El Barcelona recobró el sábado
la amarga sensación de dejar escapar un título. Hace tan solo un mes la
Liga estaba a 10 puntos y parecía una utopía conquistarla. Pero después
de nadar y nadar el Real Madrid le ahogó en la orilla.
Una K.O. que no entraba en los planes de los más optimistas. Me
atrevería a decir que ni de los pesimistas. Los tres puntos del Camp Nou
se daban por sumados —no por el club, sí por la prensa y la mayoría de
aficionados—, pero se escaparon de la forma más dolorosa.
Jugar contra el líder es lo que tiene. Los blancos demostraron más
empaque que su rival blaugrana y terminaron conquistando el territorio
enemigo con un botín que vale su peso en oro: la Liga.
Los de José Mourinho pondrán fin a la hegemonía culé, que duraba tres
cursos. Pero que los árboles no impidan que veamos el bosque. Porque es
verdad que el Barça dejó escapar una oportunidad de oro, pero ante sí
tiene la oportunidad de resarcirse en menos de dos días. Y de qué manera.
Hay algunos que, efectivamente, aprovechan el desliz del Clásico para hablar de fin de ciclo culé. Es ese as en la manga que manejan ciertos periodistas barra
forofos para desacreditar al archienemigo: hace un año, cuando la Copa
acabó en las vitrinas del museo blanco, surgió esa tesis tan manida. No
obstante, el tiempo volvió a dejar en evidencia que un título blanco,
como uno blaugrana, no está reñido con un fiasco blanco, como otro de
blaugrana. Que uno gane no implica que el otro fracase.
No comparto, ni mucho menos, ese cacareado fin de ciclo. Una
escuadra con estilo propio que es capaz de llegar a final de temporada
peleando por el título hasta un duelo directo, que está clasificado por
quinta vez consecutiva para las semifinales de la Champions League y que
ha alcanzado la final de la Copa del Rey dudo que esté dando sus
últimos coletazos como equipo. Un fin de ciclo no se mide por una derrota, sino por una serie de malos resultados o tendencias negativas generalizadas.
Veo un Real Madrid que está recogiendo los frutos que Mourinho sembró a su llegada. Y veo que puede seguir creciendo
si se le propone. Pero su crecimiento no lo percibo con un presunto
bajón del Barça. Ha logrado llegar a donde está a pesar de las lesiones
de algunos de sus futbolistas clave, con una plantilla muy justa en
cuanto a número de efectivos que le ha obligado a tirar de la cantera,
que sigue funcionando a las mil maravillas cuando de dar el salto se
trata.
Es por ello que si bien en la Liga no se han hecho las cosas tan
bien como para merecerla, lo cierto es que hoy, ante el Chelsea,
tuvo la posibilidad de resarcirse,
eliminado tampoco se acaba el ciclo, 13 de 17 títulos avalan su
folosofía y la clave seguirá siendo luchar por todo hasta el final. Aún
queda la Copa, y no me quiero imaginar el argumento de ciertos
personajes si los culés acaban logrando el doblete. En fin, que el mundo sigue.
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