la Copa América en 2013 es una realidad. Ese torneo sería un éxito en nuestro país. Basta con dividir a México, Brasil y Argentina en sedes distintas para garantizar un lleno en todos los grupos.
-Así como a veces hablamos de que México envidia los éxitos brasileños y/o argentinos, acá los periodistas charrúas insisten en menospreciar al futbol mexicano. Aunque ellos ya pudieron celebrar Campeonatos Mundiales, me parece que hoy en día nuestro balompié es más que el uruguayo.
-El caos ajeno alimenta la esperanza propia. Los diarios sudafricanos se están valiendo de la “revolución francesa” para vender un posible milagro de los Bafana-Bafana. Puede que ganen el partido, el tema es que dependen del otro duelo de grupo y que requieren un marcador de escándalo a favor, algo que no va a ocurrir.
domingo, 20 de junio de 2010
Tengo miedo
Nunca he sido fanático de darle juego a frases populacheras. De hecho, con un tanto de amargura en mi persona, he de reconocer que me suelo fastidiar cuando aparece alguna que se convierta en la broma habitual a donde quiera que uno vaya. Sin embargo, en plena fiebre mundialista, agravada ésta por la destacada actuación de nuestra Selección ante Francia, he de aceptar que “tengo miedo” fue lo primero que se produjo como concepto en mi mente para describir mi sentir en torno al momento que está viviendo el Tri.
Me explico: estoy muy satisfecho por la victoria ante los galos. Insisto en que se trata de uno de esos triunfos que pueden marcar un antes y un después para nuestro balompié. Pero la sonrisa se me borra un poco cuando viajo en e tiempo y visualizo aquellas ocasiones en que la Selección empezaba a ser vista como candidata a algo importante y terminaba cayendo de fea forma. Cuando muchos medios se atrevieron a ponernos por encima de Brasil en la era La Volpe, los cariocas llegaron a darnos la tunda más desagradable que hemos sufrido en una Copa América; cuando todos veían a nuestro conjunto Sub-20 llevándose la Copa del Mundo después de vapulear a los argentinos, caímos en exceso de confianza y nos derrotaron los nipones dos tantos a cero.
Tengo miedo, ¿de qué? pues de que reaparezca la incapacidad del futbol mexicano para manejarse en medio de los elogios. Las declaraciones de Aguirre y sus jugadores me dicen que no, que esta vez existe la madurez suficiente para entender que ganarle a Francia no implica más que haber cumplido una de muchas metas intermedias, nunca más importantes que el objetivo final de alcanzar, cuando menos, los cuartos de final de la Copa del Mundo.
El pasado traumático, tal como se los dije la vez anterior, me ha vuelto un pesimista involuntario. Ese mismo sentimiento lo puedo palpar con el resto de los representantes de los medios de comunicación, quienes aunque Cuauhtémoc mencione que irán por la victoria frente a los charrúas, afirman que México negocioará el empate y se irá a la cómoda de no meterse en problemas para alcanzar la clasificación.
En el futbol, y en la gran mayoría de las cosas, los mexicanos nos hemos acostumbrado a esperar lo peor. No es ni por mucho la mentalidad adecuada, pero es el escudo que hemos construido después de haber sufrido lecciones dolorosas dentro y fuera del terreno de juego.
Hoy, insisto, tengo miedo. Por fortuna, éste va acompañado de la esperanza de haber visto hace apenas unos días que la negra historia puede limpiarse. Soy un pesimista con muchas ganas de que en la cancha me den una cachetada de guante tricolor.
Me explico: estoy muy satisfecho por la victoria ante los galos. Insisto en que se trata de uno de esos triunfos que pueden marcar un antes y un después para nuestro balompié. Pero la sonrisa se me borra un poco cuando viajo en e tiempo y visualizo aquellas ocasiones en que la Selección empezaba a ser vista como candidata a algo importante y terminaba cayendo de fea forma. Cuando muchos medios se atrevieron a ponernos por encima de Brasil en la era La Volpe, los cariocas llegaron a darnos la tunda más desagradable que hemos sufrido en una Copa América; cuando todos veían a nuestro conjunto Sub-20 llevándose la Copa del Mundo después de vapulear a los argentinos, caímos en exceso de confianza y nos derrotaron los nipones dos tantos a cero.
Tengo miedo, ¿de qué? pues de que reaparezca la incapacidad del futbol mexicano para manejarse en medio de los elogios. Las declaraciones de Aguirre y sus jugadores me dicen que no, que esta vez existe la madurez suficiente para entender que ganarle a Francia no implica más que haber cumplido una de muchas metas intermedias, nunca más importantes que el objetivo final de alcanzar, cuando menos, los cuartos de final de la Copa del Mundo.
El pasado traumático, tal como se los dije la vez anterior, me ha vuelto un pesimista involuntario. Ese mismo sentimiento lo puedo palpar con el resto de los representantes de los medios de comunicación, quienes aunque Cuauhtémoc mencione que irán por la victoria frente a los charrúas, afirman que México negocioará el empate y se irá a la cómoda de no meterse en problemas para alcanzar la clasificación.
En el futbol, y en la gran mayoría de las cosas, los mexicanos nos hemos acostumbrado a esperar lo peor. No es ni por mucho la mentalidad adecuada, pero es el escudo que hemos construido después de haber sufrido lecciones dolorosas dentro y fuera del terreno de juego.
Hoy, insisto, tengo miedo. Por fortuna, éste va acompañado de la esperanza de haber visto hace apenas unos días que la negra historia puede limpiarse. Soy un pesimista con muchas ganas de que en la cancha me den una cachetada de guante tricolor.
Cambio de paradigma
Quise esperar a que la emoción disminuyera para evaluar los alcances de la victoria contra Francia. Un momento tan espectacular como el vivido en las tribunas del Peter Mokaba requiere del más frío de los análisis para contribuir a que la alegría se vuelva una constante y deje de ser un hecho aislado en el camino. Un par de días después, tras observar la caída de Alemania y la brava reacción de los estadounidenses, me siento listo para hablar sobre el partido, su significado y la repercusión del mismo para el futuro mediato.
He de confesar que era uno de los más escépticos antes del duelo ante los galos. Tanto he sufrido con los tropiezos de la Selección Mexicana que he optado, involuntariamente, por volverme un tanto pesimista cuando se trata de un partido de nuestra representación nacional. Mi cerebro me invita a ser precavido y a no elaborar falsas pinturas en mi imaginación. Cuando es hora de estar a cuadro, enfatizo las debilidades de la escuadra tricolor. No olvido que solemos fallar casi todas en el arco rival. Tampoco que nuestra defensa se comporta como alfil ante el rey y la reina en una partida de ajedrez. Hablo de la falta de concentración que es habitual en el Tri, pero también menciono que nuestro equipo tiene con qué y que la aplicación mental puede ser clave para conseguir la victoria. Así, con argumentos en una mano y sentimientos en todo el cuerpo, me niego a pronosticar la victoria del Tri, pero mi corazón lo desea y lo piensa como si en verdad fuera a ocurrir.
Los primeros minutos me llenan de convencimiento: se puede vencer a Francia. Sin embargo, esos mismos primeros minutos me llenan de rabia: seguimos fallando en el último toque. Certeza de poder, incertidumbre respecto al temperamento de los nuestros para que la facultad devengue en realidad. Veo a Franco y me muestro en desacuerdo con Aguirre. Como periodista, recalco que no estoy de acuerdo; como aficionado, no termino de decidir si la mentada va para el “Guille”, a quien le digo así sólo porque Guillermo es demasiado largo, o al “Vasco por ver lo que otros no ven, más bien, pensaba yo, por hacer como que no ve lo que todos sabemos: que Franco no debe estar en el cuadro titular.
Durante esos minutos de igualdad en el marcador, no alcanzo a decidir si me quito los guantes para escribir con el poco movimiento de manos del que puede hacer uso gracias al frío o si permanezco atrapado en ellos, protegido de la temperatura, pero desarmado para laborar. Me llevo las manos a la cabeza cuando Vela falla una clara por tirar como defensa cuando es delantero. Platico con Edgar Valero y comentamos que el partido se puede ganar. Luego, la preocupación. El propio Vela se va lesionado y entra Barrera. Es la gran oportunidad para el jugador de los Pumas.
Hasta entonces, además de Aguirre y el Guille, el árbitro se convierte en el receptor de insultos. Todas las marca en contra nuestra. Platini sale a colación. Pensamos, Valero y yo, que el peso del hoy dirigente dentro de la FIFA es tan grande que se nota en el silbante. Se oye el silbatazo. Los jugadores se van a los vestidores y nosotros, es inevitable, volvemos a prestarle la debida atención al frío. Nos paramos para movernos un poco y continuamos sabiendo que se puede, pero también que seguimos con los males de siempre.
Durante dos o tres minutos del entretiempo, dudo si ir al baño o no. Tengo ganas. No lo puedo negar, pero el sólo hecho de exponerte al aire sudafricano hace que en ocasiones resistas lo más posible. Apuesto por lo segundo. Tomada la decisión, reviso la opinión de la gente en Twitter, leo los comentarios de mis amigos, trolls, y demás personas presentes en este blog e intercambio unos cuantos puntos de vista en el palco de prensa. Los quince minutos de receso se van demasiado rápido, tanto que no me da tiempo de sumergirme en el nerviosismo de saber que nuestra Selección se juega la vida en los próximos cuarenta y cinco minutos.
La inconformidad estalla en cuanto vuelve México al rectángulo verde. Franco sigue ahí. “Pinche Aguirre”, pensamos todos, y lo dicen unos cuantos. En el palco de prensa se vive el futbol en dos partes: como aficionado y como periodista, aunque algunos con mucha más pose que conocimiento piensen que celebrar moderadamente el tanto de tu Selección equivale a traicionar tu criterio periodístico. Volviendo al partido, son cinco o díez minutos en los que se presentan dos disparos franceses con cierto peligro sobre la meta de Oscar Pérez, con seguridad irreconocible bajo los tres postes del equipo mexicano.
