Todos los que alguna vez participamos del deporte a nivel competitivo, que implica una actividad física sistemática, repetida, que se convierte en habito, hemos experimentado la hermosa sensación de sentir cada músculo de nuestro cuerpo, sentir que la sangre circula a mayor velocidad, que el oxígeno llega a nuestros pulmones y nos parece incluso que si prestamos atención podríamos percibir como cada célula de nuestro cuerpo produce ese intercambio de oxígeno y dióxido de carbono. Obviamente esta sensación inigualable, tremendamente placentera, nos genera la necesidad imperiosa de volver a percibirla como tal, entonces nos pasa que aquel día que no hacemos actividad física nos falta algo, hasta nos sentimos de mal humor, nos parece que no estamos vivos si no nos movemos. Entonces nos preguntamos …. ¿Qué es lo que produce todo esto?
Indudablemente hay una explicación fisiológica y la misma radica en unas hormonas llamadas B-endorfinas, que son como una heroína endógena. Si, análogas en sus efectos a la droga, y como tal nos crea esta “adicción”, esa necesidad imperiosa de hacer ejercicio, de competir, de vivir muchas veces situaciones de riesgo, “sensación de volar”, de haber conquistado algo cada día a través del movimiento, de sentir ese “placer”, y todo esto significa además que como toda droga tenga la propiedad de producir “tolerancia”, por lo tanto en mayor o menos grado necesitamos cada vez dosis más altas para reproducir el efecto anterior, el mismo efecto placentero. Y entonces vemos cómo alguien, que comenzó saliendo a caminar o correr por placer, termina corriendo una carrera de calle, luego no le alcanza y se anota en una carrera de aventura, y como esta carrerita no le alcanza, necesita más vértigo, más desafío, más esfuerzo, llegar más al limite, y es esto en definitiva una verdadera adicción, que puede llegar a ser tan peligrosa como la falta total de ejercicio.-
Hoy estamos asistiendo a estos dos fenómenos: la falta de adherencia, continuidad y participación del ejercicio por un lado, y esta peligrosa adicción por otro. Como siempre, el equilibrio justo, todo en su justa medida y a su debido tiempo, también se debe aplicar a la práctica deportiva y a las actividades físicas, este será el próximo gran desafío para los organizadores de carreras que, aparte de fomentar el deporte y la participación, tengan en cuenta la salud de los corredores.-
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