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lunes, 9 de agosto de 2010

La realidad de Sabah

Haga lo que haga, Sabah nunca será el referente ofensivo del futbol mexicano. El artillero de Monarcas Morelia es el más fiel reflejo de que no basta con atributos estrictamente futbolísticos para ganarse un lugar en el corazón de los aficionados. Donde quiera que se para hace goles, se convierte en protagonista y se lleva una que otra portada, pero nunca es suficiente para que la gente se deshaga en elogios hacia su persona.
Sabah ha estado cuando otros no. El tiempo discurre y se ha vuelto costumbre que su nombre esté includo en la lista de los máximos goleadores de la liga. Sin embargo, ninguno de sus goles, ni siquiera aquel conseguido ante Estados Unidos sobre la cancha del Azteca, ha sido suficiente para que los aficionados olviden aquellas desafortunadas palabras que lo terminaron etiquetando como un jugador miedoso y propenso a ser objeto de burla.
La lección es implacable. Cada acto puede marcar nuestro destino. La realidad de Sabah es que, en un entorno tan traicionero como el del futbol mexicano, sus palabras pudieron más que su futbol. Eso debe doler en el alma de uno de los artilleros más consistentes de nuestro balompié en los últimos años.

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