La tribuna lo descubre casi al mismo tiempo que el cuerpo arbitral: Javier Hernández está por ingresar al terreno de juego. Se escucha el alarido. Difícil saber en qué porcentaje a favor del Chicharito y qué tanto se festeja la salida de Franco, por mucho el menos querido por los aficionados del Tri. Minutos más tarde, ya con la sensación de una posible igualada en el paladar, aparece Márquez con un liderazgo inédito en Selección Mexicana y eleva la pelota con un globito venenoso para el recién ingresado. El hoy jugador del Manchester tarda en comprender que el árbitro se ha equivocado, caminando con grandes reflejos, se quita al arquero, piensa lo que va a hacer por unos segundos, como si no lo creyera, y empuja el esférico. Todos festejan. Bueno, todos menos los franceses, quienes tienen una cara de total disgusto, observan a un Domenech en actitud indiferente, apoyándose en el soporte de la banca mientras se pierde en sus pensamientos.
Se va ganando… Ahora falta matar a los galos. Aguirre se atreve. Saca la valentía que otras ocasiones ha quedado relegada y ordena a su equipo mantenerse en la misma sintonía. Toma algunas precauciones, pero no se arrincona rogando porque el tiempo expire. Entonces, Barrera arrastra las piernas para agravar una falta que para mí sí es. Blanco pide el balón, aunque Salcido hace lo propio, todos sabemos que Cuah va a cobrar… también que la va a meter. Cuando los franceses se acercan a intimidarlo, comento que es lo peor que puedes hacer con un jugador así, y si no pregúntenle a colombianos, jamaicanos y demás futbolistas a los que ha enfrentado. Los retos para Cuauhtémoc son a muerte. Con esa certeza y aplomo, toma una distancia que para la gran mayoría significa una pronta falla; para él, en cambio, son los pasos previos a una nueva inmortalización, porque lleva varias. Ahora, lo hace tirando justo a la coordenada en que el arquero no puede rechazar el esférico a pesar de haberse lanzado con acierto. La victoria está segura, en los bolsillos.
Acabando el duelo. Escribo los díez puntos en este espacio. Emocionado, aunque entumido por el frío, reconozco que Aguirre acertó en casi todo, sigo pensando que Franco no debe ser titular. Aplaudo que Rafa por fin haya mostrado al gran jugador del Barcelona, que Salcido haya jugado como en aquellas épicas batallas en la Confederaciones y que “Chicharito” y Blanco hayan mostrado lo mejor de la vieja y nueva generación del futbol mexicano.
Se suben los díez puntos. Copio la liga y la twitteo. Espero cuatro, cinco segundos para sentir el ambiente y abandono mi lugar sintiendo que hoy soy más periodista que ayer por el simple hecho de haber estado en el lugar preciso y en el momento indicado. Nuestra Selección acaba de hacer historia. No sólo por haberse impuesto a Francia, sino también porque se ha construido el primer antecedente mundialista en que una potencia pensará en algún día cobrar venganza. Cuando volvamos a enfrentarlos, no seremos, en un escenario atípico para nosotros, los vencidos que quieren demostrar lo contrario; seremos los vencedores que quieren mantener la supremacía. Un paso de gigante para un equipo que por fin ha dado luz a una rivalidad en la que, cuando menos en el antecedente inmediato, somos los ganadores.
México festeja. México en Sudáfrica también festeja, ¿y yo? Recobro la tranquilidad habitual, acudo a las conferencias de prensa, grabo stands, armo notas y acabo el día pensando que ser periodista vale aún más la pena por el increíble sabor de noventa minutos en los que mi criterio periodístico pudo convivir sin problema con el alma de aficionado que todos llevamos dentro.
He de confesar que era uno de los más escépticos antes del duelo ante los galos. Tanto he sufrido con los tropiezos de la Selección Mexicana que he optado, involuntariamente, por volverme un tanto pesimista cuando se trata de un partido de nuestra representación nacional. Mi cerebro me invita a ser precavido y a no elaborar falsas pinturas en mi imaginación. Cuando es hora de estar a cuadro, enfatizo las debilidades de la escuadra tricolor. No olvido que solemos fallar casi todas en el arco rival. Tampoco que nuestra defensa se comporta como alfil ante el rey y la reina en una partida de ajedrez. Hablo de la falta de concentración que es habitual en el Tri, pero también menciono que nuestro equipo tiene con qué y que la aplicación mental puede ser clave para conseguir la victoria. Así, con argumentos en una mano y sentimientos en todo el cuerpo, me niego a pronosticar la victoria del Tri, pero mi corazón lo desea y lo piensa como si en verdad fuera a ocurrir.
Los primeros minutos me llenan de convencimiento: se puede vencer a Francia. Sin embargo, esos mismos primeros minutos me llenan de rabia: seguimos fallando en el último toque. Certeza de poder, incertidumbre respecto al temperamento de los nuestros para que la facultad devengue en realidad. Veo a Franco y me muestro en desacuerdo con Aguirre. Como periodista, recalco que no estoy de acuerdo; como aficionado, no termino de decidir si la mentada va para el “Guille”, a quien le digo así sólo porque Guillermo es demasiado largo, o al “Vasco por ver lo que otros no ven, más bien, pensaba yo, por hacer como que no ve lo que todos sabemos: que Franco no debe estar en el cuadro titular.
Durante esos minutos de igualdad en el marcador, no alcanzo a decidir si me quito los guantes para escribir con el poco movimiento de manos del que puede hacer uso gracias al frío o si permanezco atrapado en ellos, protegido de la temperatura, pero desarmado para laborar. Me llevo las manos a la cabeza cuando Vela falla una clara por tirar como defensa cuando es delantero. Platico con Edgar Valero y comentamos que el partido se puede ganar. Luego, la preocupación. El propio Vela se va lesionado y entra Barrera. Es la gran oportunidad para el jugador de los Pumas.
Hasta entonces, además de Aguirre y el Guille, el árbitro se convierte en el receptor de insultos. Todas las marca en contra nuestra. Platini sale a colación. Pensamos, Valero y yo, que el peso del hoy dirigente dentro de la FIFA es tan grande que se nota en el silbante. Se oye el silbatazo. Los jugadores se van a los vestidores y nosotros, es inevitable, volvemos a prestarle la debida atención al frío. Nos paramos para movernos un poco y continuamos sabiendo que se puede, pero también que seguimos con los males de siempre.
Durante dos o tres minutos del entretiempo, dudo si ir al baño o no. Tengo ganas. No lo puedo negar, pero el sólo hecho de exponerte al aire sudafricano hace que en ocasiones resistas lo más posible. Apuesto por lo segundo. Tomada la decisión, reviso la opinión de la gente en Twitter, leo los comentarios de mis amigos, trolls, y demás personas presentes en este blog e intercambio unos cuantos puntos de vista en el palco de prensa. Los quince minutos de receso se van demasiado rápido, tanto que no me da tiempo de sumergirme en el nerviosismo de saber que nuestra Selección se juega la vida en los próximos cuarenta y cinco minutos.
La inconformidad estalla en cuanto vuelve México al rectángulo verde. Franco sigue ahí. “Pinche Aguirre”, pensamos todos, y lo dicen unos cuantos. En el palco de prensa se vive el futbol en dos partes: como aficionado y como periodista, aunque algunos con mucha más pose que conocimiento piensen que celebrar moderadamente el tanto de tu Selección equivale a traicionar tu criterio periodístico. Volviendo al partido, son cinco o díez minutos en los que se presentan dos disparos franceses con cierto peligro sobre la meta de Oscar Pérez, con seguridad irreconocible bajo los tres postes del equipo mexicano.
La tribuna lo descubre casi al mismo tiempo que el cuerpo arbitral: Javier Hernández está por ingresar al terreno de juego. Se escucha el alarido. Difícil saber en qué porcentaje a favor del Chicharito y qué tanto se festeja la salida de Franco, por mucho el menos querido por los aficionados del Tri. Minutos más tarde, ya con la sensación de una posible igualada en el paladar, aparece Márquez con un liderazgo inédito en Selección Mexicana y eleva la pelota con un globito venenoso para el recién ingresado. El hoy jugador del Manchester tarda en comprender que el árbitro se ha equivocado, caminando con grandes reflejos, se quita al arquero, piensa lo que va a hacer por unos segundos, como si no lo creyera, y empuja el esférico. Todos festejan. Bueno, todos menos los franceses, quienes tienen una cara de total disgusto, observan a un Domenech en actitud indiferente, apoyándose en el soporte de la banca mientras se pierde en sus pensamientos.
Se va ganando… Ahora falta matar a los galos. Aguirre se atreve. Saca la valentía que otras ocasiones ha quedado relegada y ordena a su equipo mantenerse en la misma sintonía. Toma algunas precauciones, pero no se arrincona rogando porque el tiempo expire. Entonces, Barrera arrastra las piernas para agravar una falta que para mí sí es. Blanco pide el balón, aunque Salcido hace lo propio, todos sabemos que Cuah va a cobrar… también que la va a meter. Cuando los franceses se acercan a intimidarlo, comento que es lo peor que puedes hacer con un jugador así, y si no pregúntenle a colombianos, jamaicanos y demás futbolistas a los que ha enfrentado. Los retos para Cuauhtémoc son a muerte. Con esa certeza y aplomo, toma una distancia que para la gran mayoría significa una pronta falla; para él, en cambio, son los pasos previos a una nueva inmortalización, porque lleva varias. Ahora, lo hace tirando justo a la coordenada en que el arquero no puede rechazar el esférico a pesar de haberse lanzado con acierto. La victoria está segura, en los bolsillos.
Acabando el duelo. Escribo los díez puntos en este espacio. Emocionado, aunque entumido por el frío, reconozco que Aguirre acertó en casi todo, sigo pensando que Franco no debe ser titular. Aplaudo que Rafa por fin haya mostrado al gran jugador del Barcelona, que Salcido haya jugado como en aquellas épicas batallas en la Confederaciones y que “Chicharito” y Blanco hayan mostrado lo mejor de la vieja y nueva generación del futbol mexicano.
Se suben los díez puntos. Copio la liga y la twitteo. Espero cuatro, cinco segundos para sentir el ambiente y abandono mi lugar sintiendo que hoy soy más periodista que ayer por el simple hecho de haber estado en el lugar preciso y en el momento indicado. Nuestra Selección acaba de hacer historia. No sólo por haberse impuesto a Francia, sino también porque se ha construido el primer antecedente mundialista en que una potencia pensará en algún día cobrar venganza. Cuando volvamos a enfrentarlos, no seremos, en un escenario atípico para nosotros, los vencidos que quieren demostrar lo contrario; seremos los vencedores que quieren mantener la supremacía. Un paso de gigante para un equipo que por fin ha dado luz a una rivalidad en la que, cuando menos en el antecedente inmediato, somos los ganadores.
