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jueves, 29 de julio de 2010

La diarrea lingüística de Nery

Que se presenten problemas es parte de la vida; que tú mismo te encargues de provocarlos a partir de actos inoportunos e innecesarios equivale a un proceso de autodestrucción, a un suicidio profesional. El primer mal paso de Nery Castillo en su intento por resurgir ha sido dado. Declarar que no le interesa vestir la camiseta de la Selección Mexicana y arremeter, una vez más, contra la prensa mexicana contaminan un entorno que por fin empezaba a tranquiilizarse después de los exabruptos en que había incurrido el ahora jugador del Chicago Fire.
Quien fuera uno de los grandes elementos mediáticos durante la era de Hugo Sánchez al frente de la oncena tricolor tuvo tiempo de sobra para entender que el futbolista debe hablar en la cancha y ahorrarse, en la medida de lo posible, aquellos obstáculos externos que complican el proceso de crecimiento en su trayectoria profesional. Años después, con una carrera venida a menos y urgida de encontrar espacios dentro y fuera del terreno de juego para recuperar protagonismo, no puede calificarse más que de lamentable la actitud asumida por Nery Castillo, quien continúa viviendo bajo la misma nube de soberbia que lo mantuvo oculto a lo largo de su más reciente etapa en el balompié europeo.
Dicen que el auténtico fracaso no está en caer, sino en ser incapaz de levantarse. Castillo tendrá que mostrar su hasta hoy desconocida inteligencia si es que quiere mantenerse en la MLS. La industria del deporte en Estados Unidos no suele permitir que se atente contra sus intereses. Nery lo hizo desde el instante mismo de su llegada, y con el antecedente de viejos escándalos. Dio a entender que la Selección no le importa y que no desea volver a un país que, según él, se ha encargado de criticarlo. ¿Cómo no cuestionar a un futbolista soberbio y que no ha hecho absolutamentr nada en la cancha desde aquella Copa América?, esa es la pregunta que le haría.
Intentando pensar bien, pensemos que la diarrea lingüística de Nery le impide decir lo que realmente piensa. En muchas ocasiones, la forma es fondo. Si en vez de decir lo que dijo, hubiera declarado que por el momento desea concentrarse en Chicago y que más adelante espera alcanzar un llamado a la Selección Mexicana, todo habría sido distinto, pero Castillo no sabe lo que hace.

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