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viernes, 29 de abril de 2011

Los ‘putos amos’ son los futbolistas

Hay partidos que no necesitan calentarse con tanto exceso de palabras. En un juego como Real Madrid-Barcelona basta dejar a los que saben, hablar con el balón y con la magia que los hace estar en dos de los mejores equipos del mundo. Francamente no me interesa si Mourinho o Guardiola tiran el dardo más venenoso, si se retan o no fuera del campo, o si son los ‘putos amos’ en una sala de prensa. En la cancha que es donde importa todo, los ‘putos jefes’ son los futbolistas.
Un juego de semifinales en Champions League debe ser recordado por lo que suceda dentro del campo y no por palabrería que si, da de comer a carroñeros, pero que en el terreno de juego sirve para nada y para lo mismo.
El portugués reafirmó lo que había demostrado antes en el Porto, Chelsea e Inter. Es un maestro para enfocar todos los reflectores en él y aliviar la presión a sus jugadores, que de verdad, debe ser enorme. Si el Barcelona elimina al Real Madrid en Europa, la Copa del Rey sirve para presumir muy poco. El cuadro merengue está construido para ganar todo lo que se le ponga enfrente y más cuando han pasado años verdaderamente en blanco. Sin embargo, Florentino Pérez es un lobo voraz que desea ver la grandeza de su equipo no sólo sobre el Barcelona en España sino en Europa en general, encima del Milan, Manchester United o Bayern München, entre otros.
En Barcelona la situación es similar. El cuadro culé se había caracterizado por el discurso sensato, objetivo y en muchas ocasiones pasivo. Hablar con el tiki taka, gambetas y goles eran las respuestas filosas que mejor sabían atender los blaugranas. De un momento a otro, las palabras y los actos cambiaron, desde la voz del Presidente, campañas con las palmas de las manos bien abiertas mostrando los cinco dedos o con declaraciones no vistas y escuchadas con anterioridad a quien en algún momento Zlatan Ibrahimovic llamó ‘el filosofo del futbol’, Josep Guardiola.
La presión también es grande en la Ciudad Condal. En dos partidos pasaron de ser el equipo que hacía correr la pelota, al cuadro que corre tras la pelota. El estilo ‘bonito’ del futbol culé ha sido desarticulado por la táctica de un maestro como Mourinho, y con eso, ha llegado el verdadero miedo de la nación azulgrana.
En 180 minutos de futbol se olvidaron las manitas, los 5-0 o los 6-2 y por que no decirlo de la primera parte de esta eliminatoria con 0-2 a favor del Barcelona y viendo las nueva forma de parar el equipo merengue ante un mejor plantel que el blaugrana por que de ser eliminados en Champions, los jugadores blaugranas enfrentarán la primera humillación de la década ante el Real Madrid.

jueves, 28 de abril de 2011

Bofo, el eterno Cuauhtémoc en potencia, un Damián Álvarez consumado

Pocos jugadores me generan tanta frustración como él. Podría ser un grande, pero nunca se decidió a serlo. Adolfo Bautista siempre se ha comportado como el estudiante que se sabe capaz y que sólo decide esforzarse cuando se le ocurre,cuando quiere aspirar al diez más por presunción que por verdadero amor hacia lo que hace. Es el típico que da según su estado de ánimo, sólo que recurrió tanto a esta fórmula que ya hasta cuando quiere no puede, pues la mediocridad pasó de ser una elección a una piel de la que ya no puede despojarse.
Bautista siempre ha sido un Cuauhtémoc Blanco en potencia. Su figura no es la más atlética, su look lo hace ver más carismático de lo que en realidad es y posee, porque supongo que ese talento aún lo tiene escondido por algún lugar, capacidades para hacer la jugada diferente en el instante en que los demás conciben convencionalismos. Es diferente, un jugador virtuoso por naturaleza pero conformista por elección.Sí, un Blanco en potencia, sólo en potencia. Cuauhtémoc se molesta consimo mismo cuando se le va una grande; Bautista, cuando ya ni siquiera juega, prefiere culpar a los promotores que sumergirse en su paupérrimo nivel para recuperar el terreno perdido.
Cuesta entender porque caer en lo oscuro cuando se tiene todo para brillar. Cuesta comprender porque un hombre capaz de provocar el más vulgar ardor de Boca Juniors en la Bombonera y de dar títulos a entrenadores con los que está peleado decide vivir en el terreno del profesional mercenario, ese que sólo se fija en tener los bolsillos llenos de dinero y no en llenar las vitrinas que a la postre recuerden a un jugador que aprovechó las virtudes que millones hubieran deseado.
Bofo se resignó a ser del montón antes que casi todos los que lo observábamos. Aguirre y Carrillo creyeron en él, Vergara sigue confiando en él, la afición aún rinde algunos aplausos de esperanza, yo todavía lo pongo como un Cuauhtémoc en potencia… No más, es hora de aceptar la triste realidad: Bautista no es un Blanco potencial, es un Damián Álvarez consumado. No me refiero a la Chilindrina, sino a ese que de cuando en cuando nos regalaba jugadas únicas y que hasta se atrevía a tener su marca propia sobre el rectángulo verde al hacer la damiana. Los dos talentos desperdiciados, los dos un lamento para la naturaleza del futbol.

