Saber y no hacerlo resulta más frustrante que si no existiera la capacidad para desarrollar aquellos puntos indispensables para dar el siguiente paso. La capacidad ejecutiva de Justino y Decio siempre ha estado fuera de cualquier duda. Aunque no gocen de la simpatía de los aficionados, son personas capaces, pero que se han acostumbrado a caer en la irresponsabilidad de olvidar que la misión de la Federación Mexicana de Futbol consiste en procurar el beneficio del deporte en sí mismo y como herramienta para el progreso de la sociedad. Bajo la lógica de la FEMEXFUT, Sabritas tendría que preocuparse por vender más sin pararse a reflexionar en la calidad de sus productos. Coca-Cola tendría que estar como simple observador, viendo que suben sus ventas y sin pensar en nuevos sabores o alternativas para mejorar su gama de productos. La naturaleza del futbol es la que permite que la mediocridad deportiva prevalezca sin que afecte mayormente al negocio. Por eso, la FEMEXFUT puede manejarse contra los conceptos básicos del mundo empresarial.
Si Justino se esforzara por planear con el mismo esmero un proyecto para elevar el nivel del futbol mexicano, la probabilidad de que lo consiguiera sería muy alta. Sin embargo, ello no ocurrirá mientras se empeñe en presumir su ignorancia en este rubro, como si se tratara de un campo que nada tiene que ver con su diaria actividad.
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