La Selección Mexicana sumó su tercer empate en tres partidos del Hexagonal por un 0-0 muy diferente al de febrero pasado en casa ante los caribeños, para de cualquier modo verse rezagado y obligado a sumar como visitante lo que no ha podido como local.
El Tricolor no pudo esta vez con el silbante Alexander López que se comió dos penales, pero tampoco con sus propios males: falta de contundencia, de solidez futbolística y bipolaridad anímica.
En tres partidos del hexagonal final de la Concacaf rumbo a Brasil 2014, México no ha perdido pero tampoco ha ganado. Esta noche, frente a un equipo estadunidense que no contó con cuatro de sus jugadores más importantes –Landon Donovan, el portero Tim Howard, Steve Cherundolo, Francisco Torres y Carlos Bocanegra– al Tricolor se le acabaron las ideas futbolísticas. Intentó, pero no pudo anotar en casa.
A pesar del mal arbitraje el Tricolor quedó a deber nuevamente donde hombres como Giovani, Aquino y Guardado fueron solo la sombra de lo que fueron en el inicio de la eliminatoria conforme iba terminando el juego la presión de los tricolores era mayor. Primero Hernández con un remate fallido en el área hacía pensar en una victoria agónica e histórica. Balones al área durante los últimos diez minutos fueron rechazados uno tras otro. El último suspiro se fue en un tiro de Reyna que salió prácticamente de la nada, pero que para su mala fortuna salió desviado por Guzan.
El empate sin goles fue festejado como algo heroico por todos los norteamericanos que hicieron presencia en el Azteca. Los mexicanos salieron reclamando al árbitro por sus malas decisiones y además bastante enojados por la frustración de no poder ganar nuevamente. México inicia con tres empates que lo tiene fuera, de momento, de la zona de acceso al Mundial. Pues ni siquiera alcanza el puesto de repechaje contra el representante de Oceanía.
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