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jueves, 28 de mayo de 2009

Un triplete


La ciudad eterna es el escenario de la confirmación de un Barça inolvidable. La victoria contra el Manchester United lleva al club la tercera Copa de Europa y el triplete. El 3 ya es un número mágico. Barça, Barça y Barça.

Como hubo un Barça de las Cinco Copas o un Dream Team, el club ya tiene a su Barça del triplete. La proeza de Josep Guardiola, en su primera temporada como entrenador del Barça, ha llegado al punto culminante con la consecución de la Liga de Campeones contra el equipo que todo el mundo consideraba como el mejor del mundo. Ahora, el Manchester United, que aspiraba a repetir título en la Champions, ya tiene sustituto.

Y el Barça ha llegado hasta aquí con una declaración de amor hacia el balón, el fútbol en estado puro. Con un estilo irrenunciable e indiscutible, toda Europa conoce el ‘sello Barça', la evolución lógica y mejorada del Dream Team de Johan Curyff.

En esta declaración de intenciones, la cantera ha tenido un papel fundamental. El Barça es un Barça de casa, con 7 jugadores del fútbol base en el equipo titular de una final europea. La envidia de cualquier institución que quiera estar arraigada a sus esencias, como lo está ahora el FC Barcelona, en una combinación justa de talento de casa y cracks foráneos.

domingo, 24 de mayo de 2009

El cierre de un ciclo sin orgullo blanco.

El Real Madrid, abandonado por su afición en su cierre de la temporada en un estadio Santiago Bernabéu con aspecto desolador, se despidió entre silbidos, goleado por el Real Mallorca (1-3) en el adiós de Fabio Cannavaro que representa el fin de un ciclo.

El conjunto madridista está pagando su penitencia en el final de una temporada para el olvido. Crisis institucional y un mal momento deportivo, provocan el abandono de su afición en la despedida del Santiago Bernabéu.

El socio se quedó en casa y las gradas las ocuparon seguidores poco habituales que no esperaban ver a su equipo sin nada que jugarse en el penúltimo capítulo del campeonato nacional y que acabaron hastiados, saldando cuentas pendientes con silbidos a jugadores señalados.

Era el adiós de muchos. Entre todos se eleva la figura de Fabio Cannavaro, el último 'Balón de Orò blanco, que regresa a su casa con dos Ligas y un trozo de corazón madridista. Pero las despedidas llegaban hasta el palco, donde Vicente Boluda presidía su último encuentro en el coliseo de la Castellana.

Para la mayoría pasará al recuerdo por una expresión que ha puesto de moda. El manido «chorreo» que se volteó con el Liverpool. Pocos reparan en la limpieza que realiza en el club para la entrada de nuevos dirigentes, y la modificación del polémico voto por correo que comenzó a hacer habitual en los juzgados al Real Madrid.

Desde el banquillo se despedía Juande Ramos. El vapuleo del clásico le ha pasado factura y sus acciones han caído en picado. Nunca ofreció buen fútbol a su afición. Vivió de la euforia de una racha de jugadores hasta que fue atropellado por el Barcelona. Sin nada por lo que luchar se han visto carencias de juego, sus futbolistas se han dejado llevar y cuentan cada uno de los últimos cuatro encuentros ligueros como un auténtico castigo.

Pero Juande piensa en sí mismo y quería despedirse con un triunfo del Bernabéu. Por eso alineó a lo mejor que tenía. Se olvidó de dar minutos a los jugadores menos habituales. De premiar el trabajo en entrenamientos de Jerzey Dudek o dar una alegría a canteranos. Acaba dejando imágenes desoladoras resumidas en el rostro de Iker Casillas. Pocos merecen tanto castigo.

De su último once en el Bernabéu dejó un detalle de futuro. Las numerosas bajas, especialmente defensivas, provocaron que Sergio Ramos acompañase a Cannavaro en el centro de la defensa. En el puesto que espera jugar la próxima temporada para intentar cumplir el vaticinio del italiano que lo bautizó como "el heredero de Maldini".

Un partido de fútbol en el que no hay nada en juego pierde toda su esencia. Si al futbolista se le quita la motivación, el fervor de la batalla, queda un espectáculo deslucido para el espectador que se aburre y convierte el Bernabéu en un teatro. Frase con la que pasa a la posteridad Ramón Calderón. El silencio solo se interrumpió por la ovación cerrada en la despedida elegante de Cannavaro y los silbidos especialmente centrados en Royston Drenthe.

Sin nada en juego los goles podían animar la noche pero el Real Madrid se apagó. Higuaín pudo adelantar de nuevo a su equipo cinco minutos después de encajar el gol, pero con Robben solo ante la portería, optó por el disparo zanjando de un plumazo viejas deudas de pases que nunca llegaron del holandés.

En la reanudación al Real Madrid le faltó la motivación de su rival, que vio una nueva oportunidad de vencer en un estadio donde ha dejado triunfos para el recuerdo, en especial aquel liderado por Samuel Etòo con celebraciones de tantos dirigidas al palco.

viernes, 15 de mayo de 2009

Adiccion al deporte

Todos los que alguna vez participamos del deporte a nivel competitivo, que implica una actividad física sistemática, repetida, que se convierte en habito, hemos experimentado la hermosa sensación de sentir cada músculo de nuestro cuerpo, sentir que la sangre circula a mayor velocidad, que el oxígeno llega a nuestros pulmones y nos parece incluso que si prestamos atención podríamos percibir como cada célula de nuestro cuerpo produce ese intercambio de oxígeno y dióxido de carbono. Obviamente esta sensación inigualable, tremendamente placentera, nos genera la necesidad imperiosa de volver a percibirla como tal, entonces nos pasa que aquel día que no hacemos actividad física nos falta algo, hasta nos sentimos de mal humor, nos parece que no estamos vivos si no nos movemos. Entonces nos preguntamos …. ¿Qué es lo que produce todo esto?

