En estos tiempos de crisis que sufrimos todos – en especial en España, Portugal y Grecia-, uno de los pocos deleites que nos quedan a muchos es el disfrutar del deporte español, que tantas alegrías ha dado en los últimos años. Pero incluso en un sector en auge, como es el deporte español, se pueden apreciar las consecuencias de la nefasta situación por la que está pasando económicamente el país. No hace mucho, el diario MARCA desveló que la deuda total de los equipos de primera y segunda división era de cuatro mil millones de euros, entre impagos a hacienda, salarios, fichajes, etc. La solución para muchos de los equipos endeudados es acogerse a un concurso de acreedores –ya van veintiún equipos entre primera y segunda-, que desestabiliza aún más las cuentas de la liga y crea desconfianza en cuanto al pago de las deudas se refiere. Y es que muchos equipos se quejan de que los ingresos percibidos no cubren los gastos necesarios para mantener un equipo de fútbol en la elite y competir con los equipos más importantes. Muchos culpan el reparto de los derechos televisivos actuales, que benefician claramente al F.C. Barcelona y al Real Madrid C.F., que acaparan casi un treinta por ciento de los seis cientos millones que se reparten. Este reparto desigual de los derechos televisivos, que suponen la mayor parte del presupuesto para la mayoría de los equipos de primera y segunda división, no solo aseguran una liga menos competitiva en la que los dos grandes se distancian considerablemente, también afecta las cuentas de los equipos más modestos, que reciben entre doce y veinte millones de euros anuales por los derechos televisivos frente a los ciento cuarenta (140) millones que ingresan Real Madrid y Barcelona, asegurando que estos equipos no puedan competir con estos dos equipos, aun haciendo fuertes inversiones. Una realidad que no solo adultera la competición, sino que afecta a cientos de profesionales que debido a las deudas han dejado de cobrar y se encuentran en una situación precaria. ¿La solución? Mayor control del gasto de clubes y un reparto más equitativo de los derechos televisivos, no solo por una liga más competitiva, pero para asegurar la existencia de la liga de fútbol profesional en España.
Eso tiene que ver con lo mal relatado que está el fútbol, y este es el mejor sitio para decirlo porque están presentes todos aquellos que nos sirven en bandeja el gran relato del fútbol.
martes, 23 de agosto de 2011
La desigualdad en el fútbol empieza en los despachos
En estos tiempos de crisis que sufrimos todos – en especial en España, Portugal y Grecia-, uno de los pocos deleites que nos quedan a muchos es el disfrutar del deporte español, que tantas alegrías ha dado en los últimos años. Pero incluso en un sector en auge, como es el deporte español, se pueden apreciar las consecuencias de la nefasta situación por la que está pasando económicamente el país. No hace mucho, el diario MARCA desveló que la deuda total de los equipos de primera y segunda división era de cuatro mil millones de euros, entre impagos a hacienda, salarios, fichajes, etc. La solución para muchos de los equipos endeudados es acogerse a un concurso de acreedores –ya van veintiún equipos entre primera y segunda-, que desestabiliza aún más las cuentas de la liga y crea desconfianza en cuanto al pago de las deudas se refiere. Y es que muchos equipos se quejan de que los ingresos percibidos no cubren los gastos necesarios para mantener un equipo de fútbol en la elite y competir con los equipos más importantes. Muchos culpan el reparto de los derechos televisivos actuales, que benefician claramente al F.C. Barcelona y al Real Madrid C.F., que acaparan casi un treinta por ciento de los seis cientos millones que se reparten. Este reparto desigual de los derechos televisivos, que suponen la mayor parte del presupuesto para la mayoría de los equipos de primera y segunda división, no solo aseguran una liga menos competitiva en la que los dos grandes se distancian considerablemente, también afecta las cuentas de los equipos más modestos, que reciben entre doce y veinte millones de euros anuales por los derechos televisivos frente a los ciento cuarenta (140) millones que ingresan Real Madrid y Barcelona, asegurando que estos equipos no puedan competir con estos dos equipos, aun haciendo fuertes inversiones. Una realidad que no solo adultera la competición, sino que afecta a cientos de profesionales que debido a las deudas han dejado de cobrar y se encuentran en una situación precaria. ¿La solución? Mayor control del gasto de clubes y un reparto más equitativo de los derechos televisivos, no solo por una liga más competitiva, pero para asegurar la existencia de la liga de fútbol profesional en España.
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