México festeja. México en Sudáfrica también festeja, ¿y yo? Recobro la tranquilidad habitual, acudo a las conferencias de prensa, grabo stands, armo notas y acabo el día pensando que ser periodista vale aún más la pena por el increíble sabor de noventa minutos en los que mi criterio periodístico pudo convivir sin problema con el alma de aficionado que todos llevamos dentro.
viernes, 18 de junio de 2010
10 puntos del México-Francia
-Aunque suene gastado, hoy se demostró que México puede pelear de tú a tú contra cualquiera. Siempre y cuando se demuestre personalidad y concentración para evitar que el rival genere espacios en nuestra meta.
-Para mí, es el primer gran partido de Rafael Márquez en una Copa del Mundo. Simple y sencillamente sacó lo mejor del jugador que ha triunfado con el Barcelona.
-Aguirre supo meter a Cuauhtémoc Blanco en el momento preciso. Combinó la astucia de Blanco con la profundidad de Barrera, Gio y Javier Hernández.
-Aún en lo bueno hay que corregir, Franco no debe ser titular. Javier Hernández es mucho más inteligente para manejarse en situaciones adversas.
-Bien por Aguirre al alinear de inicio a Héctor Moreno. Mostró personalidad y siempre estuvo atento en las coberturas.
-Así como lo cuestionamos por verse nervioso en el duelo inaugural, Oscar Pérez recordó sus mejores épocas y guió con liderazgo al sector defensivo.
-Lo de Domenech es lamentable. El tipo se la pasó recostado sobre el poste de la banca. Ya lo querían correr y ya se quería ir.
-No demeritemos el triunfo. Francia venía mal, pero vencer a una potencia siempre será digno de mención, sobre todo cuando es un duelo directo por la clasificación.
-El sector defensivo merece ser llenado de elogios. Se comportó casi a la perfección, salvo por cinco o diez minutos en que los franceses generaron cierto peligro.
-Ahora, a buscar vencer a Uruguay para ir contra el segundo del grupo de Argentina.
-Para mí, es el primer gran partido de Rafael Márquez en una Copa del Mundo. Simple y sencillamente sacó lo mejor del jugador que ha triunfado con el Barcelona.
-Aguirre supo meter a Cuauhtémoc Blanco en el momento preciso. Combinó la astucia de Blanco con la profundidad de Barrera, Gio y Javier Hernández.
-Aún en lo bueno hay que corregir, Franco no debe ser titular. Javier Hernández es mucho más inteligente para manejarse en situaciones adversas.
-Bien por Aguirre al alinear de inicio a Héctor Moreno. Mostró personalidad y siempre estuvo atento en las coberturas.
-Así como lo cuestionamos por verse nervioso en el duelo inaugural, Oscar Pérez recordó sus mejores épocas y guió con liderazgo al sector defensivo.
-Lo de Domenech es lamentable. El tipo se la pasó recostado sobre el poste de la banca. Ya lo querían correr y ya se quería ir.
-No demeritemos el triunfo. Francia venía mal, pero vencer a una potencia siempre será digno de mención, sobre todo cuando es un duelo directo por la clasificación.
-El sector defensivo merece ser llenado de elogios. Se comportó casi a la perfección, salvo por cinco o diez minutos en que los franceses generaron cierto peligro.
-Ahora, a buscar vencer a Uruguay para ir contra el segundo del grupo de Argentina.
5 puntos del México-Francia al MT
-Guillermo Franco ha frenado al menos tres contragolpes con alta sensación de peligro sobre la meta francesa.
-El más destacado hasta el momento es Carlos Salcido. Atreviéndose a ofender, superando a sus rivales y disparando sobre la meta de Lloris.
-Plausible el que la defensa se ha comportado de muy buena forma, aunque ha cometido faltas en zonas no propicias.
-Se comprueba que Héctor Moreno debió ser titular desde el primer enfrentamiento. Ha mostrado categoría y gran capacidad en las coberturas.
-De momento, la actuación de Rafa es destacada. Se ve entregado y concentrado para buscar el beneficio de la escuadra tricolor.
-El más destacado hasta el momento es Carlos Salcido. Atreviéndose a ofender, superando a sus rivales y disparando sobre la meta de Lloris.
-Plausible el que la defensa se ha comportado de muy buena forma, aunque ha cometido faltas en zonas no propicias.
-Se comprueba que Héctor Moreno debió ser titular desde el primer enfrentamiento. Ha mostrado categoría y gran capacidad en las coberturas.
-De momento, la actuación de Rafa es destacada. Se ve entregado y concentrado para buscar el beneficio de la escuadra tricolor.
5 puntos mundialistas
-Nada peor que el resultado de Uruguay. Lo triste es que México construyó su destino incierto al haber sido incapaz de aprovechar las numerosas oportunidades del primer tiempo ante Sudáfrica.
-Lo de España puede tener dos lecturas. La primera, que se trata de un muy buen llamado de atención para corregir los errores y entregarse al máximo el resto de los compromisos La segunda, que empieza a edificarse un nuevo fracaso de las históricas tragedias de la Furia Roja.
-Me gustó la actitud de Honduras. Aunque perdió, se comprobó que la distancia entre el grueso de los equipos de Conmebol y los equipos de la Concacaf se ha reducido notablemente. Salvo Argentina y Brasil, los demás pueden ser vencidos por rivales de nuestra región.
-Los problemas de organización tienen sus ventajas: cuando no se consigue boleto para determinado partido, es sumamente sencillo acceder a las tribunas y buscar algún sitio disponible.
-Me ha gustado Polokwane. Por cierto, suena mejor decirle “Polokwein”, pero se debe decir “Po-loc-gua-ne”
-Lo de España puede tener dos lecturas. La primera, que se trata de un muy buen llamado de atención para corregir los errores y entregarse al máximo el resto de los compromisos La segunda, que empieza a edificarse un nuevo fracaso de las históricas tragedias de la Furia Roja.
-Me gustó la actitud de Honduras. Aunque perdió, se comprobó que la distancia entre el grueso de los equipos de Conmebol y los equipos de la Concacaf se ha reducido notablemente. Salvo Argentina y Brasil, los demás pueden ser vencidos por rivales de nuestra región.
-Los problemas de organización tienen sus ventajas: cuando no se consigue boleto para determinado partido, es sumamente sencillo acceder a las tribunas y buscar algún sitio disponible.
-Me ha gustado Polokwane. Por cierto, suena mejor decirle “Polokwein”, pero se debe decir “Po-loc-gua-ne”
Familiares de la Selección, una estrella más…
Con dinero baila el perro, pero también los seleccionados nacionales y hasta sus familiares. El domingo pasado, en un acto supuestamente ideado para que los jugadores de la oncena tricolor convivieran con sus seres queridos, se combinó el sentimentalismo con la voracidad de una televisora, la de Chapultepec, que se encargó de generar un reality con jugadores profesionales, con sus familiares y hasta con mariachí incluido.
Que Televisa organizara la celebración no tendría nada de malo. Después de todo lo que les deja la Selección, lo de menos es ayudarlos a motivarse después de la tensión del juego inaugural. Por fin un acto noble de la televisora… lo que resulta vomitivo es que la misma televisora armara todo un escándalo al saber que la agencia oficial de la Federación Mexicana de Futbol había publicado una foto de los seleccionados con sus familiares.
Instantes después de recibir la llamada de los dueños del futbol, la Federación exigió a la agencia Mexsport el retiro de las imágenes recientemente publicadas, pues el evento era exclusivo de Televisa. La empresa de periodismo gráfico obedeció, pero ni la FEMEXFUT ni la propia agencia contaron con que gente de El Universal había descargado y publicado la imagen durante los pocos minutos que estuvo disponible.
Se armó todo un culebrón y todo porque hasta los familiares de los seleccionados son una estrella más de El Canal de las Estrellas.
Que Televisa organizara la celebración no tendría nada de malo. Después de todo lo que les deja la Selección, lo de menos es ayudarlos a motivarse después de la tensión del juego inaugural. Por fin un acto noble de la televisora… lo que resulta vomitivo es que la misma televisora armara todo un escándalo al saber que la agencia oficial de la Federación Mexicana de Futbol había publicado una foto de los seleccionados con sus familiares.
Instantes después de recibir la llamada de los dueños del futbol, la Federación exigió a la agencia Mexsport el retiro de las imágenes recientemente publicadas, pues el evento era exclusivo de Televisa. La empresa de periodismo gráfico obedeció, pero ni la FEMEXFUT ni la propia agencia contaron con que gente de El Universal había descargado y publicado la imagen durante los pocos minutos que estuvo disponible.
Se armó todo un culebrón y todo porque hasta los familiares de los seleccionados son una estrella más de El Canal de las Estrellas.
miércoles, 16 de junio de 2010
El Tricolor y las percepciones
Uno de los máximos beneficios de asistir a una Copa del Mundo estriba en tener la posibilidad de conocer qué es lo que se opina del fútbol mexicano más allá de nuestras fronteras. A partir del contacto con periodistas y aficionados de otros lares es posible enriquecer el panorama en torno a un balompié acostumbrado a venderse como el mejor, pero también a concebirse como el peor en muchos sentidos.
Mientras que a muchos nos cuesta trabajo diseñar una imagen en la que la Selección Mexicana salta al terreno de juego como favorita ante su similar de Francia, los periodistas de dicho país acuden a la conferencia de prensa de Javier Aguirre para cuestionarlo sobre la superioridad de México ante los galos. Minutos más tarde, los periodistas mexicanos interrogan al “Vasco” sobre lo difícil que resultará batirse en duelo con un cuadro repleto de individualidades y de nombres, según los propios medios de comunicación nacionales, superiores a la gran mayoría de los nuestros.
Si en el párrafo superior puede apreciarse un sentimiento de inferioridad ante una escuadra histórica pero venida a menos, la percepción de los mismos involucrados se modifica cuando la Selección Mexicana se encarga de cerrar sus puertas más que cualquier potencia. Brasil, Holanda, Argentina y muchas más reciben sin mayor contratiempo a periodistas, e incluso, a aficionados. El cuadro azteca, en cambio, permite el ingreso sólo durante los primeros quince minutos de la práctica y da diez minutos de conferencia a cambio de los más de treinta que suele dar Diego Armando Maradona. Equipos de abolengo consideran que nada está por descubrirse; nosotros, nos cobijamos como si fuera a emerger abruptamente la fórmula mágica para resolver la crónica falta de goles.
