Durante los últimos años mucho se ha escrito y hablado sobre el impacto que el uso de Internet, las redes sociales y los smartphones han tenido en el mundo, sobre todo al analizar la apertura al conocimiento universal gracias a la democratización del contenido.
Platicando al respecto ayer por la tarde con dos personas, uno de ellos comentó que dicho fenómeno está sucediendo con varias disciplinas deportivas y poco se habla al respecto. Para fundamentarlo señaló que durante la primer mitad del siglo pasado, algunos deportes como la lucha libre, el béisbol y el boxeo tenían una enorme audiencia y captaban la atención del público mexicano, sin embargo, la incursión de la televisión abierta con todas sus bondades y restricciones de tiempo terminan por dictar el deporte favorito del país.
La ecuación resultante entre audiencia potencial, rating e inversión determina la programación y en la medida en la que el futbol destacó por encima del resto, muchos deportes quedaron atrás y fueron desatendidos dejando a miles de aficionados relegados a conocer los resultados en pequeños espacios en los noticieros o de plano en el periódico al día siguiente. Un fenómeno que incrementa naturalmente el interés por el primero debido al sesgo intrínseco de la situación.
El regreso de algunos deportes
Conforme creció la oferta de canales televisivos enfocados en temas deportivos, varias disciplinas fueron retomando fuerza e inclusive aparecieron otras. Me vienen rápido a la mente el boom de los juegos extremos impulsados por ESPN en los años noventa o más recientemente el de las peleas de la UFC por Fox Sports, sin embargo, se rigen por los mismos principios anteriormente descritos que terminan por limitar de una forma u otra el acceso a la totalidad de la información.
Y es precisamente en ese vacío generado en los deportes menos atendidos en los que la explosión informática y la democratización del contenido están haciendo una diferencia brutal. Hoy, prácticamente cualquier atleta, equipo o disciplina es cubierto de una forma u otra y lo que sucede puede ser seguido o visto en tiempo real por el aficionado sin tener que pasar por el escrutinio de los canales tradicionales. Una bocanada de aire fresco para cientos de espectadores y por supuesto sus rrspectivos mercados.
Este entorno presenta alternativas de inversión sumamente atractivas para las marcas en términos de sports marketing ya que podrán capitalizar la pasión de los hinchas con menor inversión y mayor creatividad que la observada en el balompié. No por nada la página de ESPN ocupa la posición 127 del mundo entre las más leídas conforme al ranking de Alexa.