-Lo más doloroso es que ocurría lo que todos sabíamos: Chucho Ramírez recurrió a su estilo ratonero y construyó la eliminación de las Águilas.
-La peor estupidez es que el propio Ramírez declare que el balance general es muy positivo. Se le olvida dónde está parado.
-Cabañas no está en su mejor nivel. Falló oportunidades importantes y parece evidente que no está conforme con el técnico.
-Las promesas cansan. América volvió a fracasar y asquea la idea de tener que esperar un nuevo torneo para ver si ocurre el milagro.
-Hace mucho tiempo que Ochoa no hace la diferencia. No es un mal arquero, pero lejos han quedado aquellas actuaciones en que salvaba al equipo.
-Jesús Ramírez tendría que insultarse a él mismo y no enfocar su ira al Chupete Suazo.
-Quedó manifiesta la notable diferencia entre Vucetich y Ramírez. El primero no es espectacular, pero al menos logra que su equipo juegue con acierto bajo su filosofía.
-Ojalá que la directiva americanista deje de pretender que todos los periodistas sean sus porristas y se ponga a trabajar. No lo digo por Bauer, sino por diversos mandos intermedios que se dedican a intimidad y a censurar todo lo que no les guste.
-La fría entrada en el Azteca fue motivada por la desconfianza que provoca Jesús Ramírez.
-”Me vuelven loco” las excusas de Ramírez y el hecho de que permitan declaraciones conformistas.
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