Empezamos por la principal asignatura a mejorar: los descuidos. Antes del primer gol de Jaguares, al minuto 31 (obra de Luis Rey) una pelota al poste cimbró la cabaña de Hugo González.
El 0-1 cae por un terrible descuido de la central americanista, que
no costó más en el primer tiempo porque los chiapanecos iban de más a
menos.
Pero pronto América igualó con anotación de Christian
Benítez, con fortuna en el disparo, pero gol al fin al 43’ para el 1-1
que ponía justicia al marcador. Ni América ni Jaguares habían hecho más que el otro para estar arriba.
Fue ese el primer tiempo en que Jaguares se vació, con un gol, un
poste y un mano a mano desperdiciado por Jesús Castillo. ¿América? Con
su simpleza y Chucho en solitario arriba, salvaba por ahora el marcador.
El regreso de los equipos planteó ya otro juego, aunque América salió
igual, con su línea de cinco, dos volantes, Sambueza y Rolfi intentando
desequilibrar por dentro y por fuera, y Benítez aislado, procurándose
pelotas con recorridos largos y claro, su gol.
Chema Cárdenas desbordó por izquierda al 48’, sirvió como
pudo y lo dejaron, la pelota quedó franca y la empujó Medina, saliendo
del confort de la contención, era ya el 2-1 en accidentado juego de poca claridad y lluvia amenazante.
Poco le duró el gusto a Miguel Herrera, porque Leonardo Bedolla, con
el empuje que le quedaba a Jaguares, mandó a gol una pelota muy
disputada en el área y con la que el meta González no se pudo quedar,
2-2 al 52’.
Las modificaciones potenciarían al América y Jaguares de Chiapas
vendría a menos. El Piojo sacó a Molina, metió a Tony López; encontraría
el gol al 79’ en un centro que clavó con la cabeza para el 3-2 al
tiempo que el rival perdía orden y confianza. El local jugaba con
contención único: Negro Medina.
Lo que vino fue puro América: cada cambio chiapaneco se tradujo en
desmejora, acrecentando la imagen de que el local crecía
exponencialmente.
Herrera replanteó su juego para evitar otra sorpresa por descuidos,
sacó a Rubens y metió a Efraín Juárez, hoy relegado a la banca, se
acomodó en la contención y nuevamente eran dos. Tan poco era ya
Jaguares, y tan desanimado y desordenado en los instantes finales, que
Juárez debió anotar de no ser porque puso la pelota al alcance del
manotazo del portero Fabián Villaseñor.
Era el 85’ y ya sólo faltaba el moño, se lo colgó Benítez al 90’ para
el 4-2, cuando las Águilas ya contaban con Rosinei (por Medina) y
formaban con tres volantes y dos puntas, como seguro debieran jugar más
seguido y no sólo cuando hay necesidad. Por hoy, triunfo pasado por
agua, pero otro rival liquida al América chiquito y sin contundencia del
primer tiempo, la segunda asignatura a corregir por parte del Piojo.
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