Indudablemente hay una explicación fisiológica y la misma radica en unas hormonas llamadas B-endorfinas, que son como una heroína endógena. Si, análogas en sus efectos a la droga, y como tal nos crea esta “adicción”, esa necesidad imperiosa de hacer ejercicio, de competir, de vivir muchas veces situaciones de riesgo, “sensación de volar”, de haber conquistado algo cada día a través del movimiento, de sentir ese “placer”, y todo esto significa además que como toda droga tenga la propiedad de producir “tolerancia”, por lo tanto en mayor o menos grado necesitamos cada vez dosis más altas para reproducir el efecto anterior, el mismo efecto placentero. Y entonces vemos cómo alguien, que comenzó saliendo a caminar o correr por placer, termina corriendo una carrera de calle, luego no le alcanza y se anota en una carrera de aventura, y como esta carrerita no le alcanza, necesita más vértigo, más desafío, más esfuerzo, llegar más al limite, y es esto en definitiva una verdadera adicción, que puede llegar a ser tan peligrosa como la falta total de ejercicio.-

Hoy estamos asistiendo a estos dos fenómenos: la falta de adherencia, continuidad y participación del ejercicio por un lado, y esta peligrosa adicción por otro. Como siempre, el equilibrio justo, todo en su justa medida y a su debido tiempo, también se debe aplicar a la práctica deportiva y a las actividades físicas, este será el próximo gran desafío para los organizadores de carreras que, aparte de fomentar el deporte y la participación, tengan en cuenta la salud de los corredores.-

La primera de tres copas.

Faltan sólo unos días para que el Barcelona obtenga su segundo título en una semana, y con esto solamente nos queda esperar al 27 de mayo.

Este mes vamos a ser testigos de lo que se puede lograr cuando se trabaja bien, con planeación, inteligencia, cuando se apuesta por el talento y se trabaja a largo plazo (cómo nos falta eso en México).

El júbilo que nos da el Barcelona hoy, es el resultado de mucho trabajo, de una temporada larga, con muchos partidos disputados, mucha preparación, muchos goles…Este equipo se merece el título por lo que hizo jornada a jornada. No hay más.

Lo de Guardiola es admirable. Un hombre de casa, glorioso como jugador, grande como entrenador, bien preparado, comprometido, un estudioso del futbol que supo esperar su momento.

Me quedo con la nobleza de las aficiones en Mestalla. La gente del Athetic no se movió para abandonar el estadio. Permaneció ahí para aplaudir a su equipo y al campeón, eso habla de su grandeza. Además, el gesto que tuvieron algunos jugadores del Barcelona como Puyol de sostener con respeto ikurriña (bandera del País Vasco) mientras daban la vuelta olímpica al estadio festejando.



Finalmente fuimos testigos de una fiesta, y por lo visto, todos los que estaban en el estadio así lo tomaron. Hubo lágrimas por la derrota pero el comportamiento ejemplar de la gente y de los equipos las secó rápidamente.

domingo, 3 de mayo de 2009

Un mediocre madrid



Ayer vimos un ridículo de un equipo glorioso como es el de el Real Madrid. Vimos a un equipo que no sabía jugar, que no sabía enlazar una jugada digna, ni cuatro pases seguidos y mucho menos intentar un pase de tres metros. Enfrente tenían a un equipo que era como el día y la noche, jugaban, tocaban, se movían, parecían imparables, se permitían florituras en el área madridista, lo querían hacer bonito y pese a mi rechazo total al Barcelona, lo hacían muy bonito.

El Madrid empezó bastante bien el partido, en los primeros quince minutos no sólo había metido un bonito gol hecho por Higuaín a pase de Ramos, sino que obligaba al Barça a hacer un juego para el que no estaba preparado: el patadón. Cada jugada del Barcelona terminaba igual: el fuera de juego. Pero fue llegar el gol del Madrid y éste dejó de existir, se pensarían que ya estaba todo hecho, que no habría hacer mucha presión arriba y adelantar la defensa con criterio, olvidándose de que quedaban 75 minutos. Pensaban que la liga en el bolsillo, pero no... El barça les dió una lección en todo de cómo llevar un partido.

75 minutos que fueron del Barcelona sin ninguna discusión. En términos que diría Boluda, el Barça chorreó al Madrid como quiso. Paraecía manejar los tiempos del partido desde que el Madrid anotó el primer gol de la tarde. Poco después, Henry metió su golito y, en ese momento, lo que aconteció fue una borrachera de goles del Barcelona y un Madrid mediocre. La mediocridad es lo que mejor define a este equipo. Parecía que el 2-3 iba a traer algo de esperanza, pero inmediatamente después el barcelona dió otro zarpazo.

Y el resultado final fue de 2-6... un resultado del que se hablará mucho tiempo porque es histórico. Los jugadores del Madrid no estuvieron a la altura, pero quizás habría que mirar al cuerpo técnico que se encarga de fichar. ¿Por qué el Barcelona, aún teniendo la misma estructura del equipo fracasado del pasado año hizo los fichajes adecuados que le dieron un salto de calidad sobre todo con Alves y el Madrid sólo fichó a ese paquete que se llama Van der Vaart? En fin, que venga Florentino y que deje fichar a alguien que sepa. Menos Ronaldo y más Silva, Villa, Ribery, Xabi Alonso y Cesc. Ójala viniese todo ese grupo. El Madrid jugaría a otra cosa.

Todos aquellos que nos lo creímos con el Getafe simplemente estábamos soñando. El Barcelona es mucho Barcelona.