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sábado, 16 de enero de 2010

El cinismo puma



Navegar, según convenga, entre la grandeza y la mediocridad se ha convertido en la premisa de los Pumas. Si los resultados empiezan a darse, se afirma que la planeación se lleva a cabo con el firme objetivo de pelear por la corona y que todas las baterías están enfocadas en mantener la importancia de uno de los equipos más importantes de México. Si se entregan malas cuentas, el hecho es minimizado bajo el sencillo argumento de asegurar que lo importante es trabajar en las fuerzas básicas y trabajar a futuro. Los felinos, de acuerdo a como se manejan sus directivos, son un protagonista a la carta, un candidato al título sí y sólo sí lo amerita la ocasión.

El alto grado de cinismo de la directiva auriazul registra elementos contundentes e inequívocos. Mientras afirman que la apuesta es impulsar jóvenes valores, los Pumas cuentan en sus filas con once jugadores mayores de veinticinco años. De este extenso listado, jugadores como Sergio Bernal, Darío Verón, Israel Castro, Juan Francisco Palencia, Leandro Augusto, Dante López y Marco Antonio Palacios reciben oportunidad constante sobre el rectángulo verde. Los veteranos mandan en el equipo universitario y muy lejos están aquellos tiempos de auténticos hallazgos y lanzamientos desde la cantera estudiantil.

La pobreza del semillero de la escuadra del Pedregal encuentra su punto máximo en el arco. La interminable permanencia de Sergio Bernal bajo los tres postes universitarios representa el estancamiento de una cantera tan necesaria como entrañable para nuestro balompié. Aún más alarmante se torna el panorama al momento de voltear a la banca e identificar a un veterano como Marco Antonio Palacios, elemento que ha visto pasar los años desde la frialdad del banquillo. Generaciones estancadas, generaciones perdidas tras la mala organización y las actitudes comodinas.

El largo recorrido de Bernal en el arco felino es también un reflejo de la falta de visión de la directiva estudiantil. Si viajaran al pasado, identificarían que fue bajo la figura de Jorge Campos como se construyó al máximo ídolo del equipo en los últimos tiempos. Cancerberos del talento de Jorge no se producen todos los días, pero cuesta creer que no haya en las divisiones inferiores un guardameta que posea el potencial para escribir una historia de éxito, capaz incluso de competir con Guillermo Ochoa como uno de los guardametas con futuro prometedor.

Con Pumas puede pasar cualquier cosa en el Bicentenario. Sin embargo, todo se hará sobre falsas premisas. Ferreti sabe hacer mucho con poco, pero la realidad será incapaz de superar la ficción de los resultados.

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