Ejemplos como los anteriores pueden encontrarse a racimos. Desde verse sorprendido al saber que los periodistas europeos y africanos consideran al equipo mexicano como el más fuerte del pelotón hasta el hecho de que muchos de nuestros compatriotas pronosticaban una primera fase de cero unidades y una total catástrofe para nuestro balompié.
Escuchando las visiones ajenas y comparándolas con la propia, he de colocar al futbol mexicano como un elemento inestable, que puede ir hacia arriba o hacia abajo, pero que guarda la atípica tendencia de mantenerse en un nivel, en un peldaño en el que ni podemos considerarnos potencias ni tirarnos a llorar por ser parte del tercer mundo balompédico.
En términos coloquiales, podríamos decir que nuestro futbol no es ni muy muy ni tan tan y eso llega a generar escenarios en los que estamos deseosos de alcanzar la grandeza, pero también de sentir que estamos por vivir una auténtica pesadilla. Todo con tal de no vivir en una medianía desesperante y de la que sólo saldremos cuando alcanzar el quinto partido sea una misión cumplida
Mientras que a muchos nos cuesta trabajo diseñar una imagen en la que la Selección Mexicana salta al terreno de juego como favorita ante su similar de Francia, los periodistas de dicho país acuden a la conferencia de prensa de Javier Aguirre para cuestionarlo sobre la superioridad de México ante los galos. Minutos más tarde, los periodistas mexicanos interrogan al “Vasco” sobre lo difícil que resultará batirse en duelo con un cuadro repleto de individualidades y de nombres, según los propios medios de comunicación nacionales, superiores a la gran mayoría de los nuestros.
Si en el párrafo superior puede apreciarse un sentimiento de inferioridad ante una escuadra histórica pero venida a menos, la percepción de los mismos involucrados se modifica cuando la Selección Mexicana se encarga de cerrar sus puertas más que cualquier potencia. Brasil, Holanda, Argentina y muchas más reciben sin mayor contratiempo a periodistas, e incluso, a aficionados. El cuadro azteca, en cambio, permite el ingreso sólo durante los primeros quince minutos de la práctica y da diez minutos de conferencia a cambio de los más de treinta que suele dar Diego Armando Maradona. Equipos de abolengo consideran que nada está por descubrirse; nosotros, nos cobijamos como si fuera a emerger abruptamente la fórmula mágica para resolver la crónica falta de goles.
Ejemplos como los anteriores pueden encontrarse a racimos. Desde verse sorprendido al saber que los periodistas europeos y africanos consideran al equipo mexicano como el más fuerte del pelotón hasta el hecho de que muchos de nuestros compatriotas pronosticaban una primera fase de cero unidades y una total catástrofe para nuestro balompié.
Escuchando las visiones ajenas y comparándolas con la propia, he de colocar al futbol mexicano como un elemento inestable, que puede ir hacia arriba o hacia abajo, pero que guarda la atípica tendencia de mantenerse en un nivel, en un peldaño en el que ni podemos considerarnos potencias ni tirarnos a llorar por ser parte del tercer mundo balompédico.
En términos coloquiales, podríamos decir que nuestro futbol no es ni muy muy ni tan tan y eso llega a generar escenarios en los que estamos deseosos de alcanzar la grandeza, pero también de sentir que estamos por vivir una auténtica pesadilla. Todo con tal de no vivir en una medianía desesperante y de la que sólo saldremos cuando alcanzar el quinto partido sea una misión cumplida
El viaje a Polokwane
Lo dicho: Sudáfrica es un paraíso para quienes gustan de las altas velocidades. El trayecto de Johannesburgo a Polokwane se realiza a un promedio de 160 kilómetros por hora. Apretar el acelerador se convierte en un hecho automático en cuanto se aprecian caminos espectaculares y desconocedores de las curvas peligrosas que tanto nos atemorizan en las carreteras mexicanas.
El exceso de libertad, como suele ocurrir, engendra un par de peligros. Uno para los fiesteros y otro más para todo automovilista, aunque con especial énfasis en los propios aficionados a la vida nocturna y en los que, por una u otra razón, cuentan con pocas horas de sueño. La tentación de quedarse dormido es profunda y seductora. Aún manejando a exceso de velocidad, la quietud de los conductos viales adormece y lleva a cerrar los ojos de cuando en cuando para tomar un ligero descanso. El problema es que éste puede significar un choque de dimensiones espeluznantes.
¿Me gustaria manejar en Sudáfrica? Sí, porque se maneja con tranquilidad, a menos que vayas al Ellis Park o al Soccer City en horas cercanas al partido, y porque se escucha buena música. Pero también reconozco que llega a ser aburrido y mecánico, casi tanto como manejar un Baby Kart y como un acto gemelo de la gran mayoría de los partidos de la actual Copa del Mundo.
El exceso de libertad, como suele ocurrir, engendra un par de peligros. Uno para los fiesteros y otro más para todo automovilista, aunque con especial énfasis en los propios aficionados a la vida nocturna y en los que, por una u otra razón, cuentan con pocas horas de sueño. La tentación de quedarse dormido es profunda y seductora. Aún manejando a exceso de velocidad, la quietud de los conductos viales adormece y lleva a cerrar los ojos de cuando en cuando para tomar un ligero descanso. El problema es que éste puede significar un choque de dimensiones espeluznantes.
¿Me gustaria manejar en Sudáfrica? Sí, porque se maneja con tranquilidad, a menos que vayas al Ellis Park o al Soccer City en horas cercanas al partido, y porque se escucha buena música. Pero también reconozco que llega a ser aburrido y mecánico, casi tanto como manejar un Baby Kart y como un acto gemelo de la gran mayoría de los partidos de la actual Copa del Mundo.
martes, 15 de junio de 2010
5 puntos mundialistas
-¿Quieren sentir en garganta propia el poder de la vuvuzela? Aquí lo pueden hacer
-Los primeros partidos de la Copa del Mundo han demostrado que la mecánica está superando a la inspiración. Parte del momento en que muchos técnicos aprendieron a concebir el juego como ciencia.
-Si científicamente está comprobado que Jabulani es el mejor balón de la historia, ¿será que el futbol no está hecho para la ciencia?
-Hoy no me voy a quejar. A favor de la organización diré que de a poco se les va notando mejor capacidad para manejarse en situaciones adversas, aunque resta mucho camino por recorrer.
-El último punto de hoy es en video: Andrés Iniesta no sabe usar la vuvuzela
-Los primeros partidos de la Copa del Mundo han demostrado que la mecánica está superando a la inspiración. Parte del momento en que muchos técnicos aprendieron a concebir el juego como ciencia.
-Si científicamente está comprobado que Jabulani es el mejor balón de la historia, ¿será que el futbol no está hecho para la ciencia?
-Hoy no me voy a quejar. A favor de la organización diré que de a poco se les va notando mejor capacidad para manejarse en situaciones adversas, aunque resta mucho camino por recorrer.
-El último punto de hoy es en video: Andrés Iniesta no sabe usar la vuvuzela
5 puntos del Holanda-Dinamarca
El ambiente en un partido que resultó tan insípido lo pusieron los aficionados.Los holandeses se llevan el premio máximo en cuanto a creatividad. Caminar por la explanada del estadio significaba encontrar ogros naranjas, reyes, molinos de viento y hasta integrantes de una supuesta aerolínea.
-La percepción generalizada es que Holanda debió ser más ofensivo. Éste no fue el mismo equipo que vimos ante México, aunque vale reconocer a los daneses el que hayan aguantado la mayor parte del cotejo sin perder el orden.
-¿Cuánto cambiará Holanda con Robben recuperado? Me atrevo a decir que su potencial ofensiva se incrementará al menos un 30%.
-A Poulsen se le verá como villano a pesar de haber sido uno de los causantes de que Holanda no luciera a plenitud. El futbol es ingrato.
-No descarto a Dinamarca como segundo clasificado del grupo. Si mantiene el orden y registra capacidad de concreción, podría colarse sorpresivamente a octavos. Dudo que pudiera ir más allá
-La percepción generalizada es que Holanda debió ser más ofensivo. Éste no fue el mismo equipo que vimos ante México, aunque vale reconocer a los daneses el que hayan aguantado la mayor parte del cotejo sin perder el orden.
-¿Cuánto cambiará Holanda con Robben recuperado? Me atrevo a decir que su potencial ofensiva se incrementará al menos un 30%.
-A Poulsen se le verá como villano a pesar de haber sido uno de los causantes de que Holanda no luciera a plenitud. El futbol es ingrato.
-No descarto a Dinamarca como segundo clasificado del grupo. Si mantiene el orden y registra capacidad de concreción, podría colarse sorpresivamente a octavos. Dudo que pudiera ir más allá
lunes, 14 de junio de 2010
5 puntos mundialistas
-Prohibir las vuvuzelas, equivaldría a coartar la escasa pasión que los sudafricanos sienten por el futbol.
-No se vale que la FIFA se queje del transporte en Sudáfrica. Blatter y los suyos sabían las condiciones y ahora se hacen los sorprendidos.
-No es por ser malinchista, pero ver entrenar a los holandeses basta para darse cuenta de que están en otro nivel físico y técnico.
-La sensación generalizada en torno a Argentina es que será suficiente con una mala tarde de Messi para que pierda todo el brillo que mostró ante Nigeria.
-Se comenta de ESPN que el camión en el que la FIFA transporta a los periodistas va acompañado de un puñado de cucarachas. Bienvenidos al 2010…
-No se vale que la FIFA se queje del transporte en Sudáfrica. Blatter y los suyos sabían las condiciones y ahora se hacen los sorprendidos.
-No es por ser malinchista, pero ver entrenar a los holandeses basta para darse cuenta de que están en otro nivel físico y técnico.
-La sensación generalizada en torno a Argentina es que será suficiente con una mala tarde de Messi para que pierda todo el brillo que mostró ante Nigeria.
-Se comenta de ESPN que el camión en el que la FIFA transporta a los periodistas va acompañado de un puñado de cucarachas. Bienvenidos al 2010…
domingo, 13 de junio de 2010
5 puntos del Argentina-Nigeria
-En la conferencia de prensa se notaba que Enyeama estaba consciente de haber dado el mejor partido de su vida. Brillar en el tiempo y el lugar adecuado puede llegar a ser incluso más importante que la constancia. Enyeama así lo hizo y se llevó mención aparte de todo el mundo.
-Ver jugar a Messi en vivo es una sensación muy difícil de explicar. De inmediato se nota que es un jugador distinto al resto.
-La comparación se vale: Argentina y México padecieron de lo mismo. El único tema es que ellos fallaron varias en este partido; para nosotros, lo raro es cuando anotamos.
-De los pases laterales y hacia atrás de México al futbol siempre pensando en hallar la manera de ofender. Detalles que marcan diferencia.
-Impresionante la conexión entre la Selección Argentina y su afición. Ni los miles de mexicanos que vinieron a la Copa del Mundo alcanzan un nivel semejante de excitación.
-Ver jugar a Messi en vivo es una sensación muy difícil de explicar. De inmediato se nota que es un jugador distinto al resto.
-La comparación se vale: Argentina y México padecieron de lo mismo. El único tema es que ellos fallaron varias en este partido; para nosotros, lo raro es cuando anotamos.
-De los pases laterales y hacia atrás de México al futbol siempre pensando en hallar la manera de ofender. Detalles que marcan diferencia.
-Impresionante la conexión entre la Selección Argentina y su afición. Ni los miles de mexicanos que vinieron a la Copa del Mundo alcanzan un nivel semejante de excitación.
Argentina-Nigeria
Cuando el futbol se trae en la sangre, ser ganador se da por naturaleza. La tarde de este sábado en Johannesburgo, Argentina vovió a contar con ese pequeño detalle que lo transforma en una de las máximas potencias a nivel Mundial. Inició abrumando al rival y, a diferencia de lo hecho apenas ayer por la Selección Mexicana ante Sudáfrica,capitalizó la oportunidad con un tanto que le dio rienda suelta y control absoluto del enfrentamiento ante Nigeria. Ser contundente es ser ganador, implica menor producción a cambio de ser eficiente. Es hacer más con menos y estar a un paso del éxito. La albiceleste lo hizo, y pese a verse en serias dificultades durante el complemento, consiguió tres puntos que gritan al orbe los deseos de triunfo de una representación para la que no hay más que alcanzar el título en la Copa del Mundo.
El eterno Maradona, con todo y un traje que rompió con su habitual irreverencia, no gozó de las cámaras más que unos cuantos minutos. Ser técnico implica ser el principal responsable de explicar los hechos y los fracasos, pero también de ceder el protagonismo para que lo disfruten quienes lo merecen. El Diego, arrinconado en el área técnica albiceleste, fue inquieto testigo del Mundial cronológicamente hecho para consagrar al pequeño gigante, Lionel Messi, como uno de los más grandes futbolistas de los que el
hombre tenga memoria.
Y ahí estuvo el par de dieces argentinos. Uno, el retirado vuelto técnico, dando indicaciones y gritando a la espera de que alguien lo escuchara; el otro, el bajito de estatura pero gigantesco en calidad, deslumbrado con infernal velocidad, entablando siempre un romance con un balón incómodo para muchos, mas no para él, quien sabe tratarlo de forma absolutamente selecta, con la elegancia del más importante hombre de negocios y con la malicia de un auténtico asesino en serie.
Valorando el tiempo más que cualquier otra cosa, Messi decidió que sólo requería de ciento veinte segundos para empezar un show que a partir de entonces desquiciaría a la muralla de Águilas Negras. Instantes después, en cuestión de unos cuantos suspiros, emergió de nuevo la figura del pequeño fenómeno para escabullirse entre tres y mandar la de gajos a Higuaín para que éste se coronara. Fue entonces cuando surgió el antagonista, el que con siluetas igual de portentosas hizo aún más grande lo que ya de por sí es digno
de exhibirse en cualquier galería como un ejemplo de buen futbol. Enyeama, el guerrero negro de indomable reacción, hizo lo suyo y anunció al mundo que podía convertirse en héroe, con o sin corona.
Los genios convertidos en escuderos por la sobrenatural capacidad de Lio, no escondieron sus deseos de estar en el primer plano de atención mediática. La “Bruja” Verón mandó pelota para que Heinze se retorciera en el aire con tal de realizar el testarazo que puso paños a fríos a la sed de gloria nigeriana. En sólo seis minutos, Argentina dio cátedra de futbol, se desmarcó del grueso de la población mundialista y advirtió que irá con todo en la lucha por conquistar el gran tesoro que la FIFA ha decidido guardar momentáneamente en el continente africano.
El resto fue sufrir y gozar para los argentinos. Gozar con las escapadas de Messi; sufrir con las atajadas de Enyeama; gozar con las triangulaciones de uno de los ataques más potentes del mundo; sufrir con el águila negra que resguardaba el arco nigeriano; gozar con su magia, sufrir con los conjuros del golero africano. En el otro lado, Nigeria estuvo cerca. Disparó, probó suerte, se escapó a velocidad, pero nunca fue suficiente. La fiesta fue de Messi y Argentina, y aunque el primero no anotó, puso el dedo en la llaga amenazando con seguir robándose una Copa en la que no siempre estará Enyeama para detener lo inatajable.
El eterno Maradona, con todo y un traje que rompió con su habitual irreverencia, no gozó de las cámaras más que unos cuantos minutos. Ser técnico implica ser el principal responsable de explicar los hechos y los fracasos, pero también de ceder el protagonismo para que lo disfruten quienes lo merecen. El Diego, arrinconado en el área técnica albiceleste, fue inquieto testigo del Mundial cronológicamente hecho para consagrar al pequeño gigante, Lionel Messi, como uno de los más grandes futbolistas de los que el
hombre tenga memoria.
Y ahí estuvo el par de dieces argentinos. Uno, el retirado vuelto técnico, dando indicaciones y gritando a la espera de que alguien lo escuchara; el otro, el bajito de estatura pero gigantesco en calidad, deslumbrado con infernal velocidad, entablando siempre un romance con un balón incómodo para muchos, mas no para él, quien sabe tratarlo de forma absolutamente selecta, con la elegancia del más importante hombre de negocios y con la malicia de un auténtico asesino en serie.
Valorando el tiempo más que cualquier otra cosa, Messi decidió que sólo requería de ciento veinte segundos para empezar un show que a partir de entonces desquiciaría a la muralla de Águilas Negras. Instantes después, en cuestión de unos cuantos suspiros, emergió de nuevo la figura del pequeño fenómeno para escabullirse entre tres y mandar la de gajos a Higuaín para que éste se coronara. Fue entonces cuando surgió el antagonista, el que con siluetas igual de portentosas hizo aún más grande lo que ya de por sí es digno
de exhibirse en cualquier galería como un ejemplo de buen futbol. Enyeama, el guerrero negro de indomable reacción, hizo lo suyo y anunció al mundo que podía convertirse en héroe, con o sin corona.
Los genios convertidos en escuderos por la sobrenatural capacidad de Lio, no escondieron sus deseos de estar en el primer plano de atención mediática. La “Bruja” Verón mandó pelota para que Heinze se retorciera en el aire con tal de realizar el testarazo que puso paños a fríos a la sed de gloria nigeriana. En sólo seis minutos, Argentina dio cátedra de futbol, se desmarcó del grueso de la población mundialista y advirtió que irá con todo en la lucha por conquistar el gran tesoro que la FIFA ha decidido guardar momentáneamente en el continente africano.
El resto fue sufrir y gozar para los argentinos. Gozar con las escapadas de Messi; sufrir con las atajadas de Enyeama; gozar con las triangulaciones de uno de los ataques más potentes del mundo; sufrir con el águila negra que resguardaba el arco nigeriano; gozar con su magia, sufrir con los conjuros del golero africano. En el otro lado, Nigeria estuvo cerca. Disparó, probó suerte, se escapó a velocidad, pero nunca fue suficiente. La fiesta fue de Messi y Argentina, y aunque el primero no anotó, puso el dedo en la llaga amenazando con seguir robándose una Copa en la que no siempre estará Enyeama para detener lo inatajable.
viernes, 11 de junio de 2010
10 puntos del México-Sudáfrica
-Dos errores muy claros de Aguirre. El primero es tener a Paul Aguilar en vez de apoyar a Andrés Guardado. El segundo es mucho más frontal, talentoso y agresivo que el jugador del Pachuca.
-El segundo es haber elegido a Franco en lugar de Javier Hernández. El “Guille” no está en ritmo. No podemos conformarnos con un tipo que pelea todas, pero que no anota ni por accidente.
-A Gio le falta muy poco para ser una estrella de nivel internacional. Tiene mayor fuerza física y una velocidad endemoniada, pero le falta aprender a ceder la pelota y a concretar de la manera correcta.
-Aunque a muchos no les parezca, sigo pensando que Cuauhtémoc Blanco debe entrar a partir del minuto 15 del segundo tiempo para generar espacios y profundizar como ningún otro elemento mexicano lo sabe hacer.
-Oscar Pérez se vio demasiado titubeante. Se vale decir que es el balón, pero en frecuentes ocasiones estuvo a un paso del error.
-La defensa cometió errores imperdonables. El sistema de Aguirre requiere total atención en retaguardia para evitar que se agudicen los efectos de jugar con tres delanteros.
-Si México no gana generando 5 ó 6 oportunidades por partido, ¿podría ganar jugando de otra manera? El tema es que produciría menos y se necesitan más para que nuestros delanteros se atrevan a estremecer las redes.
-Por como se dio el partido, el empate es positivo. Acorde al talento futbolístico de una y otra selección, el saldo es totalmente negativo.
-Sudáfrica es mucho corazón, pero poca materia prima. Quizás pueda acceder a la siguiente ronda, pero no podrá ir más allá de eso.
-Estamos obligados a reconocer que el árbitro no jugó en nuestra contra. Nos complicamos tanto las cosas nosotros mismos que no hizo falta que la FIFA metiera mano para salvar a los Bafana-Bafana.
-El segundo es haber elegido a Franco en lugar de Javier Hernández. El “Guille” no está en ritmo. No podemos conformarnos con un tipo que pelea todas, pero que no anota ni por accidente.
-A Gio le falta muy poco para ser una estrella de nivel internacional. Tiene mayor fuerza física y una velocidad endemoniada, pero le falta aprender a ceder la pelota y a concretar de la manera correcta.
-Aunque a muchos no les parezca, sigo pensando que Cuauhtémoc Blanco debe entrar a partir del minuto 15 del segundo tiempo para generar espacios y profundizar como ningún otro elemento mexicano lo sabe hacer.
-Oscar Pérez se vio demasiado titubeante. Se vale decir que es el balón, pero en frecuentes ocasiones estuvo a un paso del error.
-La defensa cometió errores imperdonables. El sistema de Aguirre requiere total atención en retaguardia para evitar que se agudicen los efectos de jugar con tres delanteros.
-Si México no gana generando 5 ó 6 oportunidades por partido, ¿podría ganar jugando de otra manera? El tema es que produciría menos y se necesitan más para que nuestros delanteros se atrevan a estremecer las redes.
-Por como se dio el partido, el empate es positivo. Acorde al talento futbolístico de una y otra selección, el saldo es totalmente negativo.
-Sudáfrica es mucho corazón, pero poca materia prima. Quizás pueda acceder a la siguiente ronda, pero no podrá ir más allá de eso.
-Estamos obligados a reconocer que el árbitro no jugó en nuestra contra. Nos complicamos tanto las cosas nosotros mismos que no hizo falta que la FIFA metiera mano para salvar a los Bafana-Bafana.
Antes de comenzar
Dibujamos el partido en nuestra mente y terminará siendo algo totalmente inesperado. Desde que conocimos la suerte de México en el sorteo mundialista, nuestro cerebro ha elaborado una y otra vez lo que podría ocurrir esta tarde en el Soccer City de Johannesburgo. Cuando el optimismo nos inundaba, cerrábamos los ojos y pensábamos que los nuestros iban a ser implacables, a imponerse incluso a los designios de la FIFA y a los sueños del país organizador. Cuando las dudas nos inundaban, el mismo proceso de meditación nos llevaba a construir escenarios de catástrofe, panoramas en los que no ibamos más allá de los tres partidos de rigor.
Hoy nada de ello importa. La magia del futbol radica en que se maneja bajo su propia lógica. Lo vivimos antes, con nuestra mente, y lo experimentamos después, cuando la realidad nos indica cuál será el rumbo definitivo del partido.
Gracias al futbol por darnos ese respiro, por permitirnos volver a ilusionarnos con algo tan simple como ver hacia donde se inclina un balón de futbol.
Hoy nada de ello importa. La magia del futbol radica en que se maneja bajo su propia lógica. Lo vivimos antes, con nuestra mente, y lo experimentamos después, cuando la realidad nos indica cuál será el rumbo definitivo del partido.
Gracias al futbol por darnos ese respiro, por permitirnos volver a ilusionarnos con algo tan simple como ver hacia donde se inclina un balón de futbol.
jueves, 10 de junio de 2010
5 puntos mundialistas
-No soy amargado. Me encuentro feliz y pleno profesionalmente por cubrir la Copa del Mundo, pero ello no quita la insatisfacción de saber que la Copa del Mundo fue secuestrada por la ambición de Blatter, quien para colmo ya anunció sus intenciones de reelegirse.
-La desorganización es tal que son muchos los aficionados que han podido pisar la cancha del Soccer City. Cualquier hijo de vecina puede acceder al máximo estandarte de esta Copa del Mundo.
-La fila M en el asiento 9 será mi ubicación en el Soccer City. Mañana todo será fiesta, aunque espero que al final, la victoria sea nuestra.
-Johannesburgo no está hecho para peatones. Cruzar una calle es más riesgoso que meterse a Tepito a altas horas de la madrugada. Lo digo porque se alcanzan velocidades de hasta 180 kilómetros por hora.
-Por si alguien se lo pregunta, la moneda sudafrican es el Rand, digamos que 7 rands equivalen a 1 dolar.
-La desorganización es tal que son muchos los aficionados que han podido pisar la cancha del Soccer City. Cualquier hijo de vecina puede acceder al máximo estandarte de esta Copa del Mundo.
-La fila M en el asiento 9 será mi ubicación en el Soccer City. Mañana todo será fiesta, aunque espero que al final, la victoria sea nuestra.
-Johannesburgo no está hecho para peatones. Cruzar una calle es más riesgoso que meterse a Tepito a altas horas de la madrugada. Lo digo porque se alcanzan velocidades de hasta 180 kilómetros por hora.
-Por si alguien se lo pregunta, la moneda sudafrican es el Rand, digamos que 7 rands equivalen a 1 dolar.
5 puntos mundialistas
-A marchas forzadas, así puede calificarse el ritmo de trabajo con que se manejan empleados y voluntarios en el Soccer City. Hoy fueron instaladas las bancas de los equipos, se trabaja en los palcos de transmisión y en las suites.
-Da orgullo decirlo: México se encargó de hacer sentir el primer ambiente mundialista en una atmósfera que había permanecido desangelada. Aunque en el fondo me pregunto si no será eso lo que lleva a la Federación a siempre darle atole con el dedo a los aficionados.
-No por conocido es menos molesto. Justino Compeán, en el acto de develación de la réplica del Ángel de la Independencia, decidió no hablar con los medios de comunicación. Esta postura se modificó en cuanto vio a Yordi Rosado. Después, ya sin poder oponer resistencia, habló con los demás, pero a quien atendió primero fue a una estrella más de Chapultepec. Está cañón…
-Me voy a ver demasiado puritano y amargado, pero me queda claro que al menos al 50% de los aficionados les importa un comino el futbol. Hasta en la porra lo dicen, “venimos a emborracharnos y a ver a México Campeón”. Lo primero lo harán; lo segundo, lo dudo.
-Confieso que me ha gustado el estilo de la prensa sudafricana. Al menos en los periódicos, ignoran la nota simple para adentrarse en temas tan profundos como las exigencias de la FIFA al gobierno sudafricano, las poblaciones que se quedarán sin ver el Mundial por la pobreza extrema y más.
-Da orgullo decirlo: México se encargó de hacer sentir el primer ambiente mundialista en una atmósfera que había permanecido desangelada. Aunque en el fondo me pregunto si no será eso lo que lleva a la Federación a siempre darle atole con el dedo a los aficionados.
-No por conocido es menos molesto. Justino Compeán, en el acto de develación de la réplica del Ángel de la Independencia, decidió no hablar con los medios de comunicación. Esta postura se modificó en cuanto vio a Yordi Rosado. Después, ya sin poder oponer resistencia, habló con los demás, pero a quien atendió primero fue a una estrella más de Chapultepec. Está cañón…
-Me voy a ver demasiado puritano y amargado, pero me queda claro que al menos al 50% de los aficionados les importa un comino el futbol. Hasta en la porra lo dicen, “venimos a emborracharnos y a ver a México Campeón”. Lo primero lo harán; lo segundo, lo dudo.
-Confieso que me ha gustado el estilo de la prensa sudafricana. Al menos en los periódicos, ignoran la nota simple para adentrarse en temas tan profundos como las exigencias de la FIFA al gobierno sudafricano, las poblaciones que se quedarán sin ver el Mundial por la pobreza extrema y más.
Mundial del tercer mundo
El futbol romántico pierde terreno ante la triste realidad de los países en vías de desarrollo. Aunque el ideal indica que los grandes acontecimientos deportivos bien pueden marcar un nuevo comienzo para una nación, los contrastes entre pasadas versiones de la Copa del Mundo y la actual saltan a la vista como fuerte golpe para quienes consideran que la máxima justa balompédica del orbe debe estar abierta a ser organizada por todo tipo de naciones.
Suficiente resulta con estar mirando tres o cuatro días el suelo sudafricano para comprender que la ambición política de Blatter pudo más que el beneficio para el deporte que representa. En esta tierra tan colorida y repleta de contrastes, no existen las condiciones para propiciar una total concentración en torno a un suceso que lo amerita por el simple hecho de hipnotizar millones de miradas alrededor del mundo. El Mundial es visto como una majestuosa vitrina, pero también como una peligrosa arma que pretende dar a entender que la lucha por la igualdad ha concluido, cuando en realidad las épicas victorias de Nelson Mandela construyeron apenas la base de una pirámide que debe ser fortalecida a diario.
Las incomodidades que hemos sufrido los medios de comunicación a lo largo de estos días son lo de menos. Se trata de vicisitudes que pueden soportarse con tal de cumplir con el ejercicio profesional. El problema de fondo en torno a esta edición de la Copa del Mundo estriba en que los aficionados han pagado costos muy altos a cambio de un servicio que dista mucho de valerlo.
Un alto porcentaje de la afición extranjera acude a la justa con recursos limitados. Justo con lo mínimo necesario para sobrevivir durante los días que sus respectivas selecciones participen. El punto neurálgico es que estos seguidores se están viendo expuestos a asumir riesgos de seguridad tan severos como el de usar el transporte público, alternativa muy deficiente en Sudáfrica y propensa a ser víctima de la delincuencia. El riesgo se catapulta de forma considerable cuando se observa que la distancia habitual entre un sitio y otro oscila entre los treinta y los cuarenta minutos.
Para alguien que, como un servidor, habita en una nación en eternas vías de desarrollo, resulta doloroso afirmar que el Mundial ha dejado de pertenecer a todos. Las canchas y los estadios son lo de menos. Ahí, el aficionado lo mismo se emociona con un templo futbolero lleno de historia aunque humilde en recursos que con una obra arquitectónica de vanguardia. Donde la bomba explota es cuando los asistentes a la Copa del Mundo sobreviven a factores que la FIFA debió considerar antes de tomar una decisión que no hizo más que comprobar que el juego de la política vale más que las constantes promesas de Fair Play.
Por la afición, por el futbol, por los medios de comunicación y por la fiesta que debe significar una Copa del Mundo, hoy pienso que lo mejor es convertir la máxima justa balompédica en un acontecimiento de elite, abierto a naciones que puedan garantizar total tranquilidad y un espacio de auténtico reposo para los millones de aficionados que desean olvidarse de los problemas de la vida para respirar en torno a ese objeto redondo que nos atrapará a partir del 11 de junio.
