-Los penales no son un volado. Si lo fueran, no se notaría tan claramente a quién le tiemblan las piernas y a quién no.
-Nunca ha sido santo de mi devoción, pero la entrega, calidad y pasión que demostró Rubén Omar Romano merecen mención aparte y me hacen considerar que a él le correspondía el título del Bicentenario 2010.
-Se está gestando un caso único en el mundo. Toluca está entre los tres más grandes en cuanto a títulos, pero queda muy claro que en cuanto a aceptación popular no está ni siquiera entre los ocho más seguidos.
-El “Chepo” de la Torre ratifica que es uno de los mejores estrategas de México. Sin embargo, su estilo de juego puede provocarle un dolor de cabeza, ya sea como estratega del América o, muy probablemente, al frente de la Selección Mexicana.
-Extraordinaria la actuación de Carlos Darwin Quintero. Aunque no fue Campeón, lo considero el mejor elemento de la final en este Bicentenario 2010.
-El liderazgo de Edgar Dueñas es digno de mención. Lástima que haya una saturación de defensores en la Selección, pero puede ser importante para el siguiente proceso.
-No soy fanático de las frases y los augurios, pero en el caso de Oswaldo Sánchez parece aplicar aquello de “todo se paga”, pues al cancerbero todo le sale mal a partir de las malas actitudes y malas decisiones del pasado reciente.
-La adrenalina de los penales hizo posible que ésta sea una final recordada. De lo contrario, el Campeón no habría sido noticia más que durante el resto del día.
-Toluca, Santos y Pachuca se han encargado de convertirse en los habituales protagonistas de un futbol urgido de colocar a los históricos en los primeros planos, sobre todo en lo referente a los negocios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario