Tal vez no haya otro deporte en el que el resultado sea tan previsible y se sepa antes mismo de comenzar la competencia, como el running. Es que si uno se entrenó correctamente y a conciencia, seguramente podrá estimar con bastante precisión cómo y en qué tiempo finalizará una carrera.
Así, podemos dividir a los corredores en dos tipos o grupos:
1) aquellos que corren para vencer a los demás y
2) los que lo hacen para mejorar sus propios tiempos.
Los primeros son los que buscan un lugar en el podio, los que corren de una manera casi profesional si se quiere. Los restantes son los que compiten contra sí mismos, más precisamente, contra sus propias marcas y pueden ser ganadores sin vencer a nadie, y constituyen el grupo mayoritario de los que participan en todas las carreras. Y si bien estar conforme con una marca personal es muy bueno, lo ideal es no quedarse sólo con eso, pues esa marca, como todas las demás, fue establecida para batirla. Y eso es algo que sólo uno puede lograr. Para estos corredores, el premio real es mejorar su tiempo. Y la única forma de hacerlo es mediante un buen trabajo de entrenamiento, al que se agregarán propuestas tácticas y algunos tips que permitirán ir bajando segundos primero y luego minutos.
Algunos de estos tips son:
1) En la largada, ubicarse de manera tal que la cantidad de corredores que esté por delante no sea una barrera difícil de pasar. Es que en las carreras masivas se crea un tráfico denso e importante, que ocasiona una pérdida de tiempo importante si se busca mejorar una marca.
2) No correr como si se estuviera manejando un auto por la calle, o sea, sólo por la mano derecha y doblando prolijamente. No hay que olvidarse que el recorrido está medido por la parte de adentro y si uno decide seguir otra trayectoria estará agregando kilómetros y por ende más tiempo a la performance.
3) No se puede tener pensamientos negativos y esperar resultados positivos. Una mente positiva permitirá correr una mejor carrera.
4) Antes de planear cuán rápido vamos a correr una carrera, debemos ser lógicos y realistas respecto de nuestros objetivos y saber regular nuestra velocidad.
5) Una buena fórmula para calcular la velocidad es la siguiente: sumarle entre 17 y 20 segundos al tiempo que hacemos por kilómetro cuando la distancia de la carrera se duplica. Por ejemplo, si se pasa de correr una media maratón a una maratón, los corredores más rápidos y resistentes sumarán 17 segundos por kilómetro, mientras que los más conservadores deberán agregar unos 20 segundos.
6) No todos pueden correr rápido, pero sí todos pueden romper su propio récord personal. La mejor manera de hacerlo es ignorar a los otros corredores y concentrarse en el propio paso y la táctica de carrera.
7) Cada carrera son dos carreras de igual medida, pero en diferente contexto. Durante la primera mitad, que es la más fácil, se debe intentar guardar algo para la segunda parte; o sea, por más que se sientan energías para ir más rápido de lo planeado hay que saber que en la segunda parte se necesitará energía extra y que por eso hay que conservarla. La segunda mitad, en tanto, es realmente diferente; es durante esta que se comienza a sentir cansancio y dolor, y es cuando aparece la necesidad de hacer más lento el paso. Los malos resultados se obtienen por correr muy rápido cuando el corredor está fresco y muy lento cuando aparece el cansancio.
8) La primera mitad es la puesta a punto y la segunda mitad es cuando la perfomance toma lugar. Es en esta que cambia la lista de prioridades y durante la cual la técnica juega un rol importantísimo.
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