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lunes, 27 de abril de 2009

Hecho en CU

Ya mismo, el duelo Pumas-Chivas despierta expectación a todos niveles, al amparo no sólo de la victoria del Guadalajara sobre el América, en el Clásico Nacional, sino por la creciente rivalidad entre felinos y tapatíos, alimentada por una final, los desplegados de Jorge Vergara y la posibilidad que le daría a los felinos de hacerse del boleto a la Liguilla, lo que complicaría —de paso— la calificación del Rebaño a la Liguilla.

Las Chivas le pegaron a las Águilas y llegan con el ánimo en alto frente a los universitarios. Pero, “nosotros venimos de siete juegos sin perder”, explica el delantero argentino, Martín Bravo, esperanzado en que Pumas alcance su mejor nivel en este duelo y lo catapulte de lleno al título.

Luego, en CU, existen mil y un historias en torno a este partido, que lo han transformado en genuino clásico, al menos sí en territorio capitalino. Y es que, a la gran afición chivista que existe en México se agrega la adoración auriazul de parte de la comunidad universitaria, considerada entre las mejores fanaticadas del país, por apoyar a muerte a su equipo le vaya como le vaya. Es, pues, un clásico hecho en CU.

Así, más allá del lleno, los antecedentes, la pasión y el futbol ponen a estos dos rivales en una situación calientita. Chivas necesita ganar para no perder el subliderato del Grupo 2, porque Tecos y América están a la caza de cualquier descuidito tapatío para hacerse del subliderato.

Curiosamente, Águilas y zapopanos se medirán este fin de semana, en otro choque vital.

Y para Pumas, no sólo sería el boleto, sino pegarle a un rival de tamaños, lo que alimentaría las ya de por sí jugosas posibilidades de campeonar, pues la soñadora afición felina espera ver otra corona.

Ya sabemos que el único título de Ricardo Ferretti como entrenador lo consiguió cuando dirigía al Guadalajara, así que, entre tantas y tantas historias, el juego del próximo domingo devolverá esas ganas de ver un clásico que, al menos aquí sí reúne esas condiciones elementales, muy a pesar de los contreras de siempre. ¿No lo crees así?

Espiritu de cambio

Cambios y más cambios en el futbol mexicano. Las piezas, o mejor dicho, los hombres que han destacado para bien y para mal, se mueven en un incesante ir y venir. Reacomodos, enroques. Vienen por lo suyo. Y a río revuelto, ganancia de pescadores. Veamos algunos casos.

Una orden presidencial —algunos lo llaman sugerencia— y Javier Aguirre reaparece en el escenario tricolor, 7 años después de la aventura asiática. Se pretende que ponga orden en el once verde, califique a Sudáfrica y convenza a todos con triunfos convincentes. Pero Ignacio Ambriz, su asistente de confianza durante siete años, lo abandona.

Señala que busca retomar su carrera de técnico, que no hay bronca con “El Vasco” y cada quien a lo suyo.

Fuentes cercanas a ellos manifiestan que Nacho está sentido, pues Aguirre llamó a Mario Carrillo y luego a Manuel Vidrio; después le extendió la invitación a Ambriz. Como que no va. pero a la mejor el técnico nacional quería renovar.

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Cuauhtémoc Blanco hace ruido. Declara abiertamente que si Aguirre lo llama dirá que sí. Está más que dispuesto. Tiene fe en su retorno porque fue uno de los pilares del Tri del 98 y sigue vigente como en aquellos tiempos, haciendo goles de buena manufactura en la MLS. ¿Lo convocará? A la mejor, que para aquel mosquetero 11 años no son nada.

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Una van y otros se pierden en el Guadalajara. Mariano Varela asume como coordinador deportivo de Chivas, luego de los buenos resultados con el Saprissa. Mientras tanto, Carlos Ochoa es como una foto gris que las horas van difuminado. Allá en el olvido: la Primera A.

¿Y qué esperar? Pues buenos resultados, repuntes, recuperar la jerarquía verde y rojiblanca. ¿O no?

Verano de Locura

Mil novedades se avecinan en el futbol nacional. Renovarse o morir es la consigna. Algunas plazas buscan presencia en el máximo circuito. Descubrir jugadores-promesa va en serio. A río revuelto, cambio de técnicos. Dirigentes con sentimientos encontrados. De todo hay en la viña del balompié casero para el verano. Vamos por partes.

