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sábado, 4 de octubre de 2008

¿Es ciencia el fútbol?

Ni de broma. No lo es. Quien así lo afirme, se equivoca rotundamente. Además, la onus probandi, la carga de la prueba, la tiene él. Para seguir con nuestra consideracion clásica hablemos algo de la filosofía de la ciencia en Aristóteles.

En opinión de Aristóteles, poseemos un conocimiento científico cuando conocemos de manera absoluta la causa par la que la cosa es lo que es, y al conocer que no es posible que sea de otra manera[1].(La definición de ciencia como conocimiento de las casas par sus causas es mas manualística que aristotélica.)

Se dan en las ciencias un genero-sujeto, unos principios a partir de los cuales se demuestra y lo demostrado. Estas demostraciones son, precisamente, lag afecciones del sujeto. «Si no hay algo demostrado (…) no hay ciencia demostrativa.»[2]

«Aristóteles sostuvo que el conocimiento científico, episteme, significa un avance más allá del conocimiento del puro hecho (to hóti) al conocimiento del “hecho razonado” (to dióti) (APo I.13 78a22-1.14 79a24, 1.33 89a15-22, 11.1 89b24-31) o la “razón por qué” (ta dia ti) más allá del hecho (II.2 90al-33, II.9 93b39)»[3].

En el conocimiento científico media la demostración como razonamiento científico; así, el conocimiento demostrativo se basa en casas primeras, verdaderas, inmediatas y más conocidas y causales respecto de la conclusión[4]. Esto es: partimos de lo más evidente para nosotros a lo menos evidente para nosotros, que es, par contraste, lo más evidente por naturaleza. Las demostraciones serán tales «cuando versen sabre las cosas que se dan en sí en el genera tratado»[5].

Ahora bien, en el fútbol, parece verse claro el genero-sujeto: el juego. Los principios también parecen ser evidentes: las reglas. Lo que no está tan claro es que en el fútbol se quiera demostrar algo, o conocer par causas, sabiendo que se conocen las causas en cuanto tales. En otras palabras: ¿qué rayos estudia un científico del fútbol? Es una pretensión interesante, pero no puede dársele al fútbol un carácter de ciencia. Mucho se ha concedido ya, y ahora es posible encontrarse con un elenco interminable de ciencias: la numismática, la mineralogía, la minería, la forestalogía, la criminología, la administración, el estudio del cine (que ha terminado en premios con estatuillas). Basta ya. El que un conocimiento no sea científico no implica que sea inútil.

Si quisiera, aún así, arriesgarse alguien a hablar de fútbol como ciencia, tendría que hacerlo por media de analogías. Esto es, tendría que analogar el tratamiento que dé al fútbol con el que corresponde a una ciencia. Por lo demás, nosotros le hemos hecho ya una advertencia. No nos hacemos responsables par los efectos de semejante intento.

Lo que importa en el fútbol es ganar, la competencia, la camaraderia... y el gol. (Y, por supuesto, el Mundial.) Pero en realidad, lo único que importa al comentarista, al jugador, al espectador, etc., es que el partido sea "grande". Que se juegue bien. Por ello el fútbol es arte.

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