La Sub-17 el Futuro TRI y sus tragedias

La vida y sus acontecimientos inesperados. Un día cualquiera, sin entender por qué, un sueño se transforma en pesadilla o una pesadilla en esperanza. Es esa rueda, la de la caprichosa fortuna, la que hoy decidió que un joven de menos de 17 años recibiera la peor noticia previa a una Copa del Mundo: una fractura que muy probablemente lo marginará del único torneo en que México realmente sale con la certeza de que puede ganarlo, el único en el que los fantasmas de la mediocridad han sido derrotados, al menos en una memorable y eterna oportunidad.
Carlos Zacarías, defensa central de los Tigres, comenzó el partido ante Canadá con deseos de seguir ganándose la confianza de Raúl Gutiérrez y el agrado de la directiva felina. Diez minutos más tarde, se dolía por una lesión trágica que lo dejaba como el primer sacrificado de una batalla en la que tendrá que aflorar el carácter de adolescentes llamados a actuar como adultos cuando se enfrenten a ese apoyo tan nuestro, tan capaz de mutar en presión y abucheo a la menor provocación; quizás tan peligroso como los propios rivales.
Buscarle razones al infortunio resultaría demasiado ocioso. Las cosas, buenas o malas, son como son y no podemos modificarlas. “Cambiaría el resultado por la lesión”, dice Raúl Gutiérez… sí, todos quisiéramos hacerlo, pero no somos más que piezas en este ajedrez de hechos insospechados.El hubiera no existe, no vale…
Lo que sí vale, aunque todos odiemos escucharlo cuando nos encontramos en problemas, es decirle a Zacarías que se trata de una prueba de vida, de un obstáculo que tendrá que superar para cumplir su sueño dentro de las canchas.
Un técnico que no demostró nada como tal, pero con una probada capacidad retórica, lanzó una frase de consuelo que se me quedó grabada: “Las tragedias de hoy son las anécdotas del mañana”.  Siempre es así. Así fue para Juan Manuel Lillo, orador probado y estratega fracasado, después de hundir a los Dorados y así será para Zacarías, a quien habrá que pedirle que luche porque esa anécdota se convierta en una que lo movió a ser aún mejor y no en una sentencia de muerte profesional.
A los otros, a los que siguen en pie de guerra, habrá que motivarlos, que ponerles este triste caso como muestra de lo vital de cada acción dentro y fuera de la cancha

