No hay segunda ni tercera opción. Hay éxito o fracaso, punto. El Tri está más que obligado a ganar la Copa Oro, convenciendo o no, pero con el título en la mano.
México no se puede dar el lujo de no asistir nuevamente a una Copa Confederaciones y menos permitiendo, salvo sorpresas, que Estados Unidos deje en el camino al tricolor. No se puede dar el lujo de dejar pasar tantas ediciones sin ganar el torneo como había acontecido previo a la edición de 2009.
José Manuel de la Torre encara el primer reto al frente del equipo mexicano sin tener opción de caer. En gran medida se le protegió en Copa América para no tener que ser sometido a críticas si no hacía un buen papel en el torneo continental.
Es conocido que en nuestro país las aguas no necesitan enturbiarse mucho para crear una tormenta en el seno tricolor. Una caída, por muy exagerado que se oiga, pondría en entredicho la capacidad del ‘Chepo’ para llevarnos sin complicaciones a Brasil 2014. Una eliminatoria que se espera, no sea complicada como en la edición anterior y se asemeje a la que vivió Ricardo Antonio Lavolpe en la que se ganó críticas de todo tipo, aunque jamás se le echará en cara que no calificó al Mundial ‘caminando’.
Las piezas del ajedrez están completas. El Tri cuenta con sus mejores hombres, con una generación que va madurando cada día más, cobijada por los futbolistas experimentados que están a punto, o ya rebasaron los 30 años. Jugador por jugador, México es mucho más equipo que cualquiera de la zona. Ahora falta lo más complicado y lo que más se le critica a nuestra selección: demostrar la supuesta superioridad en la cancha.
Es cansado repetirlo, aunque está demostrado que en verdad es cierto. Los equipos del área cada vez van mejorando más y más. Muchos de ellos han aprendido a exportar jugadores, trabajar con sus selecciones juveniles, parársele a México de frente y sin miedo, quitándole la pelota e intentando atacar a nuestra selección. Cada día hay más rivalidad, no nada más con Estados Unidos, sino también con Honduras, El Salvador y por supuesto Costa Rica.
Es por eso que la exigencia es mayor. La Copa Oro, contrario a lo que se piensa y a lo que los números muestran, es un torneo que suele indigestársele a México. Jugando partidos horribles en un inicio y dejando dudas en el transcurso del mismo hasta la final. Ahí ha quedado eliminado por cuadros como Colombia y Corea del Sur, invitados al torneo, o Canadá, Honduras y Estados Unidos.
Al momento el ambiente es sano en el equipo. Aunque por experiencias anteriores, como en el caso de Hugo Sánchez, basta un revés en un torneo ‘x’ para que todo cambie.
La superioridad de la zona está en juego. En juego está un título y la posibilidad de asistir a un torneo de gran categoría. El prestigio en la zona y del cansado mote de ‘Gigante de la Concacaf’ también. No hay espacio para menospreciar, para retroceder o para fracasar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario