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sábado, 9 de junio de 2012

Autoritario anfitrión y oportunismo visitante

El embalaje de la localía no alcanzó para los 90 minutos. Polonia empezó como una avalancha que amaneraba con sentenciar muy pronto el juego.

La autoridad del anfitrión fue más en gran parte del primer tiempo. Polonia apeló a poblar la media cancha con la intención de manejar la pelota, acortar los espacios y cerrar cualquier intento de salida por parte del cuadro helénico.


Una doble contención y dos volantes que en gran parte del partido se convirtieron en extremos naturales, fueron la clave para que el equipo de Smuda se pusiera en ventaja en el marcador y al menos tuviera un par de oportunidades que no supieron concretar y que al final les paso factura ante un oportunista Grecia.

Murawski aprovechó para meter un centro que Lewandowski picó ante la salida del arquero para hacer explotar a los más de 50 mil espectadores que se dieron cita. Polonia ya estaba en su torneo.

Un remate de Gekas que pasó desviado de la portería había sido la única llegada de Grecia y todo parecía terminar cuando en nueve minutos Papastathoupolus se hizo expulsar por doble amarilla, dejando a los visitantes con 10 hombres y con desventaja en el marcador.


El partido era relativamente justo. Polonia había hecho lo suficiente para ir ganando pero no para sentenciar el juego. Fue entonces cuando apareció el oportunismo de Grecia.


Los recuerdos de la Euro 2004 llegaron cuando una buena jugada de la promesa griega, Ninis, terminó en un centro que ni Szczesny ni la defensa pudieron despejar, dejando la mesa puesta. Salpingidis adelantó el pie, golpeó el balón y silenció Varsovia.


El trámite del duelo entró en el perfil griego. Cortado, rocoso y con poca claridad, los visitantes encontraron un pelotazo que ganó la espalda de la defensa y provocó una precipitada salida de Szczesny, quien cometió penal y vio la roja directa.


Entonces apareció un héroe inesperado. Desde la banca saltó un improvisado Tyton con menos de 10 partidos internacionales para enfrentarse a los 35 años y 120 partidos internacionales de Karagounis. La batalla la ganó el local desde que llegó al arco.


Grecia dejó ir la oportunidad de llevarse las tres unidades con un tiro flojo y a la derecha que Tyton mató para revivir al Nacional de Varsovia y a las aspiraciones polacas en su torneo.


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