Tienen dos lecturas los partidos amistosos de la Selección. Aquella que se refiere a la concertación de un encuentro con un rival a modo a manera de preparación del equipo para enfrentar un compromiso importante. Juegos que el técnico aprovecha para lograr la compenetración de jugadores en conceptos que se pretenden transmitir, buscando acoplamiento y definición de una alineación. La segunda lectura obedece a la generación de ingresos, mostrando al equipo como producto de consumo en un mercado como lo es el de los mexicanos residentes en Estados Unidos.
Las buenas intenciones señalan a la primera lectura como la ideal, aunque en la práctica la que corresponde a la segunda ha sido más común. Voy a demostrar lo anterior con números de la Selección Nacional en sus últimos juegos amistosos y de carácter oficial.
En 2009 la Selección ha disputado 8 partidos, 3 amistosos y 5 oficiales (de eliminatoria). En tres juegos amistosos, todos en EU (vs. Suecia, Bolivia y Venezuela) la Selección alineó a 27 jugadores. En 5 partidos oficiales, alineó a 28 jugadores, es decir que en total alineó a 55 jugadores en 8 partidos.
De ese total de 55 jugadores, solamente 13 (menos de la cuarta parte) alineó en amistosos y en oficiales. 14 jugadores que estuvieron en los amistosos no han sido considerados para los de eliminatoria y 15 futbolistas que han alineado en los juegos oficiales no han estado en amistosos. Queda claro que los partidos amistosos no han cumplido con el objetivo de la primera lectura y se ajustan al perfil de la segunda.
Los últimos 11 juegos amistosos de la Selección se han disputado en Estados Unidos, con excepción de aquel partido contra Ghana en Inglaterra. Y sorpréndase usted, 68 jugadores han sido convocados para estos encuentros (20 de ellos alinearon una vez). De esta interminable lista, solamente 10 (que es el 16 por ciento del total) han jugado en la mitad de los partidos y únicamente 14 están convocados para estos juegos amistosos contra Venezuela y Guatemala. Más aún, ‘Sinha' y Villaluz, los dos jugadores con más participación en estos juegos no forman parte de la nómina de Javier Aguirre para los partidos de eliminatoria. A todo esto añadimos que por la Selección han desfilado ya 4 técnicos, lo cual de alguna manera explica el porqué el manoseo de tantos jugadores y se sospecha de que ni remotamente existe una planeación de los partidos amistosos ni siquiera un objetivo futbolístico.
Sorprende entonces escuchar que el técnico se queje de la falta de tiempo para trabajar con un equipo, cuando aquí hemos observado el desperdicio de estos partidos amistosos que no sirven futbolísticamente, pero qué tal financieramente.
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