miércoles, 27 de abril de 2011

Globalización: la nueva conquista española

Ya se ha escrito en diversos espacios de la existencia de un aficionado cada vez más globalizado. La explicación más sencilla es que los sistemas de cable cada vez se han vuelto más populares y que estos, junto a Internet y otras plataformas, han posibilitado que el aficionado mexicano esté más en contacto con el futbol europeo y que cuente con mayores recursos para decidir qué tipo de juego es el que más le agrada.
A la explicación arriba citada habría que añadir la naturaleza “aspiracional” del mexicano, que siempre ve lo bueno en lo ajeno y lo negativo en lo propio. Hablar del Real Madrid, del Barcelona, del Manchester y hasta del Schalke 04 se ha convertido en un tema de status. Los jóvenes son un espejo claro de ello. Se les puede ver por la calle en un día cualquiera y hasta en alguna salida nocturna con playeras entalladas del Barcelona, de Italia, del Real Madrid o de cualquier equipo de renombre, pero difícilmente, salvo que se trate de una jornada en que habrá partido, se le podrá encontrar enfundado en la camiseta de su equipo, aunque en su defensa debe reconocerse que muchas veces es más la presencia de los anunciantes que de la escuadra en sí misma.
Fácil y cómodo aceptar que la globalización ha terminado por aterrizar en nuestro balompié, pero irresponsable que la industria no haga algo al respecto. Si no se puede competir en presupuesto, sí en la experiencia de consumir el futbol mexicano, en el trato que el aficionado recibe y hasta en la calidad de los productos que se ponen a disposición de los aficionados.
En una batalla tan desigual, en la que a los equipos locales les quedan escasos recursos para competir ante los transnacionales, cada detalle cuenta. La calidad y el diseño de la playera; la limpieza en cada rincón del estadio; las transmisiones televisivas; la cantidad de patrocinios; el espectáculo dentro del terreno de juego; la abolición de la reventa… Muchos temas que de ser atendidos correctamente colocarían al futbol casero dentro de la agenda de los jóvenes que  no entienden para qué concentrarse en Reinoso y Real si tienen como alternativa de importación a Guardiola y Mourinho.
El primer paso sería identificar qué se está haciendo bien y fortalecerlo hasta el punto en que pase de ser un accidente a una constante. Por ejemplo, el torneo de liga actual ha ido mejor de lo esperado. La probable presencia de los “4 grandes” en la liguilla representa una oportunidad de oro para que los jóvenes de Pumas ocupen los espacios que les corresponden; para que Reinoso demuestre que de verdad el América puede ser lo que hoy sólo el cree que puede ser y para que Cruz Azul acabe de una vez por todas con una tragicomedia tan repetida que ha terminado por fastidiar.
Al futbol mexicano del presente le vendría bien encontrarse con un fenómeno semejante al del Bicampeonato de los Pumas, al del dominio ochenteril de las Águilas o hasta al del ya oxidado éxito celeste de los setentas. ¿Por qué? Porque ello representaría tener a quién vencer, significaría que los equipos dejaran de estar en una montaña rusa en la que cualquiera puede ganar para concentrarse en un trabajo sólido y consistente que les permitiera vencer al que presume ser el mejor.
La rivalidad entre América y Cruz Azul es una muestra. Conforme más partidos discurrían sin que la Máquina venciera a las Águilas, mayor atención y énfasis se ponía, pues se hablaba de maldiciones, conjuros, héroes, villanos, fortuna y tragedia. Había una historia que contar, un relato en el que había buenos y malos con roles definidos y no con esos vaivenes que presumen regularidad cuando en realidad implican la depreciación de un balompié que hoy carece de gigantes a vencer.
Los transnacionales, incluso ellos que parecieran no necesitarlos, tienen sus propios casos. Nunca antes había importando tanto ganar la Copa del Rey; e importó tanto porque Barcelona parecía invencible y porque el Real Madrid había padecido durante años un dolor que incluso hoy ni siquiera puede darse por concluido. Aunque hubiera sido un partidazo por el hecho de se que enfrentaran el Madrid y el Barcelona, las implicaciones habrían sido distintas de no contar con los antecedentes gloriosos de Guardiola y sus dirigidos.
El futbol mexicano tiene dos opciones: asumirse como víctima de la globalización o reconocerla como una invitación para mejorar, para replicar buenos ejercicios y para construir rivalidades que siempre tendrán como principal ventaja el sentido de pertenencia, ese que esta semana vivió una nueva edición de la conquista española

miércoles, 20 de abril de 2011

Un miércoles de antología

Despertarse todos los días a las 7:45 de la mañana es en verdad difícil. Tener que recorrer el Distrito Federal de “pe a pa” con el tráfico que impera en esta ciudad y combatir el clásico nerviosismo y malhumor de los capitalinos que desean llegar más rápido que nadie a la escuela de sus hijos a su sitio de trabajo es parte de la rutina de su servidor.
Hoy particularmente fue uno de esos días que la ‘desmañanada’ en el ‘club de las 4′ como diría un buen amigo de MT, no se hizo tan pesada al pensar en lo que me depararía el día de hoy. Un Barcelona-Real Madrid disputando una final no se ve todos los días. La pelea por el titulo de la Liga de Campeones de la Concacaf donde espero, veamos nuevamente a un mexicano levantar el cetro de mandamás de la zona y obteniendo el boleto para el Mundial de Clubes y el juego del América donde espero, las Águilas obtengan su boleto para la siguiente ronda de la Copa Libertadores. Y cuando me refiero a clasificar, lo hago pensando en que en verdad lo haga con merecimientos y ganas de obtener el boleto a rondas definitivas y no con el patético ejemplo que dejó ayer Jaguares o peor aún San Luis.
Sobre el clásico español me da gusto ver que Pep Guardiola señala que a pesar de  todo, siempre buscará atacar e ir al frente, sin traicionar su filosofía personal o la del club y sin pensar quién es el rival que está del otro lado del círculo del medio campo. Recuerdo que antes que Guardiola llegará a la disciplina blaugrana, se especuló sobre la llegada de Mourinho a la Ciudad Condal, la cual no se dio por el estilo del ex entrenador del Porto, Chelsea e Inter.
Escoger al portugués es, efectivamente como dice Jorge Valdano, una decisión que te hace llevar a tu equipo a jugar finales e incluso, muy probablemente a ganarlas. El punto es lo que estás dispuesto a dejar a un lado, que en este caso es la tradicional filosofía ‘merengue’ de siempre: jugar ofensivos con un futbol atractivo para el espectador.
La media cancha el día de hoy es el mejor ejemplo de lo anterior. Mientras el Barcelona no traicionará su clásico 4-3-3 con dos volantes de creación y un medio centro que además de recuperar sabe perfectamente qué hacer con el balón y que suele aparecer varias veces en el área rival , el Real Madrid pondrá tres contenciones, uno rocoso y destructor (de jugadas o piernas) como Pepe, un recuperador con poca proyección ofensiva, de más apoyo a los centrales como lo es Khedira y un medio centro más inteligente con el balón en los pies, sin llegar a ser creativo, como es Xabi Alonso.
Dudo que en este partido se repita lo que vimos el fin de semana anterior. Francamente creo que es un desastre para el futbol y un castigo para los aficionados que Pepe vuelva a ser la figura del juego.
Finalmente, me gustaría consensar con todos ustedes sobre la opinión que tienen sobre los equipos mexicanos en Copa Libertadores. Recuerdo que en los inicios de la participación azteca en Sudamérica, los estadios se llenaban cuando un equipo mexicano recibía a un equipo argentino, brasileño o chileno. No todos teníamos al hoy difunto canal PSN que transmitía los juegos de Libertadores, así que inundábamos la casa del amigo que si lo contrataba o el bar que transmitiera los juegos. En el peor de los casos, oíamos el radio para seguir el minuto a minuto. Cómo olvidar la serie América-Boca Jrs., los juegos del Atlas de Lavolpe o la gran copa de Cruz Azul en 2001.
Los DT’s reservaban en el torneo local a sus mejores hombres para no arriesgarlos al cansancio de dos partidos seguidos y a las interminables horas de vuelo, los ‘mexicanos’ eran temibles y salvo contadas excepciones, calificaban siempre a la siguiente ronda. El tiempo pasó y en verdad todo cambió. A los equipos no les importa participar, juegan con reservas, mandan a 15 futbolistas a jugarse la calificación, los estadios no se llenan, los partidos se siguen cada vez con menos gusto…
En verdad, habría que replantearse qué queremos en la Copa Libertadores, como equipo y como afición pues estoy seguro, estamos desperdiciando una gran oportunidad de mostrarnos y trascender. Esperemos hoy el América no falle ante un rival histórico como lo es Nacional de Uruguay.