La FIFA, como la FMF en muchas ocasiones, ha vuelto a jugar con la nobleza de los aficionados. Quienes amamos el futbol, siempre caemos en la trampa. Así de noble es la pelota…
Suficiente resulta con estar mirando tres o cuatro días el suelo sudafricano para comprender que la ambición política de Blatter pudo más que el beneficio para el deporte que representa. En esta tierra tan colorida y repleta de contrastes, no existen las condiciones para propiciar una total concentración en torno a un suceso que lo amerita por el simple hecho de hipnotizar millones de miradas alrededor del mundo. El Mundial es visto como una majestuosa vitrina, pero también como una peligrosa arma que pretende dar a entender que la lucha por la igualdad ha concluido, cuando en realidad las épicas victorias de Nelson Mandela construyeron apenas la base de una pirámide que debe ser fortalecida a diario.
Las incomodidades que hemos sufrido los medios de comunicación a lo largo de estos días son lo de menos. Se trata de vicisitudes que pueden soportarse con tal de cumplir con el ejercicio profesional. El problema de fondo en torno a esta edición de la Copa del Mundo estriba en que los aficionados han pagado costos muy altos a cambio de un servicio que dista mucho de valerlo.
Un alto porcentaje de la afición extranjera acude a la justa con recursos limitados. Justo con lo mínimo necesario para sobrevivir durante los días que sus respectivas selecciones participen. El punto neurálgico es que estos seguidores se están viendo expuestos a asumir riesgos de seguridad tan severos como el de usar el transporte público, alternativa muy deficiente en Sudáfrica y propensa a ser víctima de la delincuencia. El riesgo se catapulta de forma considerable cuando se observa que la distancia habitual entre un sitio y otro oscila entre los treinta y los cuarenta minutos.
Para alguien que, como un servidor, habita en una nación en eternas vías de desarrollo, resulta doloroso afirmar que el Mundial ha dejado de pertenecer a todos. Las canchas y los estadios son lo de menos. Ahí, el aficionado lo mismo se emociona con un templo futbolero lleno de historia aunque humilde en recursos que con una obra arquitectónica de vanguardia. Donde la bomba explota es cuando los asistentes a la Copa del Mundo sobreviven a factores que la FIFA debió considerar antes de tomar una decisión que no hizo más que comprobar que el juego de la política vale más que las constantes promesas de Fair Play.
Por la afición, por el futbol, por los medios de comunicación y por la fiesta que debe significar una Copa del Mundo, hoy pienso que lo mejor es convertir la máxima justa balompédica en un acontecimiento de elite, abierto a naciones que puedan garantizar total tranquilidad y un espacio de auténtico reposo para los millones de aficionados que desean olvidarse de los problemas de la vida para respirar en torno a ese objeto redondo que nos atrapará a partir del 11 de junio.
La FIFA, como la FMF en muchas ocasiones, ha vuelto a jugar con la nobleza de los aficionados. Quienes amamos el futbol, siempre caemos en la trampa. Así de noble es la pelota…
miércoles, 9 de junio de 2010
5 puntos mundialistas
-Considero que lo peor que podría pasar para el Tri sería el empate. No percibo las condiciones para que seamos derrotados.
-Aunque se busque ser romántico, una Copa del Mundo debe entregar todas las comodidades y adelantes tecnológicos, ideal muy distante de lo que se puede encontrar en Sudáfrica.
-La inocencia de los sudafricanos se percibe hasta en el detalle de pensar que las vuvuzelas serán su principal aliado contra los nuestros.
-El jefe de prensa de la representación sudafricana es más molesto que cualquiera de la Primera División de nuestro balompié. Hoy se puso enfrente de la cámara de MT y amenazó con cualquier cosa. Pésimo personaje.
-Encontrar un sudafricano americanista da buena cuenta de la trascendencia del cuadro emplumado a nivel mundial.
-Aunque se busque ser romántico, una Copa del Mundo debe entregar todas las comodidades y adelantes tecnológicos, ideal muy distante de lo que se puede encontrar en Sudáfrica.
-La inocencia de los sudafricanos se percibe hasta en el detalle de pensar que las vuvuzelas serán su principal aliado contra los nuestros.
-El jefe de prensa de la representación sudafricana es más molesto que cualquiera de la Primera División de nuestro balompié. Hoy se puso enfrente de la cámara de MT y amenazó con cualquier cosa. Pésimo personaje.
-Encontrar un sudafricano americanista da buena cuenta de la trascendencia del cuadro emplumado a nivel mundial.
lunes, 7 de junio de 2010
5 puntos del día de la Selección Mexicana
-Me gusta que la actitud de la Selección Mexicana sea de no cuestionar al arbitraje. Aún más plausible será si, pase lo que pase en el partido, se abstienen de lanzarse en contra del mismo.
-No busquemos polémica donde no la hay. Guardado desea un lugar en el once titular, pero no se ha peleado, ni pretende hacerlo, con Javier Aguirre.
-Se comenta con insistencia que Aguirre parará el mismo cuadro que contra Italia, con la única novedad de incluir al Guille en lugar de Javier Hernández.
-El departamento de comunicación de la Federación aprovecha la presencia de medios de comunicación internacionales para evitar preguntas incómodas de los nacionales. No se vale enojarse, es parte del juego.
-Los sudafricanos son tan diplomáticos que ante nosotros siempre pronostican un empate, aunque en el fondo sienten que pueden vencernos.
-No busquemos polémica donde no la hay. Guardado desea un lugar en el once titular, pero no se ha peleado, ni pretende hacerlo, con Javier Aguirre.
-Se comenta con insistencia que Aguirre parará el mismo cuadro que contra Italia, con la única novedad de incluir al Guille en lugar de Javier Hernández.
-El departamento de comunicación de la Federación aprovecha la presencia de medios de comunicación internacionales para evitar preguntas incómodas de los nacionales. No se vale enojarse, es parte del juego.
-Los sudafricanos son tan diplomáticos que ante nosotros siempre pronostican un empate, aunque en el fondo sienten que pueden vencernos.
viernes, 4 de junio de 2010
10 puntos de la gira en Europa
-Persisten dos vicios históricos del futbol mexicano: pésima marcación a balón parado y una alarmante falta de contundencia.
-Hablando de la falta de gol, esta Selección luce todavía más débil que otras en este sentido. No se aprecia al hombre de área que tanto se necesita para aspirar a conseguir buenos resultados.
-Cada quien su forma de pensar, pero cuesta entender que se pruebe con distintas alineaciones en vez de simplemente hacer uno o dos cambios para dar continuidad y alcanzar un auténtico ritmo de competencia.
-La falta de elementos que disparen de medio distancia luce como una notable carencia, sobre todo cuando se combina con la falta del nueve letal.
-Contra Holanda quedó claro que a México se le hace daño con velocidad y toque rápido. Fuimos impotentes ante la marea naranja.
-Ninguno de los arqueros pudo marcar diferencia. Sigo creyendo que Aguirre se inclinará por Guillermo Ochoa.
-Francisco Javier Rodríguez está demostrando la importancia del aspecto físico. Mientras que para el medio futbolístico nacional no era más que un jugador lento y torpe, en el Viejo Continente le enseñaron a usar esa fortaleza para ser una muralla insuperable.
-Después de ver lo ocurrido en estos partidos, me queda la sensación de que Guillermo Franco debe ser titular, pues es el único que cumple al menos medianamente con las necesidades de un centro delantero.
-Agradable el rendimiento de Jorge Torres Nilo. Espero que no sea eliminado de la lista, pues se ha ganado a pulso su continuidad en la Selección Mexicana.
-Por cuestiones de edad, podríamos pensar que esta Selección lucirá muy fuerte para el siguiente Mundial. El problema es hasta dónde llegaremos en el presente.
-Hablando de la falta de gol, esta Selección luce todavía más débil que otras en este sentido. No se aprecia al hombre de área que tanto se necesita para aspirar a conseguir buenos resultados.
-Cada quien su forma de pensar, pero cuesta entender que se pruebe con distintas alineaciones en vez de simplemente hacer uno o dos cambios para dar continuidad y alcanzar un auténtico ritmo de competencia.
-La falta de elementos que disparen de medio distancia luce como una notable carencia, sobre todo cuando se combina con la falta del nueve letal.
-Contra Holanda quedó claro que a México se le hace daño con velocidad y toque rápido. Fuimos impotentes ante la marea naranja.
-Ninguno de los arqueros pudo marcar diferencia. Sigo creyendo que Aguirre se inclinará por Guillermo Ochoa.
-Francisco Javier Rodríguez está demostrando la importancia del aspecto físico. Mientras que para el medio futbolístico nacional no era más que un jugador lento y torpe, en el Viejo Continente le enseñaron a usar esa fortaleza para ser una muralla insuperable.
-Después de ver lo ocurrido en estos partidos, me queda la sensación de que Guillermo Franco debe ser titular, pues es el único que cumple al menos medianamente con las necesidades de un centro delantero.
-Agradable el rendimiento de Jorge Torres Nilo. Espero que no sea eliminado de la lista, pues se ha ganado a pulso su continuidad en la Selección Mexicana.
-Por cuestiones de edad, podríamos pensar que esta Selección lucirá muy fuerte para el siguiente Mundial. El problema es hasta dónde llegaremos en el presente.
miércoles, 2 de junio de 2010
10 puntos del DRAFT
-Triste la forma en que desmantelaron a los Potros de Hierro del Atlante. Suele decirse que las mudanzas no funcionan, cuando en realidad lo que no sirve es la ejecución del proyecto. No puedes esperar lealtad permanente de los aficionados después de tirar a la basura todo lo hecho anteriormente.
-Si bien el América fracasó rotundamente al no poder hacerse de los servicios de Damián Álvarez, considero exageradas las reacciones en contra de Vuoso, pues por mucho resulta un elemento más atractivo que Tony López o Enrique Esqueda.
-No habrá pero que valga para Tomás Boy. Con un equipo tan armado, el “Jefe” tendrá que luchar por el título y evitar actuaciones tan desafortunadas como la que tuvo ante Santos en las semifinales del Bicentenario.
-Uno pensaría que cuando se presenta la salvación, la directiva de dicho conjunto tendrá más recursos y experiencia para reforzarse; sin embargo, en el futbol mexicano ocurre lo contrario. A Querétaro lo percibo en un escenario semejante al de Indios. Después de alcanzar cierta regularidad, se olvidan de contratar y es el principal abocado al descenso.
