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lunes, 9 de mayo de 2011

Sor Juana Futbolera

Ésta es la futbolera historia de Sor Juana. Juana de Asbaje debuta el 12 de noviembre con el San Miguel Nepantla en la Nueva España (antes Azteca y ahora México). De inmediato la sombra del "cachirulismo" cae sobre ella, ya que algunos autores dicen que nació en el 1648 y otros en el 1651, por lo que no se sabe si ingresó al convento como sub 17 o como sub 20.

Desde muy pequeña mostró habilidades como medio creativo, ella era lo que llamamos un "10 nato". Habiendo cumplido la tercera temporada, su padre abandonó el área técnica. A ella le hacen creer que fue expulsado, pero años más tarde se entera que el contrato entre él y su madre era medio "chocolatón", lo que la convertía tanto a ella como a sus hermanas en jugadoras ilegítimas.

Debido a su intensa convivencia con las reservas y las fuerzas básicas de la hacienda, Juana aprende las lenguas nativas. Al darse cuenta su madre de la plurifuncionalidad en la cancha de Juana, es enviada a la primera división, es decir, la Ciudad de México.

Su deseo por pertenecer a los Pumas de la Real y Pontificia Universidad de México fueron frustrados por encontrar una irregularidad en el Draft, ¡Juana era mujer! y el reglamento no restringía la inclusión de extranjeros, pero sí de mujeres.

Así que Juana decidió entrenarse por su cuenta. Pasado el tiempo llegó a oídos de los altos directivos de la Corte, que lo que esta muchacha realizaba en la cancha ¡era poesía! y fue acusada de ser inspirada por el demonio, su pluma fue intervenida y exigida la prueba de doping.

Afortunadamente, el Virrey creía en el Fair Play y bajo amenaza de ser desafiliado aceptó organizar el primer gran clásico para ella. Una desventajosa serie de penalties donde 40 sabios lanzarían toda clase de preguntas a Juana de Asbaje.

Aquel duelo marcó el futuro de Juana. Su director técnico, el Virrey, se percató de que a los sabios no les había gustado perder lo invicto y aunque no recibió ningún gol, aconsejó a su pupila diciéndole: ¡Juana, ponte sotana! Y así fue.

Al poco tiempo fichó con el Carmelitas Descalzas, un equipo que no tenía ni para zapatos, sufriendo así su primera lesión. A los 15 meses el San Jerónimo F.C. (cuyas siglas significan Frío Convento) logra el fichaje de su historia. Ahí Juana adopta el nombre de Sor Juana Inés de la Cruz, con el que todos la recordamos, aunque cronistas de diferentes lugares la llamaron "El Fénix de Amériqueee", por su valiosa aportación en la Copa América, y la Décima Musa, por la maestría con que llevaba el 10 en la espalda.

Con el San Jerónimo F.C., gracias a su insuperable estilo barroco, Sor Juana logra grandes títulos de goleo, convertía de soneto, de poema, de villancico y hasta de redondilla, dando a conocer su famosa "Sor Juaniña".

Sin embargo, a esas alturas, los hombres ¡ya estaban muy necios y acusaban a esta mujer sin razón! Tuvo problemas con su carta y recibió varias amonestaciones acompañadas con amenazas de veto, por parte del típico Virrey "machín".

El San Jerónimo enfrenta entonces al Tifoidea y es goleado, el equipo sufre varias lesiones. Sor Juana baja a hacer labor de sacrificio y asiste a sus compañeras (que estaban echas "unas madres"), poniendo en peligro su permanencia. El 17 de abril de 1695, intempestivamente, Sor Juana cae en las filas de la peste y es obligada a entregar el equipo.

Siglos más tarde, Sor Juana milita en la banca, la Banca de México, y verla cuesta un billete... 200 pesos.

Queridos blogueros, blogudos, blogonoes Sor Juana futbolera participó en el concurso de narrativa humorística "Asi es mi México".


Por Georgina González Toussaint

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