El camino sencillo al juzgar la llegada del “Tuca” a Tigres sería asegurar que se comportó como un mercenario. No es mentira: podemos incluso asegurar que la afirmación es totalmente cierta. Natural resulta criticar esa postura, pero esto se vuelve mucho más complicado cuando intentamos ponernos en dicha situación. Si a cualquiera de nosotros nos llegará una oferta económica muy superior a cambio de ir a otro lugar, ¿la tomaríamos? Seguro estoy que, en más del 70%, la respuesta sería afirmativa, pues lamentablemente los ingresos económicos derivan en un modo de vida más confortable, más desahogado y con las facultades para no trabajar por necesidad, sino por gusto. Cierto es que al “Tuca” no le hace falta dinero y que posee muchos más ahorros que nosotros, pero no por ello deja de ser válido, sin que ello implique por fuerza un acierto, el que se opte por el verde camino del dinero.Se vale o no estar de acuerdo con él. Desde mi punto de vista, si algo caracterizaba al “Tuca” era la entereza con que se entregaba al proyecto y el siempre estar por encima de la disputa de presupuestos y grandes ingresos. Basado en estos puntos, debo decir que me provoca cierta decepción. Su estilo nunca ha sido de mi total agrado, pero sí reconocía en él a un timonel que sabía manejarse de forma correcta en términos diplomáticos y que era inteligente para saber esquivar aquellas cosas buenas que parecen malas.
En resumen, lo entiendo, mas no lo comparto. Seguro pondrá orden, disciplina y personalidad, pero dudo que consiga títulos o éxitos sumamente destacados con los felinos.
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