-Invertir alrededor de 5 millones de dólares por un jugador de más de 30 años suele resultar peligroso. Los de San Nicolás de los Garza aceptaron el riesgo. Lo que es evidente es que “La Chilindrina” encaja de muy buena forma en un planteamiento como el de Ricardo Ferretti, quien gusta de apostar por el contragolpe como principal arma a la ofensiva.
-La ofensiva de los Rayados del Monterrey luce un tanto corta. Quiero pensar que la directiva albiazul tiene un as bajo la manga en este mercado veraniego y que por ello no mostró mayor apuro por hacerse de los servicios de un artillero.
-Pachuca es el claro ejemplo de lo que significa una correcta planeación. Dos contrataciones precisas que llegan a redondear un plantel acostumbrado a ganar.
-Aunque algunos no estén de acuerdo, sigo pensando que los Jaguares ingresarán a una etapa de mayor certeza organizacional y que ello implicará una notable mejoría en el aspecto futbolístico.
-La afición cementera está molesta por el hecho de haber contratado únicamente a Gonzalo Pineda. La parcialidad azul debe comprender que un equipo que llega a tantas finales no necesita mayores modificaciones.
-Seguro muchos pensarán que lo digo por una supuesta animadversión hacia los Pumas, pero considero que la directiva, como de costumbre, se curará en salud y que cometió la grave equivocación de no contemplar la posible salida de sus seleccionados al balompié internacional.
-Si bien el América fracasó rotundamente al no poder hacerse de los servicios de Damián Álvarez, considero exageradas las reacciones en contra de Vuoso, pues por mucho resulta un elemento más atractivo que Tony López o Enrique Esqueda.
-No habrá pero que valga para Tomás Boy. Con un equipo tan armado, el “Jefe” tendrá que luchar por el título y evitar actuaciones tan desafortunadas como la que tuvo ante Santos en las semifinales del Bicentenario.
-Uno pensaría que cuando se presenta la salvación, la directiva de dicho conjunto tendrá más recursos y experiencia para reforzarse; sin embargo, en el futbol mexicano ocurre lo contrario. A Querétaro lo percibo en un escenario semejante al de Indios. Después de alcanzar cierta regularidad, se olvidan de contratar y es el principal abocado al descenso.
-Invertir alrededor de 5 millones de dólares por un jugador de más de 30 años suele resultar peligroso. Los de San Nicolás de los Garza aceptaron el riesgo. Lo que es evidente es que “La Chilindrina” encaja de muy buena forma en un planteamiento como el de Ricardo Ferretti, quien gusta de apostar por el contragolpe como principal arma a la ofensiva.
-La ofensiva de los Rayados del Monterrey luce un tanto corta. Quiero pensar que la directiva albiazul tiene un as bajo la manga en este mercado veraniego y que por ello no mostró mayor apuro por hacerse de los servicios de un artillero.
-Pachuca es el claro ejemplo de lo que significa una correcta planeación. Dos contrataciones precisas que llegan a redondear un plantel acostumbrado a ganar.
-Aunque algunos no estén de acuerdo, sigo pensando que los Jaguares ingresarán a una etapa de mayor certeza organizacional y que ello implicará una notable mejoría en el aspecto futbolístico.
-La afición cementera está molesta por el hecho de haber contratado únicamente a Gonzalo Pineda. La parcialidad azul debe comprender que un equipo que llega a tantas finales no necesita mayores modificaciones.
-Seguro muchos pensarán que lo digo por una supuesta animadversión hacia los Pumas, pero considero que la directiva, como de costumbre, se curará en salud y que cometió la grave equivocación de no contemplar la posible salida de sus seleccionados al balompié internacional.
5 puntos del Holanda-México
-Se comprobó que trabajamos y concebimos el futbol a un ritmo distinto. Mientras que ellos ejecutan con total inmediatez, nosotros dilatamos dos o tres segundos fundamentales en hacerlo. Esa diferencia fue abrumadora durante el primer tiempo.
-Si muchos señalan al “Conejo” como culpable de dos de los tantos ingleses, habría que apuntar a Ochoa como responsable del primer tanto de los tulipanes.
-Cuauhtémoc no apareció. Sigo creyendo que no tiene que ver únicamente con su escasa velocidad, sino con que en ningún momento le entregaron un balón a modo para poder profundizar a la ofensiva.
-El tema sin solución: no tenemos un hombre de área. El equipo mexicano tendrá que buscar suerte en la Copa del Mundo sin uno de esos artilleros con presencia, fuertes y que saben cómo buscar espacios para definir.
-Confío en el boleto a la segunda ronda, pero dan miedo las dos actuaciones más recientes.
-Si muchos señalan al “Conejo” como culpable de dos de los tantos ingleses, habría que apuntar a Ochoa como responsable del primer tanto de los tulipanes.
-Cuauhtémoc no apareció. Sigo creyendo que no tiene que ver únicamente con su escasa velocidad, sino con que en ningún momento le entregaron un balón a modo para poder profundizar a la ofensiva.
-El tema sin solución: no tenemos un hombre de área. El equipo mexicano tendrá que buscar suerte en la Copa del Mundo sin uno de esos artilleros con presencia, fuertes y que saben cómo buscar espacios para definir.
-Confío en el boleto a la segunda ronda, pero dan miedo las dos actuaciones más recientes.
Los titulos de Lapuente
Dos decisiones tomadas por la directiva de las Águilas del América demuestran la situación que hoy en día atraviesa la institución. En primera instancia, los hombres de pantalón largo de la entidad azulcrema enseñaron una profunda capacidad de análisis para decidirse por Manuel Lapuente en vez de probar con un elemento de segunda categoría mientras se acomodaban los tiempos para poder adquirir los servicios de Mario Carrillo, de algún estratega de nivel internacional o mientras agurdaban el futuro cercano de José Manuel de la Torre. En segunda instancia, dejan ver el estado de total emergencia al buscar apelar a los títulos conseguidos en la época amateur para así colocarse por encima del Toluca.
El regreso de Manuel Lapuente no satisface las peticiones de la gran mayoría. No se trata de un timonel que practique un futbol espectacular ni de un estratega de renombre a nivel internacional, pero sí de un hombre con las facultades suficientes para consolidar un proyecto deportivo y con la astucia necesaria para contribuir a que el América abandone el bajo perfil en que cayó tras la gris personalidad mediática de Jesús Ramírez.
Las primeras palabras del hombre de la boina marcaron una radical diferencia con respecto a lo que habitualmente fue la etapa del ex director de las selecciones menores. De inmediato, tuvo repercusión al prometer que el América retomara el protagonismo perdido y que irá con todo en la búsqueda del anhelado título en la Copa Libertadores.
Manolo sabe cómo lograr que las Águilas vuelvan a aparecer en las portadas y a dar de qué hablar en los diversos medios de comunicación. Este punto no resulta menor cuando se está frente a la amenaza deportiva del Toluca y a la exitosa estrategia de publicidad y mercadotecnia de las Chivas Rayadas del Guadalajara. Si a esto se le suma el hecho de encontrar en Lapuente a un elemento efectivo en cuestión de resultados, queda claro que Bauer y compañía no se equivocaron en la decisión.
El acierto en la designación del técnico no estuvo acompañado de la inteligencia al momento de afrontar la peligrosa realidad, una que señala que los Diablos Rojos del Toluca han dado alcance a las Águilas en número de títulos conseguidos. El máximo dirigente emplumado, en vez de reconocer con elegancia los atributos del oponente, hurgó en el pasado no profesional para buscar un resquicio.
Pretender que se reconozcan las coronas de la época amateur no es por fuerza una equivocación, pero luce como tal cuando la petición se hace muy fuera de tiempo, justo cuando las circunstancias apremian y cuando se vuelve inminente la necesidad de triunfar para evitar que otras escuadras le den alcance o, incluso, le superen. Una vez más, aplica la lógica que indica que las reglas están claras para todos y que no se vale quejarse sobre la marcha.
Al América, le auguro un futuro prometedor, siempre y cuando la directiva se ponga a trabajar con la ecuanimidad mostrada en la elección de Lapuente y no rehuyendo de los auténticos problemas, como lo hizo apelando a lo que nunca antes había tomado en cuenta.
El regreso de Manuel Lapuente no satisface las peticiones de la gran mayoría. No se trata de un timonel que practique un futbol espectacular ni de un estratega de renombre a nivel internacional, pero sí de un hombre con las facultades suficientes para consolidar un proyecto deportivo y con la astucia necesaria para contribuir a que el América abandone el bajo perfil en que cayó tras la gris personalidad mediática de Jesús Ramírez.
Las primeras palabras del hombre de la boina marcaron una radical diferencia con respecto a lo que habitualmente fue la etapa del ex director de las selecciones menores. De inmediato, tuvo repercusión al prometer que el América retomara el protagonismo perdido y que irá con todo en la búsqueda del anhelado título en la Copa Libertadores.
Manolo sabe cómo lograr que las Águilas vuelvan a aparecer en las portadas y a dar de qué hablar en los diversos medios de comunicación. Este punto no resulta menor cuando se está frente a la amenaza deportiva del Toluca y a la exitosa estrategia de publicidad y mercadotecnia de las Chivas Rayadas del Guadalajara. Si a esto se le suma el hecho de encontrar en Lapuente a un elemento efectivo en cuestión de resultados, queda claro que Bauer y compañía no se equivocaron en la decisión.
El acierto en la designación del técnico no estuvo acompañado de la inteligencia al momento de afrontar la peligrosa realidad, una que señala que los Diablos Rojos del Toluca han dado alcance a las Águilas en número de títulos conseguidos. El máximo dirigente emplumado, en vez de reconocer con elegancia los atributos del oponente, hurgó en el pasado no profesional para buscar un resquicio.
Pretender que se reconozcan las coronas de la época amateur no es por fuerza una equivocación, pero luce como tal cuando la petición se hace muy fuera de tiempo, justo cuando las circunstancias apremian y cuando se vuelve inminente la necesidad de triunfar para evitar que otras escuadras le den alcance o, incluso, le superen. Una vez más, aplica la lógica que indica que las reglas están claras para todos y que no se vale quejarse sobre la marcha.
Al América, le auguro un futuro prometedor, siempre y cuando la directiva se ponga a trabajar con la ecuanimidad mostrada en la elección de Lapuente y no rehuyendo de los auténticos problemas, como lo hizo apelando a lo que nunca antes había tomado en cuenta.
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