La reforma de la ley Beckham ha puesto en pie de guerra a los clubes de fútbol de Primera y Segunda división, incluso La Liga de Fútbol Profesional había amenazado con hacer una huelga y parar la competición como medida de presión, aunque de momento los clubes han descartado ir a esta huelga por lo que la disputa de la décima jornada de Liga que empieza hoy no está en peligro.
La explicación dada desde los clubes es que esta medida provocará pérdidas millonarias en el sector futbolístico y hará que muchos jugadores extranjeros no quieran venir a jugar a España. Quizás esto sea cierto, pues bien es sabido que la mayoría de los clubes pactan con los futbolistas su salario en neto, cargando los clubes con todo el peso impositivo. Con está medida se intenta equiparar la situación al resto de Europa, dejando así de ser España el país con una fiscalidad más atractiva para los futbolistas extranjeros.
Cada uno tendrá su propio opinión al respecto, a mi me parece que una ley, con el curioso apellido de Beckham, fijada para atraer “cerebros” en campos como el de la ciencia, sólo está sirviendo para que todos disfrutemos de magníficos jugadores. Que estas figuras del balón tengan más ventajas que cualquier ciudadano español no parece ni justo ni equitativo. En definitiva somos nosotros, los aficionados, los que nos dejamos el dinero en pagar los carnets de socio y a las plataformas televisivas
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