Los personajes del día

Selección Sub-20
Así que como nos tiramos a destruir a la selección cada que podemos o cada que tenemos un poco de tela para cortar. Hoy hay que ponernos de pie y aplaudir a un grupo de jóvenes que dio la cara por México en instancias donde muchos otros han tropezado anteriormente. El Tri sub-20 derrotó a cuanto rival se le puso enfrente. Mostró garra, contundencia, superioridad en cada zona, capacidad de reacción, talento y gran técnica. Nada más permitió dos goles y en cambio marcó 18, varios de ellos terminaron en golazos.
De esta selección saldrán grandes futbolistas si las oportunidades llegan y si mantienen el hambre de seguir adelante e ir cada vez por más y más.
Marco Fabián
Con perdón del “Güero” Real, jamás he visto a “Marquito” Fabián en las Chivas. El ’8′ del Rebaño es de lo mejor del equipo, y no lo digo por los dos tantos contra el América o el golazo frente a Necaxa, es de los futbolistas más regulares de la plantilla desde hace rato. El goleador del equipo en el torneo pasado y entre los tres mejores en la pasada Copa Libertadores. Quiero pensar que lo de “Marquito” es por la edad y no por su futbol. A sus 22 años está en constante crecimiento con su equipo y es el presente del medio campo del Rebaño y de la selección rumbo a los Juegos Olímpicos. Los diminutivos van para otros jugadores que tienen 30 años y seguimos esperando a ver cuándo aparecen. ¿Verdad “Bofito”?
Cruz Azul
Lo dije en la semana. Cruz Azul está tan ciego o es tan soberbio que sigue (y seguirá) tropezando con la misma piedra y lo peor, cada vez le echan más ganas para pegarse más fuerte. Miren que dejar que uno de los jugadores más pequeños del futbol mexicano reciba un centro con el pecho, la deje botar, espere a que caiga el balón y le pegue con el pie, todo en el área chica y en el minuto 90 es para tirarse de un sexto piso. Toda una clase sobre lo que no se debe hacer, un principio básico que les enseñan a los niños de cuatro años en la Noria y que los “profesionales” del primer equipo no entienden: la pelota no debe botar en el área chica.
En fin, Cruz Azul nunca dejará de sorprendernos.
Carlos Reinoso
Hablar previo a un juego es lo más fácil. La ‘palabrería’ cargada de soberbia podrá levantar egos antes de un partido, pero que no se olvide que donde hay que actuar es dentro de un campo. De qué sirve llenar la casa del rival cuando te regresas a casa goleado y humillado. ¿Y las palabras dónde quedan?
Y a pesar del 3-0, el chileno aún se atreve a decir que el resultado fue engañoso cuando las Chivas de haber apretado más el acelerados le hubieran clavado al menos otros dos.
Cargarle la mano completamente a Reinoso no es lo más justo aunque tampoco hay que quitarle responsabilidad por el día de ayer. Hay jugadores que no tienen los tamaños para jugar en América y precisamente muchos de ellos, son titulares en el equipo de Coapa. ¿Valenzuela, Cervantes o Layún, son futbolistas para las Águilas? ¿Vuoso o Esqueda también? Chivas fue justo ganador, copó bien el campo, se hizo con el control del balón y aprovechó los eternos despistes de la defensa del América.
Israel Castro
Silencioso y callado. Trabajador, constructor y efectivo. Su nombre aparece poco, vive a un lado de los elogios y a pesar de todo, es un infaltable desde hace mucho tiempo en los Pumas. Hay de goles a goles, verdaderamente los anota muy de vez en cuando, pero cuando los hace vaya que hay que celebrarlos. En un Pumas líder, con una sola derrota y prácticamente en la liguilla, se necesitan hombres como Israel Castro. Experimentados, con carácter y decisivos. Ayer nos volvió a regalar otra joya de gol, como en alguna ocasión lo hizo frente al Real Madrid y Estados Unidos. Podrá vivir a la sombra de Leandro, Verón o Bravo, sin embargo Castro es tan importante como los que nombré anteriormente. El goya rugió fuerte en CU en un juego atascado que el ’5′ universitario logró abrir.

martes, 5 de abril de 2011

La alegría de Gio

Nada da más gusto que ver a un jugador mexicano salir adelante, sobreponiéndose a las adversidades y superando los tropiezos. Hay quien por distintas razones en la vida debe caerse y fracasar para encontrar fuerzas y pararse nuevamente. Hace más de siete años el país se entusiasmaba con un pequeño nacido en el Distrito Federal y criado en Monterrey; de apellido brasileño y tez morena que brillaba en las inferiores del Barcelona. De un momento a otro todas las miradas se enfocaron en él, entregando cadenas de salvador que a sus escasos 14-15 años nadie sabía si podría cargar. Su nombre, Giovani dos Santos
El pequeño creció, entre los medios mexicanos acechando y la directiva culé intentando protegerlo de los flashazos, las cámaras, la popularidad y la fama. Llegó el Mundial de Perú y aquel pequeño del que tanto nos habían contado nos maravilló, encabezando y lidereando a la única oncena mexicana que ha levantado un título de Copa del Mundo.
Él era, no había que dudarlo, el gran salvador del futbol mexicano. Quien iba a sacarnos de décadas de medianía y mediocridad, quien nos iba a hacer campeones del mundo e iba a igualar o superar a Hugo Sánchez, total, a sus 16 años era balón de plata en un Mundial, debutaba en el mejor equipo del mundo, el Barcelona y además, hasta lo comparaban con Lionel Messi o Ronaldinho. Él solo, completamente solo.
El niño siguió creciendo, tomó un par de malas decisiones y se fue al olvido, qué digo al olvido, al parecer, al odio. En México, como es una costumbre, dejamos lo bueno y tomamos sólo lo malo. Fue más fácil destruir que construir, criticar que entender y sacar nuestras frustraciones en uno, dos, cinco u once jugadores de aquella “generación dorada”.
Jamás estuve de acuerdo en la forma en que llevamos a Gio en México. La necedad de querer comparar a alguien. Giovani era Giovani, Messi y Ronaldinho sólo hay uno. Cada quien escribe su historia y la maneja con sus aciertos y defectos. Más en contra estuve con la forma en que se culpó a Dos Santos de fiestero, borracho u ojo alegre. Acaso, ¿jamás se fueron de fiesta en la adolescencia? ¿a nadie se le pasaron las copas alguna vez en su juventud? ¿nadie ha tenido ganas algún día de tener una novia famosa? ¿qué harían a los 18 años con fama y dinero? Me queda claro que la tentación es grande y en el fondo, salvo quien se dé golpes de pecho o sea un alma del cielo, todos hemos caído en ella.
Al final, hay posibilidades de tropezar. La grandeza y madurez está en levantarse de los malos momentos y regresar al camino, algo que el mexicano está en vías de hacer. Giovani a mi gusto se equivocó saliendo del Barcelona y fracasó con cada una de esas letras en el Tottenham. Sin embargo, pocos podrán decir que en la selección no ha rendido. Lo hizo en Perú, en Canadá con la Sub 20 (tercer mejor jugador del torneo, por si no lo recuerdan), mejor futbolista y campeón con el Tri en la Copa Oro y sin dudarlo, entre los tres mejores del equipo de Aguirre en el pasado mundial.
Personalmente me tiene sin cuidado si Giovani anda con una artista, su mejor amiga o una vecina. Si hace tres o cuatro años salió “rebotando” de una fiesta o si tiene apodos relacionados al antro o al brandy  El tipo tiene capacidad y ganas, se tiene confianza que será determinante en su nuevo equipo y en la selección. No sé si él, el Chícharo, Vela o quien quieran nos lleve a un nuevo campeonato del mundo, ojalá lo sea y de verdad modifique nuestra historia. Lo que si sé, es que tenemos a un gran jugador que dejó de ser prospecto hace años, que se cayó para levantarse y que se ve, desde que llegó a España, con ganas de comerse la cancha y reescribir su propia historia.
Le llegó una buena oportunidad, en el momento justo y en el lugar indicado. Racing no es el Tottenham y mucho menos el Barcelona, sin embargo, Giovani tiene la confianza de su directiva y sobretodo, de su técnico. Tiene apenas 22 años y un mundo por recorrer. Hoy da gusto verlo sonreír, como en aquellas fotos cuando era un niño de 14 años.