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jueves, 18 de junio de 2009

America juega de mediocre y gana


Contrario a la dolida y encabritada lectura que hace Mauricio Cabrera del “discreto” Draft que realizó el América, creo que por la forma en la que Michael Bauer y Jaime Ordiales están “reforzando” a las Águilas (Con Israel Martínez y Arnhold Rivas), y aún si prosperan algunas de las negociaciones abiertas en el exterior (está a prueba un defensa argentino Walter García, y se insiste en que podría llegar al club el “Rolfi” Montenegro o Claudio Morel Rodríguez), en el fondo pareciera existir una política que pretende revertir la tendencia de los últimos años, en los que el América era el campeón de las expectativas, el equipo cuyos refuerzos más entusiasmaban durante el futbol de estufa y un “trabuco virtual” que apenas comenzaba el campeonato descubría su más absurda inoperancia. En pocas palabras, para no volver a desilusionar a sus seguidores, mejor ni ilusionarlos.
Hoy, parece que el equipo de Televisa se las está ingeniando para que sus millones de seguidores se sientan decepcionados sin engaños previos, o en una de esas, logren sorprender a propios y extraños, y con un torneo apenas mediano puedan decir que hicieron más de lo que todos esperaban. Más allá de la ironía, me cuesta creer que Emilio Azcárraga Jean se cruce de brazos mientras el equipo, del que además de ser dueño es gran aficionado, se muestra tan apático en los escritorios como en la cancha, y que ni siquiera después de ver como descendió “su” Necaxa, entienda que si no se actúa a tiempo ese es el mismo camino que puede transitar el alicaído América, ya involucrado en la zona baja de la tabla porcentual.
Sé que no se trata de cambiar de presidente cada año y que la inestabilidad institucional que se ha vivido en el club en los últimos tiempos no ayuda en absoluto. También entiendo que después de ver como Bauer y Ordiales han despilfarrado hace seis meses 18 millones de dólares en jugadores que hoy no valen ni la mitad, ya que además de que han sido contrataciones ruinosas por su rendimiento en el campo de juego (lo que siempre puede ser achacable a la incapacidad del entrenador en turno) lo son áún más porque se les trata como jugadores de segunda, futbolistas desechables, o empleados indisciplinados, lo que no ayuda nada para “colocarlos” o “venderlos” a un buen precio, sino mayor al que tuvieron cuando se les adquirió, al menos similar.
Tres ejemplos de ello son Federico Insúa, Enrique Vera y Jean Beausejour, cuyo talento es incuestionable. Por algo han sido seleccionados nacionales de sus respectivos países y han costado más de dos millones de dólares (”El Pocho” costó cinco), pero cuyo rendimiento en el club evidentemente no ha sido el óptimo, y por los que hoy no se apuesta, ya que tienen una personalidad y un temperamento que ha chocado o puede chocar con el estilo y método de trabajo del técnico Jesús Ramírez, quien en apenas tres meses al mando del América, tuvo muchos problemas para controlar a varios de sus jugadores, como Ortiz, Castillo, Vera y Cabañas, por citar algunos casos del dominio público.
Da la sensación que la directiva del club se ha dado cuenta de ello y pretende armar un grupo de jugadores de perfil bajo, que sean obecientes y dóciles para el trabajo de “Chucho”, que no se le “pongan al brinco” a un entrenador que pretende aplicar un estilo de trabajo que fue muy exitoso con los chavos pero que no parece igualmente “aceptable” o “asimilable ” por jugadores más hechos y curtidos.
No comparto esa filosofía, me parece equivocada, pero la respeto si la van a llevar hasta sus últimas consecuencias, porque si a la hora de reforzar al equipo están pensando únicamente en contar con jugadores de perfil bajo, adaptables al entrenador (cuando la naturaleza del América, para bien o para mal, es completamente otra) , luego no lo vayan a correr a éste tras cinco o seis jornadas, y traigan a otro para que les diagnostique que al plantel del América le faltan líderes y gente de mayor temperamento, algo que hoy, a todas luces es evidente.

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