Desde hace un par de años, los Leones Negros de la Universidad de Guadalajara buscan regresar al máximo circuito. Fundado en 1970, se la pasó en la Segunda División y en su gran oportunidad para llegar a Primera, perdió la final ante los Tigres de la UANL en la temporada 1973-74.

La directiva decidió entonces comprar la franquicia del Torreón para cumplir su deseo. Como todo ciclo destacaron por sus jugadores brasileños de piel morena --de ahí el mote de Leones Negros--. Disputó tres finales, pero nunca fue campeón. En 1995 desapareció.

Hoy de nueva cuenta hace acto de presencia y ya se acercó al Morelia para hacerle una oferta en firme. Veremos.

Otra plaza interesada en futbol de Primera División es Tijuana.

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A partir de la próxima temporada regresa el torneo nacional de reservas, con el nombre de Torneo Sub-20. Los partidos se jugarán previo a los juegos del máximo circuito. Será el escaparate para observar talentos.

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Aquello de la reingeniería en el América fue una charada. Nada más 20 millones de dólares tirados a la basura. El proyecto –en el papel—parecía bueno. De hecho, tenía todo para lograr el objetivo: ser campeones. Pero, ¡qué va!, “El Pelado” resultó un petardo y las contrataciones ni qué hablar. La directiva pecó y se endilgó su penitencia. Llamar a Jesús Ramírez de nada sirvió. Las Águilas no han ganado en el Azteca, y con el desdén de Chucho por el Clásico lo puso en su lugar.

Ya se busca su remplazo. Suena fuerte Daniel “El Travieso” Guzmán, un técnico que hizo una excelente labor con Santos Laguna. ¿Qué te parece?

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Si hay dos dedos de frente en la directiva cruzazulina y la lógica no falla, Benjamín “El Maestro” Galindo debe dejar el timón. Llevar a los cementeros al último lugar de la tabla general nada tiene de gracia. ¿Quién te gusta para sacar del ridículo a La Máquina?

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Jorge Vergara llora a escondidas. Quiere que regrese “su hijo pródigo”, Adolfo Bautista. “El Bofo” es un futbolista carismático, tiene buen nivel, ahora no tiene mucho gol, pero en cuestiones de mercadotecnia estratégica es de lo mejor, vende, porque vende. Así que no será de extrañar que lo veamos de rojiblanco próximamente. Venga.

lunes, 20 de abril de 2009

Aguirre al tri Salvador designado.

La falta de una estructura definida y con cimientos sólidos ha provocado que la sociedad mexicana viva en condiciones que vuelven imperiosa la necesidad de encontrar responsables únicos, ya sea para condenarlos por la derrota y los problemas o para enaltecerlos como causantes solitarios de las contadas alegrías que se nos llegan a presentar.

La tentación de adjudicar responsabilidades con el fin de olvidarnos de las propias ha sido demasiado fuerte como para dejarla pasar. Los problemas superaron el ánimo de solución y nos hemos vuelto asiduos de colocarle nombre y apellido a sucesos que no por fuerza se limitan a la capacidad o incapacidad de una persona.

El modo nuestro de actuar no se limita al escarnio del que fue objeto Hugo Sánchez por no haber clasificado a los Juegos Olímpicos, como si Esqueda, Fernández y compañía no hubieran merecido su parte de culpa. Por el contrario, se expande a territorios fundamentales para el buen andar de México como nación. Ocurrió en la política cuando todos quisieron percibir a Vicente Fox como el hombre que acabaría con las injusticias y la pobreza en México…

El resultado de entregar ilusiones y obligaciones a una persona suele producir sonoros golpes anímicos para la sociedad y una futura repulsión hacia el mismo ser que anteriormente había sido considerado un mesías. Ello no siempre va ligado a la incapacidad, sino a la delegación desmedida de sueños y anhelos.

No dudo al pronosticar la consecución del boleto a la Copa Mundo. México estará en Sudáfrica y Javier Aguirre cumplirá satisfactoriamente con la misión de evitar el hundimiento del barco. Mi verdadera preocupación es que los años pasan y seguimos con la tendencia de apostarlo todo a un solo individuo.

Mientras el futbol mexicano tenga que recurrir a Cuauhtémoc Blanco o a Javier Aguirre, lo único claro será que hemos fallado y que erramos tanto en el trabajo de conjunto que preferimos construir un pedestal y rogar porque nuestro salvador designado no falle.