SUECIA: Robin Olsen; Mikael Lustig (Emil Krafth, 82’), Victor Nilsson Lindelöf, Andreas Granqvist y Andreas Granqvist; Viktor Claesson, Gustav Svensson, Albin Ekdal y Emil Forsberg (Martin Olsson, 82’); Marcus Berg (Isaac Kiese Thelin, 90’+1) y Ola Toivonen.
SUIZA: Yann Sommer; Michael Lang, Johan Djourou, Manuel Akanji y Ricardo Rodríguez; Valon Behrami y Granit Xhaka; Xherdan Shaqiri, Blerim Dzemaili (Haris Seferovic, 73’) y Steven Zuber (Breel Embolo, 73’); Josip Drmic.
Aunque sean palabras mayores, por una simple cuestión de tiempo de trabajo disponible y posibilidades reducidas a la hora de elegir a los jugadores, el fútbol de selecciones tiene muy poco que ver con las competencias entre clubes. Es por eso que frecuentemente vemos a conjuntos nacionales con claras limitaciones alcanzando éxitos que no son proporcionales a la calidad individual de sus jugadores. Siempre contando con un poco de suerte en cada uno de sus partidos, este ha sido el caso de Islandia en la Eurocopa en Francia hace dos años y es la explicación para que Suecia esté entre los ocho mejores países en el Mundial de Rusia. Porque en el fútbol de selecciones los comandados de Janne Andersson juegan como si fuesen un club, algo clave para potenciar al máximo el limitado talento que tienen tanto a la hora de defender como para atacar. Son 11 cuerpos que juegan como uno. Todos se ayudan.
Fue así que los suecos volvieron a eliminar a otra selección superior en términos de pura calidad como es el caso de Suiza para alcanzar los cuartos de final de una Copa del Mundo por primera vez desde 1994. En un escenario de partido previsible, el dominio de la posesión del balón perteneció al conjunto entrenado por el bosnio Vladimir Petkovic, que volvió a encontrar en el lateral izquierdo Ricardo Rodríguez y en el mediocentro Granit Xhaka a dos directores para su circuito asociativo con el extremo derecho Xherdan Shaqiri, esta vez más atado a la banda con la intención de incrementar su número de participaciones, mientras el mediapunta Blerim Dzemaili y el extremo izquierdo Steven Zuber cargaban el área desde segunda línea. El caso es que, aunque tuviera el esférico en los últimos metros del campo, Suiza nunca fue capaz de desbordar a Suecia en todo el partido. Shaqiri estuvo sin chispa.
“Más liberado por la presencia de un mediocentro de perfil defensivo como Gustav Svensson a su lado, el interior Albin Ekdal completó un partidazo para el recuerdo contra Suiza, sumando acciones sin balón, toques de calidad para lanzar transiciones y llegadas al área rival para rematar”
En esto tuvo mucho que ver el comentado orden de los nórdicos. Para poner un ejemplo, el veterano central Andreas Granqvist está completando un Mundial increíble pero que se puede entender desde la lógica: Suecia nunca le exige que abandone el área, pierda la posición o haga una cobertura en banda. Al final, lo máximo que Suiza logró en el partido fue intentar centros (39 en 90 minutos) sin ventaja y ahí la resistencia sueca liderada por el mismo Granqvist fue notable. Además, ofensivamente Suecia es más de lo mismo: cada uno tiene su rol y entre todos generan las ocasiones. Sir ir más lejos, los delanteros Marcus Berg y Ola Toivonen tienen la misión de pelear el juego directo y poner de cara a los extremos Viktor Claesson y Emil Forsberg, que a su vez se responsabilizan por ofrecer los detalles técnicos de mayor calidad. Tanto que fue el mismo Forsberg el responsable de generar el 1-0 final a pase de Toivonen.
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